Apuesta por la prevención a través del diseño

El Ayuntamiento de Terrassa se ha adherido a la Asociación catalana para la prevención de la inseguridad a través del diseño ambiental (ACPIDA), una apuesta clara del municipio con el objetivo de promover una visión integral de la seguridad y de las políticas dirigidas a su prevención y mantenimiento, utilizando el diseño urbanístico como herramienta clave de estas. En FEPSU te explicamos los motivos por los que esta ciudad, socia de nuestra red, se ha comprometido con esta estrategia de prevención, en auge en los últimos años en distintas localidades europeas. 

Búsqueda de la transversalidad

En la actualidad, existen varios estudios que evidencian que el entorno urbano es uno de los factores que condiciona la seguridad y que demuestran que la prevención del delito y la inseguridad se tiene que abordar de manera transversal, no solo con acción policial sino de también a través del diseño ambiental.

En este sentido, la teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad de Terrassa, Lluïsa Melgares, explica que “hay que trabajar la seguridad desde otras perspectivas, no solo la policial, por eso es una buena noticia la adhesión a esta asociación, que tiene la finalidad de difundir e impulsar la prevención del delito y la inseguridad a través del diseño ambiental”.

ACPIDA también tiene la finalidad de hacer seguimiento e implantación de los estándares internacionales en la materia y promover una nueva forma de concebir el diseño urbanístico, incorporando la interdisciplinariedad, para entender el espacio y el factor comunitario, y promover la integración de la diversidad en el diseño urbanístico, especialmente la perspectiva de género en el ámbito de la seguridad

Una visión que se aplicará en el trabajo preventivo de la Unidad de Policía de Barrio de la Policía Municipal de Terrassa, con la voluntad de detectar, en colaboración con la ciudadanía, aquellas deficiencias o espacios que favorezcan la aparición de infracciones.

Trayectoría en seguridad urbana

Hay que destacar que el Ayuntamiento de Terrassa tiene una larga trayectoria y compromiso en la mejora de la seguridad desde la perspectiva urbana. Un ejemplo es su adhesión al FEPSU, donde reunimos a distintas autoridades locales y regionales con la meta de defender y promover las políticas públicas y de prevención. Desde la red buscamos, además, asumir y difundir los planteamientos y metodologías de la Prevención del Delito a través del Diseño Ambiental.

En este sentido, celebramos que se haya puesto en marcha en Catalunya la ACPIDA, como espacio estructurado para la difusión de los principios y las metodologías de esta metodología de prevención a través del diseño, así como para la preparación de los actores sociales que lo deben poner en práctica. La ACPIDA, además, se constituye como capítulo de la Asociación Internacional para la Prevención del Delito a través del Diseño Ambiental (CPTED) en Catalunya.

Una metodología contrastada

La prevención a través del diseño ambiental es una metodología de éxito contrastado, que se promueve e implementa desde hace muchos años en distintas localidades de Europa y el resto del mundo. En FEPSU hemos abordado en diversas ocasiones los beneficios de esta estrategia, por ejemplo a través de las aportaciones del proyecto PACTESUR para poder planificar mejor las medidas de seguridad física que se deben implementar en las ciudades para reducir la percepción de inseguridad por parte de la población. 

Además, también hemos resaltado cómo se ha ido avanzando hacia la estandarización del modelo de prevención del delito a través del diseño ambiental, como lo demuestra la aprobación del certificado ISO 22341, que estandariza a nivel mundial los elementos, estrategias y procesos básicos para prevenir y reducir la delincuencia y el miedo a la delincuencia en un entorno nuevo o previamente existente. 

Finalmente, recordamos que en la base del modelo de la CPTED se encuentra la constancia de que los espacios públicos pueden ser, al mismo tiempo, espacios para promover la cohesión social, así como lugares para acentuar la marginación y la exclusión de una parte de la población. Por este motivo, es importante que cada vez más localidades apliquen estas estrategias para mantener la seguridad urbana y conseguir una mejor prevención del delito

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Diseñar ciudades seguras e inclusivas

Los espacios públicos están en el corazón de cualquier ciudad: pueden ser al mismo tiempo un vehículo para la cohesión social, como pueden también acentuar la marginación y la exclusión de una parte de la población. ¿Cómo pueden las ciudades diseñar y gestionar espacios públicos más seguros e inclusivos? Esta es la pregunta a la que intentaron responder una serie de expertos durante uno de los talleres que se celebraron en la conferencia internacional de Efus, Seguridad, Democracia y Ciudades. En FEPSU te compartimos algunas de sus principales conclusiones. 

Integrar la seguridad en el diseño

El taller dedicado al diseño y la planificación urbana de ciudades más seguras e inclusivas, que se celebró el 21 de octubre en el marco de la conferencia internacional de Efus, estuvo moderado por el fundador del instituto de investigación DSP-Groep (Países Bajos), Paul van Soomeren, y la mesa de debate estuvo presidida por el concejal en materia de Obras Públicas, Centro Histórico y Legalidad de la ciudad de Módena (Italia), Andrea Bosi

En el debate participaron los siguientes expertos y expertas en planificación urbana y seguridad: Laetitia Wolff, consultora de estrategia de design impact y profesora de The Sustainable Design School (SDS) en Niza (Francia); Ana Verónica Neves, socióloga y experta en prevención del delito para la Policía Municipal de Lisboa (Portugal); y Umberto Nicolini, director de la organización italiana Laboratorio Qualità Urbana E Sicurezza (LabQUS) y presidente de la iniciativa EU Cost Action TU1203.

Una de las principales conclusiones surgidas a partir del debate es que se deben incorporar características de seguridad en la planificación, el diseño y la gestión urbana. Para ello, el diseño de espacios públicos seguros necesita un enfoque colectivo y una reflexión a largo plazo sobre los aspectos arquitectónicos, pero también sobre los sociales. La arquitectura y el diseño influyen en el comportamiento cotidiano de los ciudadanos, sus relaciones interpersonales y en la percepción general de inseguridad.

En este sentido, los participantes en el debate resaltan el diseño y la planificación de la embajada de Estados Unidos en Londres como un buen ejemplo de integración entre aspectos arquitectónicos, sociales y de seguridad. La embajada fue diseñada como una fortaleza medieval visualmente agradable y muy bien integrada en el paisaje abierto y público. Es un ejemplo perfecto de seguridad sólida combinada con características de seguridad ocultas. Un muro bajo, por ejemplo, proporciona asientos y funciona como un dispositivo anti-choque, mientras que un seto, típico de los parques ingleses, oculta los bolardos.

Participación de los diseñadores

Los diseñadores de espacios públicos deben participar en las etapas iniciales de la planificación urbana para incluir aspectos relacionados con la seguridad si se quiere tener éxito. Para ello, una de las claves es mejorar la formación específica de planificadores, diseñadores y arquitectos en materia de seguridad, ya que muchas veces no tienen en cuenta estas cuestiones a la hora de planificar las ciudades. 

En los últimos años, la prevención del delito a través del diseño ambiental se ha extendido en las ciudades europeas como una forma de hacer más seguras las zonas de alto riesgo. Sin embargo, en el diseño de espacios públicos seguros también se deben considerar otros factores limitantes, como el turismo, en un espíritu de co-creación. Este proceso sigue siendo inusual y no es la corriente principal. Una opción para extender su uso es atribuir otras funciones a los equipos de seguridad y mezclar los diferentes usos del diseño urbano.

Enfoques integrales 

No obstante, el diseño del espacio público es una herramienta que no es suficiente por sí sola. En el proceso de diseño de un entorno seguro e inclusivo, se deben tener en cuenta todas las demandas y necesidades del conjunto de la ciudadanía. En este sentido, se vuelve necesario adoptar un enfoque integral y colectivo de los espacios públicos, pues la planificación urbana por sí sola no fomenta la cohesión social.

Para ello, es fundamental involucrar a la ciudadanía y las comunidades en los proyectos de planificación urbana desde sus primeras etapas de concepción. Es a partir de esto que es posible generar un sentimiento de pertenencia y propiedad en la ciudadanía, que pueda provocar una sensación de protección mutua frente a las vulnerabilidades y promover la cohesión social. La inclusión de la ciudadanía también abre nuevos caminos para definir los problemas y fundamentar el proyecto en un diagnóstico claro.

Como ejemplo de éxito en la humanización del diseño urbano a través de la participación de la ciudadanía, los participantes en el debate resaltan la remodelación de la comisaría de la policía local en el Precinto 71 de Brownsville en Nueva York (Estados Unidos). En su origen, el edificio fue diseñado para disuadir la entrada a los ciudadanos. Sin embargo, los resultados fueron pobres y consiguieron que se estableciera un mal ambiente. Para cambiarlo, se puso en marcha una labor de humanización y apropiación ciudadana: se instalaron cajeros automáticos, se limpiaron cristales y se llevaron a cabo otras reformas, con el fin de promover una mejor relación entre la policía y la ciudadanía.

En este sentido, el principal objetivo de la planificación urbana debe ser que los espacios públicos sigan siendo públicos, sobre la base de un enfoque humano y basado en la colaboración entre iguales. El diseño y la planificación urbana es importante, pues reduce los comportamientos no deseados en los espacios públicos y puede centrarse en numerosas amenazas, como el terrorismo, así como aplicarse a muchos contextos diversos, desde escuelas, hospitales, espacios públicos, barrios residenciales y más. 

En FEPSU hemos abordado en distintas ocasiones la importancia de diseñar y planificar ciudades teniendo en cuenta todos los aspectos relacionados con la seguridad. Por ejemplo, hemos explicado en qué consiste la prevención del delito a través del diseño ambiental, una perspectiva de abordaje de la seguridad que ha ido ganando terreno a nivel institucional en los últimos años. También hemos compartido las conclusiones del proyecto PACTESUR respecto a cómo diseñar infraestructuras de seguridad para proteger espacios públicos, especialmente aquellos de interés turístico, sin que esto dañe el paisaje urbano. 

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¿Cuál es la clave para garantizar espacios públicos seguros que beneficien a todos?

El mantenimiento de espacios públicos seguros y abiertos es un factor clave en el bienestar de las comunidades, ya que producen resultados positivos en la salud de la ciudadanía, el medio ambiente y la economía. Sin embargo, las bondades de los espacios públicos no se distribuyen de forma uniforme: diversas investigaciones demuestran que dentro de las ciudades, las personas racializadas y de bajos ingresos tienen más probabilidades de vivir en barrios mal mantenidos y que carecen de espacios de esparcimiento. En este sentido, una investigación de Brookings Institution, una organización estadounidense que trabaja en el análisis de políticas públicas a nivel local, nacional y global, se ha propuesto examinar los impactos holísticos de las inversiones en espacio público más allá de los datos, para ver cómo se distribuyen sus beneficios en la población. En FEPSU te compartimos algunas de sus principales conclusiones.

Inversiones con beneficios desiguales

Incluso en barrios donde hay equipamientos de calidad, sus beneficios pueden estar distribuidos de manera desigual. Esto se debe a que muchos de los indicadores económicos tradicionalmente relacionados con las inversiones en espacios públicos (como el generar valores más altos de terrenos y propiedades) pueden no afectar de manera directa a ciudadanos de bajos ingresos o pequeñas empresas, particularmente aquellos que alquilan sus hogares o arrendan sus locales de negocio. Estos supuestos beneficios podrían, incluso, llegar a impulsar el desplazamiento de una población más empobrecida, que no puede hacer frente al aumento de los precios del alquiler en los barrios renovados. 

Es por este motivo que, según las investigadoras Hanna Love y Cailean Kok, es necesario mirar más allá de los indicadores tradicionales de valor económico para poder examinar los impactos reales de las inversiones en espacios públicos y cómo esto puede ayudar a la convivencia o incluso prevenir o reducir la delincuencia. Para hacer un análisis más profundo habría que preguntarse: ¿Quién se beneficia del valor que producen los espacios públicos? ¿Cómo se asignan dichos beneficios a los residentes de distintos orígenes, ingresos y estatus social en una comunidad? ¿Producen los espacios públicos beneficios adicionales que las medidas tradicionales de evaluación no están capturando? ¿Cómo se puede aprovechar el poder de las inversiones en espacios públicos para beneficiar a más personas en más lugares? 

Para intentar responder a estas preguntas, las autoras de la investigación han decidido ir más allá de los datos numéricos y han realizado un extenso trabajo de campo en tres ciudades estadounidenses que han experimentado conflictos sociales a lo largo de los años y con tasas de pobreza más altas que la media del país: Flint (Michigan), Albuquerque (Nuevo México) y Buffalo (Nueva York). En estas localidades se han realizado entrevistas para examinar la percepción de la ciudadanía, los pequeños negocios y otros actores interesados. A continuación compartimos algunas de las conclusiones de las autores en relación con cómo los espacios públicos pueden reducir o exacerbar las brechas sociales o promover la cohesión social.

Un diseño intencionado

Los primeros meses de la pandemia de la Covid-19, en que millones de personas redujeron sus vidas a sus hogares y los límites de su barrio, demostraron que la capacidad de vivir en un lugar donde se puedan satisfacer las necesidades diarias de forma segura es un privilegio de unos pocos. La desigualdad en el acceso a supermercados, espacios verdes y calles seguras jugó un papel muy importante en las consecuencias dispares que la pandemia ha tenido en la población de distintas clases sociales. 

Sin embargo, a pesar de que existe evidencia sobre la efectividad de la inversión en espacios públicos para reducir las brechas sociales, también hay un considerable número de investigaciones que apuntan a que las inversiones en espacios públicos pueden también aumentar las tensiones sociales y la desigualdad al no beneficiar a los residentes y negocios tradicionalmente excluidos o al priorizar la inversión en ciertos barrios, al mismo tiempo que se excluye a otros.

Como bien apuntan las investigadoras Hanna Love y Cailean Kok, los planificadores urbanos y las autoridades locales deben ser “intencionales en el diseño”, ya que si los espacios públicos están diseñados para un “público” o un “usuario medio”, es probable que acaben siendo excluyentes y que no logren su objetivo de generar cohesión social. Además, en este diseño intencionado se deben tener en cuenta todas las características relacionadas con la seguridad, como la presencia de la policía o los mecanismos de vigilancia.  

En los casos estudiados en la investigación del Brookings Institution se pudo ver, por ejemplo, que para garantizar la seguridad en los espacios públicos hay que conseguir inversiones que, aunque centradas en un barrio en concreto, consigan extender sus beneficios también a los barrios periféricos y así evitar que haya disputas entre los residentes de uno y de otro vecindario. En este sentido, también es relevante no diseñar espacios públicos para un conjunto generalizado de la población, sino hacerlo para llegar a quienes tienen más probabilidades de ser excluidos. 

De esta manera, queda claro que no hay una relación directa entre inversión en espacios públicos y una mayor cohesión social. Por el contrario, ciertas renovaciones del espacio público, diseñadas para beneficiar a los residentes de toda la ciudad en lugar de apuntar a aquellos que puedan estar más excluidos, pueden exacerbar las desigualdades sociales y de esta manera repercutir en la percepción de seguridad de los mismos espacios públicos. Por este motivo es clave que las autoridades locales garanticen que las inversiones en espacios públicos beneficien a todas las personas y que estén emparejadas también con un sólido apoyo a la infraestructura comunitaria crítica en los vecindarios más cercanos. 

Si quieres leer la investigación completa elaborada por la Brookings Institution, puedes visitar la página web del centro. En FEPSU hemos abordado la importancia del mantenimiento del espacio público y de la planificación urbana para la prevención del delito y la garantía de una seguridad urbana. A continuación te dejamos una serie de artículos en donde analizamos estos aspectos: 

Hacia una estandarización de la prevención del delito a través del diseño

La prevención del delito a través del diseño ambiental (conocida como CPTED, por sus siglas en inglés) es una perspectiva de abordaje de la seguridad que ha ido ganando terreno a nivel institucional en los últimos años. Un hecho que lo demuestra es la reciente aprobación del certificado ISO 22341, que estandariza a nivel mundial los elementos, estrategias y procesos básicos para prevenir y reducir la delincuencia y el miedo a la delincuencia en un entorno nuevo o previamente existente. En el blog Notes de seguretat de la Generalitat de Catalunya han hecho un repaso de la influencia creciente del CPTED que ha permitido la estandarización de este abordaje. En FEPSU te compartimos algunos de los puntos claves de este proceso. 

Una perspectiva que se consolida

El reconocimiento internacional que ha tenido la CPTED por su eficacia ha llevado a un largo proceso de estandarización de esta perspectiva. En el año 2007 se aprobaron ya una serie de recomendaciones técnicas a nivel español, pero la aprobación de la ISO 22341 implica un salto muy importante a escala global. Un hecho que solo demuestra la consolidación de esta perspectiva en el ámbito de la seguridad y la prevención

Este certificado incluye recomendaciones sobre el establecimiento de contramedidas y acciones para tratar la delincuencia y los riesgos de seguridad de manera eficaz y eficiente aprovechando el diseño ambiental. El documento supone una serie de acuerdos que reconocen los estándares mínimos para considerar que se están respetando los planteamientos de la CPTED a la hora de diseñar espacios y zonas concretas. 

Uno de los aspectos importantes de la aprobación de esta ISO es la consolidación del uso de un concepto de seguridad amplio, que incluye todas las aplicaciones específicas de seguridad, delitos y protección, lo cual permite que pueda ser utilizado tanto por organizaciones públicas como privadas, independientemente del tipo, tamaño o naturaleza que sean.

Sim embargo, aunque supone un claro paso hacia adelante en la consolidación de este abordaje de la seguridad y la prevención, este tipo de estándares todavía se centra mucho en los aspectos más físicos de los espacios. El certificado no pretende ser una lista exhaustiva de diseño detallado o de estrategias de prevención de delitos a través del diseño ambiental, sino que simplemente proporciona ejemplos generales para su implementación y para mejores prácticas. 

Un abordaje transversal de la seguridad

La emergencia y consolidación de la CPTED parte del planteamiento que se viene haciendo desde la criminología y otras disciplinas sobre la necesidad de un abordaje y un tratamiento transversal de la seguridad. La prevención del delito a través del diseño ambiental surge del conocimiento sobre cómo el entorno condiciona la seguridad y cuáles son las metodologías que hay que diseñar y utilizar para trabajar en este campo de manera eficaz. 

En un primer momento, esta perspectiva se centró únicamente en el diseño de los espacios físicos, pero posteriormente incluyó también aspectos sociales más relacionados con los movimientos y las actividades que la población lleva a cabo, aspectos indispensables para incidir en la seguridad de los espacios.

En FEPSU, como miembros del Foro Europeo de Seguridad Urbana (Efus), hemos asumido los planteamientos de la CPTED, sobre todo a través de nuestra participación y la de nuestros socios y socias en proyectos de regeneración de espacios urbanos en varias ciudades españolas y europeas. 

Una de estas iniciativas es el proyecto europeo Cutting Crime Impact (CCI), en el cual participa nuestro socio en la Generalitat de Catalunya, el Departamento de Interior. El CCI trabaja la prevención a través del diseño urbano, específicamente a través de sus cuatro líneas fundamentales de trabajo, como una manera eficaz y sólida de prevenir la inseguridad y limitar su impacto.

Amplio consenso en su efectividad

Otras organizaciones y asociaciones ciudadanas se han acercado también a la CPTED en los últimos años. En Catalunya, varios profesionales de la seguridad, la criminología y la policía han considerado necesario promover de manera estructurada este tipo de prevención y han creado la Asociación Catalana para la Prevención de la Inseguridad a través del Diseño Ambiental (ACPIDA). Esta entidad se presentará en público y empezará sus actividades de formación, información y asesoramiento en los próximos meses. 

Además, también en España se está produciendo mucho conocimiento sobre este ámbito de la seguridad. Prueba de ello es la reciente publicación de la Guía de prevención del delito. Seguridad, diseño urbano, participación ciudadana y acción policial, que constituye una guía muy clara y práctica sobre cómo aplicar los principios CPTED en los espacios públicos. Los doctores César San Juan y Laura Vozmediano, profesores de la Universidad del País Vasco y prestigiosos autores en el marco de la criminología ambiental, han hecho el esfuerzo de traducir los planteamientos de esta perspectiva en actuaciones concretas a fin de orientar de una manera práctica la tarea de los distintos gestores y actores públicos de la seguridad a la hora de planificar, reformar y organizar los espacios públicos. 

Para conocer más sobre los principales avances que se han dado en la prevención del delito a través del diseño ambiental, no dudes en visitar el blog del Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya, Notes de Seguretat, donde además encontrarás otras noticias sobre avances en materia de prevención y seguridad en el entorno catalán y español. Si en cambio quieres saber más sobre otros proyectos y perspectivas relacionadas con este ámbito, puedes visitar la página web de FEPSU, donde además podrás ver y descargar diversos recursos sobre estas y otras temáticas.

Reducir la percepción de inseguridad a través del diseño

¿Cómo se pueden diseñar infraestructuras de seguridad para proteger espacios públicos, especialmente aquellos de interés turístico, sin que esto dañe el paisaje urbano? Esta fue una de las preguntas que intentaron responder los miembros del proyecto PACTESUR en un taller en línea organizado por Efus, que se celebró el pasado 10 y 12 de marzo. El objetivo de este encuentro era discutir y elaborar, junto al Comité Asesor de Expertos y el Grupo de Ciudades Asociadas a la red, una serie de recomendaciones para mejorar la planificación e implementación de medidas de seguridad física que reduzcan la percepción de inseguridad de la población. En FEPSU te compartimos algunas de sus conclusiones. 

Diseñar la seguridad

Los espacios públicos son áreas vitales para la vida urbana, ya que en ellos se lleva a cabo la socialización y el encuentro de las personas, pero también son lugares donde ocurren manifestaciones políticas o representaciones artísticas y culturales de todo tipo. Sin embargo, también pueden estar sujetos a una serie de amenazas, como el terrorismo, la presencia de grandes multitudes o los movimientos abruptos generados por el pánico, así como a riesgos climáticos, como incendios o inundaciones. 

Garantizar que los espacios públicos sean seguros y a la vez inclusivos y abiertos es un desafío complejo para las ciudades. Por esto mismo, es importante abordar la seguridad de estas áreas urbanas desde el principio, desde el momento de la planificación y el diseño, un abordaje conocido como “seguridad a través del diseño”, en el cual no solo intervienen la arquitectura y el mobiliario urbano, sino también el análisis de los flujos y las infraestructuras críticas y los métodos y las tecnologías de detección de posibles amenazas. 

Los espacios públicos constituyen un ámbito específico de la seguridad urbana: requieren una política de seguridad que se base en la cooperación entre las diferentes organizaciones e instituciones interesadas (autoridades locales, policía, servicios de emergencia, arquitectos y urbanistas, representantes de los usuarios, etc.). Solamente a través de una auténtica cooperación en la producción de seguridad se podrá garantizar que los espacios públicos sigan siendo seguros, abiertos y accesibles para todos.

Soluciones locales

Desde esta perspectiva, las autoridades locales son las mejor posicionadas para aplicar un modelo de seguridad a través del diseño, ya que son quienes comprenden mejor las preocupaciones de los ciudadanos en relación a la seguridad y la accesibilidad de los espacios públicos, así como son quienes pueden implementar las medidas adecuadas para reducir la percepción de inseguridad generada por los riesgos y las amenazas. 

En Lieja (Bélgica), por ejemplo, se está instalando una barrera móvil para vehículos para proteger la Place Saint Lambert y Le Carré. En Turín (Italia), en cambio, se instalará un sistema de alta tecnología de control de multitudes en la Piazza Vittorio Veneto, con el objetivo de evitar movimientos abruptos provocados ​​por el pánico, como el que ocurrió en junio de 2017 durante la proyección al aire libre de la final de la Liga de Campeones. Finalmente, en Niza (Francia), se ha desarrollado un dispositivo antiintrusión reforzado para proteger la Promenade des Anglais, en particular para evitar ataques terroristas como el del 14 de julio de 2016 con un camión.  

En estos proyectos se presta especial atención a su integración en el paisaje urbano, el patrimonio natural y cultural, la estética, el diseño y la movilidad urbana para evitar la “bunkerización” de las ciudades. Estos dispositivos de seguridad también reflejan los diferentes enfoques de estas tres ciudades a la hora de asegurar los espacios públicos urbanos. También deben verse como herramientas adicionales que contribuyen a la seguridad en los espacios públicos, pero de ninguna manera son una solución per se

Evaluación y recomendaciones

Después de haber implementado estos proyectos piloto, las ciudades miembro del proyecto PACTESUR se reunieron con el Comité Asesor de Expertos y el Grupo de Ciudades Asociadas de Efus para evaluar las estrategias llevadas a cabo. Para ello, se tuvo en cuenta no solo los aspectos relacionados con la seguridad, sino también su integración en el paisaje urbano, su resiliencia y sostenibilidad, así como su aceptación entre la población. Esta fue una evaluación preliminar de los proyectos, realizada a través de un cuestionario, la cual se completará con la visita in situ de los dispositivos instalados en las tres ciudades.

A partir de estas primeras evaluaciones, se redactó una serie de recomendaciones dirigidas a las autoridades locales para mejorar la planificación, implementación y gestión de dispositivos de seguridad para proteger los espacios públicos en Europa. En ellas se destacó la importancia de adoptar un enfoque de seguridad global e integrado, donde la implementación de un equipo se concibe como una pieza complementaria que forma parte de una seguridad más amplia para proteger los espacios públicos.

Además, para promover un enfoque preventivo y desarrollar soluciones a medida, las autoridades locales deben realizar evaluaciones periódicas de riesgo y vulnerabilidad. Este enfoque no solo permitirá a las autoridades locales obtener una mejor comprensión de las vulnerabilidades, sino también no caer en agendas cortoplacistas y de urgencia. El carácter en constante evolución de las amenazas y riesgos inherentes a los espacios públicos requiere de evaluaciones periódicas.

Favorecer la participación

Finalmente, en el taller se mencionó también la importancia de favorecer la inclusión de los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones, especialmente para aquellas actuaciones que tengan un impacto en el atractivo y la apertura de los espacios públicos locales. 

Esto debe hacerse de acuerdo con criterios de representatividad y bajo la guía de las autoridades locales. Además, se debe fomentar la apropiación de estos espacios por parte de la ciudadanía y la sociedad civil, por ejemplo a través de soluciones creativas o que agreguen valor artístico a las instalaciones de seguridad con el objetivo de integrarlos mejor en el paisaje urbano. 

Todo esto exige un mayor esfuerzo también en las acciones de comunicación y sensibilización de la población antes, durante y después de la implementación de infraestructuras de seguridad física, ya que es la manera más eficiente de ayudar a aumentar la aceptación pública y disminuir la percepción de inseguridad entre los ciudadanos.

Si quieres conocer a fondo las conclusiones de este taller organizado por Efus junto a las ciudades participantes del proyecto PACTESUR, puedes visitar la página web de la red europea. Para informarte sobre otros temas y proyectos relacionados con la seguridad urbana y la prevención, no dudes en visitar la página web de FEPSU

¿Cómo diseñar calles más seguras para las mujeres?

El secuestro y asesinato de la joven londinense Sarah Everard ha reabierto el debate sobre la seguridad de las mujeres en las calles del Reino Unido. En respuesta, el Gobierno británico aprobó una inversión de 45 millones de libras esterlinas para mejorar la iluminación pública e instalar más cámaras de seguridad, así como un plan piloto para colocar a policías vestidos de paisano en pubs y clubes. Sin embargo, estas medidas han sido criticadas por expertos en seguridad y diseño urbano, ya que consideran que no aborda el problema estructural de inseguridad que viven las mujeres en las calles. La reportera especializada en diseño y arquitectura, Anne Quito, ha conversado sobre este tema en la revista Quartz con varios expertos en prevención y diseño urbano. En FEPSU te compartimos algunas de sus conclusiones. 

Más ojos, menos delitos

La urbanista norteamericana Jane Jacobs escribía en 1961 en su libro Muerte y vida de las grandes ciudades que la “paz pública” no la mantiene principalmente la policía, a pesar que su trabajo sea muy necesario. “Los horribles crímenes públicos pueden ocurrir, y ocurren, en estaciones de metro bien iluminadas cuando no hay ojos eficaces”, apuntaba Jacobs, que señalaba también que una calle concurrida es la mejor forma de seguridad

Bajo esta lógica, las expertas británicas en seguridad y diseño urbano han criticado que invertir en alumbrado público y colocar policía de paisano es solo una medida estética para hacer frente a las recientes críticas. La directora ejecutiva del Consejo de Diseño británico, Sue Morgan, ha asegurado que lo que habría que hacer es invertir en estructuras urbanas que sean inclusivas, que permitan crear espacios en los que la gente pueda pasar tiempo y quedarse, ya que “cuanta más gente haya en un lugar, más seguro se volverá”. 

El director de la junta de la asociación de Prevención Internacional del Crimen mediante el Diseño Ambiental, Paul Van Soomeren, ha subrayado que una forma de conseguir esto es cerrar algunas calles por la noche y redirigir a los peatones a una o dos arterias. De esta manera se podría conseguir que el alumbrado público sea efectivo, ya que no solo funcionaría para iluminar los caminos, sino que permitiría a los vecinos y a los comerciantes observar su entorno con claridad y actuar de forma rápida ante cualquier actividad delictiva que observen. 

Mejores calles y civismo

Además de promover la presencia constante de personas en la calle, otro de los aspectos que puede ayudar a generar una mayor sensación de seguridad para las mujeres es el buen mantenimiento y conservación de las calles. Van Soomeren ha destacado que un estudio publicado en 2008 en los Países Bajos demostró que en aquellas calles donde había grafitis, escombros y ventanas rotas, aumentaron los robos y los comportamientos antisociales.

Pero el mantenimiento de las calles va más allá mantener las calles limpias, arreglar las farolas rotas o podar los arbustos para que no oscurezcan las líneas de visión. Otro de los aspectos a tratar, por ejemplo, es la corrección de hábitos sociales problemáticos en la denuncia de delitos. Por ejemplo, en Estados Unidos, la psicóloga social de la Universidad de Stanford, Jennifer Eberhardt, demostró cómo cambiando el lema de seguridad «si ve algo, diga algo» por el eslogan «si ve algo sospechoso, diga algo específico», los incidentes de perfiles raciales se redujeron hata en un 75% en unos pocos meses.

Más allá de los cambios físicos en el diseño de las ciudades, un factor clave para mejorar la seguridad de los ciudadanos y las ciudadanas es convencer a las personas para que actúen como custodios de su entorno inmediato. “Uno de los grandes errores es pensar que la seguridad es algo exclusivo de la policía”, ha manifestado Van Soomeren. El objetivo debería ser concienciar a las personas que deben tener responsabilidad de sus vecinos y de la gente que pasa por las calles de su vecindario. 

Falta de diversidad

El problema de inseguridad de las mujeres en las calles tiene una raíz estructural. La falta de diversidad en el diseño es una parte fundamental de este problema, ya que, como ha destacado Morgan, en el Reino Unido el 78% de la fuerza laboral en el ámbito del diseño son hombres. En este sentido, se hace necesaria la inclusión de más mujeres en el diseño de las ciudades para permitir una planificación urbana con perspectiva de género

En décadas anteriores ha habido esfuerzos muy diversos por potenciar el rol de las mujeres en la planificación y el diseño de las ciudades. Más allá de Jane Jacobs, en la década de 1980 se desarrollaron algunas iniciativas interesantes en este sentido, como el Women’s Design Service en el Reino Unido. Se trataba de una coalición de planificadoras urbanas, arquitectas y diseñadoras feministas británicas que se unieron para investigar y exigir un entorno urbano más seguro e inclusivo para las mujeres. Entre sus reivindicaciones se encontraba la mejora de los baños públicos y la creación de parques y calles más seguras. Sin embargo, a pesar que desarrollaron publicaciones relevantes en el ámbito del diseño urbano, el Women’s Design Service abandonó sus actividades por falta de financiación. 

En otros países europeos se han desarrollado iniciativas similares, en las cuales han sido mujeres las que han liderado las investigaciones sobre cómo hacer calles más seguras, por ejemplo en el centro Vrouwen Bouwen Wonen de los Países Bajos o el Frauenbüro en Austria, así como el trabajo de las académicas canadienses Gerda Wekerle y Caroline Witzman, entre otras. La inclusión de las mujeres en el diseño de las ciudades es un paso necesario para crear calles más seguras. 

Si quieres conocer más estrategias de diseño urbano para mejorar la seguridad de las mujeres, puedes consultar el artículo completo publicado en la revista Quartz. Si deseas informarte sobre otros temas relacionados con la seguridad urbana y la prevención, no dudes en consultar la página web de FEPSU.