«Queremos que Murcia sea un laboratorio vivo donde probar soluciones que luego escalen a nivel internacional»

Foto: Chus Garcia via Pexels

La ciudad de Murcia forma parte de las últimas incorporaciones a la red del FEPSU y Efus. Dentro de su experiencia dentro del ámbito de la seguridad y la convivencia destaca su recorrido en los proyectos europeos, los cuales representan una oportunidad única para cooperar con otras instituciones en pro de la seguridad urbana y la convivencia.

Hoy hablamos con Fulgencio Perona Paños, Concejal de Seguridad Ciudadana y Emergencias del Ayuntamiento de Murcia sobre la ciudad y su participación en proyectos europeos. Entre sus atribuciones como concejal figuran la coordinación directa de las políticas locales en materia de policía, protección civil y emergencias, apostando por una estrategia integral de seguridad que combine prevención, innovación, proximidad y cooperación europea.

Fulgencio Perona Paños, Concejal de Seguridad Ciudadana y Emergencias del Ayuntamiento de Murcia

¿Podría describirnos cuales son los principales retos de seguridad y convivencia en la ciudad de Murcia?

Murcia es una ciudad diversa, dinámica y con una importante expansión demográfica y territorial —con 59 pedanías que conviven con el núcleo urbano. Esto plantea retos complejos como la prevención del delito en entornos rurales, la lucha contra el discurso de odio, la protección de grupos vulnerables, la gestión de espacios públicos y la adaptación de nuestros servicios de seguridad a fenómenos emergentes como la ciberdelincuencia, el crimen organizado transnacional o el uso de sustancias como las drogas de sumisión química.

A ello se suman desafíos de convivencia y cohesión social que exigen un enfoque preventivo, colaborativo e inclusivo.

¿Qué motivaciones o circunstancias despertaron el interés de la ciudad de Murcia por involucrarse en proyectos europeos en materia de seguridad?

La creación del Departamento de Proyectos Europeos de la Policía Local de Murcia en febrero de 2020 marcó un punto de inflexión. Fue una decisión estratégica para proyectar internacionalmente nuestro modelo de policía de proximidad, captar financiación para desarrollar soluciones innovadoras y posicionar a Murcia como una ciudad referente en seguridad urbana a nivel europeo.

La pandemia, los retos globales en seguridad y la necesidad de modernizar nuestras capacidades operativas reforzaron esta apuesta. Hoy podemos afirmar con rotundidad que fue una decisión acertada: hemos pasado de no tener presencia internacional a liderar pilotos en ámbitos tan sensibles como la lucha contra la trata de seres humanos y el crimen organizado, la mitigación y persecución de delitos de odio, tanto en el plano físico como en el ámbito online, la protección de espacios públicos o el desarrollo de tecnología pionera en Europa.

¿Qué valor aporta y recibe la Policía Local de Murcia en su participación en proyectos europeos? ¿Cómo repercute en la gestión de los desafíos locales? 

La participación en proyectos europeos ha sido clave para dotar a nuestra Policía Local de formación avanzada, equipamiento de vanguardia y una red de colaboración transnacional. Además, nos ha permitido situarnos al día en normativas, buenas prácticas y soluciones tecnológicas en constante evolución.

Gracias a estos proyectos, Murcia ha podido pilotar herramientas de análisis predictivo, formación en delitos de odio y ciberviolencia, sistemas de vigilancia inteligente o tecnologías de detección precoz de sustancias como el GBL o GHB. La repercusión es directa: estamos mejor preparados, somos más ágiles en la toma de decisiones y ofrecemos una respuesta más eficaz, inclusiva y basada en evidencia.

¿Podría proponer ejemplos de acciones preventivas y/o de respuesta a problemáticas de seguridad y convivencia en su ciudad fruto de la participación en proyectos europeos?

En la actualidad participamos activamente en 10 proyectos europeos con una enorme variedad temática. Entre ellos, destacaría:

  • VANGUARD: proyecto de lucha contra la trata de seres humanos, que nos ha permitido formar a nuestros agentes en detección y atención a víctimas en entornos urbanos.
  • DISMANTLE: centrado en delitos de odio, donde Murcia lidera la implementación de políticas integrales de no discriminación y formación especializada en prevención.
  • PARTES y PARTESS-COM: proyectos para proteger lugares de culto y espacios públicos frente a amenazas terroristas, que han facilitado la realización de simulacros en colaboración con cuerpos nacionales e internacionales.
  • ARMADILLO: en el que desarrollamos un dispositivo portátil de detección de drogas de sumisión química que posiciona a Murcia como ciudad pionera a nivel europeo.
  • PHYGITAL OC: que nos permiten trabajar en herramientas de análisis del crimen organizado y tecnologías híbridas de seguridad.

En todos ellos, Murcia no solo participa: lidera pilotos, acoge reuniones internacionales y traduce los resultados a intervenciones prácticas en el territorio.

Desde su experiencia, ¿qué recomendaciones daría a otras ciudades que valoran participar en proyectos europeos, pero que se ven frenadas por las posibles barreras administrativas, de recursos o de capacidad técnica?

Les diría que se puede. Murcia es el ejemplo perfecto de que una ciudad media puede convertirse en un actor clave en la seguridad europea si hay una apuesta política decidida, un equipo técnico competente y una visión a medio plazo.

El primer paso es crear una unidad estable con formación específica en gestión de proyectos europeos, conectarla con la operativa policial real y establecer alianzas con universidades, ONGs y otras administraciones. No se trata de llenar formularios: se trata de transformar la manera en que diseñamos políticas de seguridad.

También recomendaría apoyarse en redes como FEPSU o EFUS, que facilitan la transferencia de conocimiento y la identificación de convocatorias relevantes.

¿Cómo valora el papel de la innovación tecnológica en el futuro de la seguridad urbana y qué papel juega Murcia en este ámbito?

La innovación tecnológica ya no es una opción, es una necesidad. En un escenario donde los riesgos evolucionan con rapidez —desde la radicalización digital hasta el uso de drogas como el GHB en contextos de ocio nocturno— necesitamos herramientas que estén a la altura del reto.

Murcia está liderando esta transición desde la escala local. No solo participamos, sino que desarrollamos tecnología junto a universidades, startups y centros europeos de excelencia. El mejor ejemplo es el prototipo de dispositivo de detección de sumisión química que estamos validando gracias al proyecto ARMADILLO: una tecnología con aplicación real que salva vidas y que está despertando interés en toda Europa.

Queremos que Murcia sea un laboratorio vivo donde probar soluciones que luego se escalen a nivel internacional.

¿Qué papel juegan la ciudadanía y los actores comunitarios en los proyectos europeos que impulsa Murcia?

Un papel central. La seguridad no puede imponerse, debe construirse desde la confianza, la participación y la escucha activa. En nuestros proyectos, involucramos a asociaciones vecinales, colectivos vulnerables, líderes religiosos, personal docente y entidades sociales desde el diseño hasta la evaluación.

Creemos en una seguridad hecha con la ciudadanía, no solo para ella. De hecho, muchos de nuestros pilotos —como los desarrollados en el marco de DISMANTLE o VANGUARD— incluyen metodologías participativas que nos ayudan a adaptar las intervenciones a las realidades específicas de cada barrio, cada cultura y cada necesidad.

El enfoque comunitario no es un complemento, es la base sobre la que se construye la seguridad sostenible.