¿Cómo colaborar de forma significativa en la coproducción de políticas públicas?

La colaboración entre la academia y las autoridades locales y regionales es vital para la elaboración de políticas públicas eficaces a la hora de garantizar la seguridad urbana y la prevención del delito. Es por este motivo que un grupo de expertas del proyecto BRIDGE han escrito conjuntamente un artículo para el portal de Efus en el que analizan los principales beneficios y desafíos de la coproducción de políticas públicas y, además, proponen una serie de principios generales para una cooperación efectiva. En FEPSU te compartimos algunas de las principales conclusiones de este grupo de expertas.  

Academia y política en cooperación

Los investigadores y los responsables políticos a nivel local y regional se necesitan mutuamente. De nada sirve que las personas que provienen del ámbito académico creen conocimiento si ese conocimiento no crea también valor público y efectos prácticos. Tampoco basta con que las personas que se encargan de elaborar e implementar las políticas públicas tomen decisiones críticas que tengan consecuencias potencialmente generalizadas, si no se aprovechan las mejores herramientas y métodos científicos disponibles. 

Por lo tanto, para prevenir y mitigar eficazmente los desafíos relacionados con la seguridad urbana, los investigadores y las autoridades locales y regionales deben participar en colaboraciones conjuntas que puedan mejorar mutuamente su capacidad para realizar un trabajo eficaz y significativo. 

Al colaborar con los investigadores, los responsables políticos pueden contrastar sus hipótesis de trabajo con datos y ensanchar la base de sus decisiones gracias a la evidencia científica. Al colaborar con los responsables de formular e implementar las políticas públicas, los académicos pueden aplicar su experiencia a cuestiones urgentes con potencial de impacto inmediato. 

Trasladar las preguntas de investigación a contextos del llamado “mundo real” no solo es más gratificante para los investigadores, también es importante para la calidad de la ciencia. Asegurarse de que la propia teoría sea viable tanto dentro como fuera de un laboratorio mejora la solidez de los hallazgos. Esta interacción coordinada también permite identificar, nombrar e incluir voces subrepresentadas en tales contextos locales y regionales.

Desafíos de la coproducción de políticas

Sin embargo, estos invaluables beneficios conllevan también desafíos. Las exigencias prácticas y las normas de los diferentes entornos y disciplinas científicas a menudo requieren de un esfuerzo adicional para fomentar la comprensión compartida, por ejemplo a través de la necesidad de aclarar ciertos usos del lenguaje o los términos que pueden parecer familiares pero que tienen diferentes significados en contextos diversos. 

En un sentido más amplio, se hace necesario el desarrollo de un entendimiento mutuo, sobre todo en lo que se refiere a las diferentes culturas profesionales y sus dinámicas de trabajo. Es decir, valorar la atención que se le debe brindar a las distintas autoridades institucionales, a las políticas públicas y a los requisitos laborales de cada sector, para asegurar la eficacia del trabajo en la coproducción de políticas públicas

Para los académicos, por ejemplo, la capacidad de publicar los resultados de su trabajo en una revista de renombre no es solo una parte importante del intercambio de conocimientos adquiridos con tanto esfuerzo, sino que también es esencial para el sustento profesional del investigador académico. Este imperativo puede significar que los investigadores no puedan emprender el diseño de un estudio que no supere los filtros del proceso de edición de estas revistas científicas, basada en el sistema de revisión por pares o peer review

Por ejemplo, asegurarse de que el estudio pueda lograr suficiente “poder estadístico” (lo que a menudo significa una muestra de datos lo suficientemente grande) para permitir una inferencia responsable es una parte fundamental de un buen diseño de investigación. La revisión ética también es esencial para los investigadores y las revisiones legales, sobre todo en lo que se refiere a la protección de datos, pueden ser esenciales tanto para los investigadores como para los responsables políticos. 

Si bien estos criterios añaden garantías de calidad para todos los socios en la coproducción de políticas públicas, también pueden requerir un cierto nivel de inversión. En otras palabras, si los estándares de buenas prácticas para todos los actores involucrados no se pueden lograr con los recursos disponibles, el proyecto puede no ser sostenible. Además, estos requisitos de publicación y criterios éticos también crean demandas específicas de transparencia por parte de los editores, revisores y lectores de las investigaciones. La transparencia permite la rendición de cuentas, por lo que informar ciertos detalles del estudio puede ser esencial para la interpretación de los hallazgos y para agregar credibilidad a la investigación. 

A pesar de que los responsables políticos también pueden beneficiarse de la exposición recibida por su trabajo, tal compromiso con la transparencia, en términos de presentación de resultados en publicaciones académicas, a menudo no se incluye en su capacitación o en los requisitos de su trabajo. Por lo tanto, puede parecer desalentador y, en algunos casos, arriesgado en términos de la posibilidad de malas interpretaciones o críticas. Para los cargos electos y funcionarios públicos, la preocupación por las interpretaciones no es mera vanidad. La forma en que los colegas y el público en general perciben un proyecto y sus resultados puede tener consecuencias que pueden ayudar o perjudicar los esfuerzos más amplios, y todos deben ser sensibles a estas realidades.

Consejos para una buena colaboración

Aunque cada experiencia de colaboración entre investigadores y responsables políticos viene acompañada de sus propios desafíos únicos y requiere diferentes enfoques para encontrar las mejores soluciones, aquí resumimos tres principios generales que pueden ayudar a que tales esfuerzos sean más exitosos:

  1. Hacer explícito lo implícito: No hay que dar por sentado que se comprende lo que significa algo o cómo funciona. Se debe priorizar el logro de una comprensión compartida del propósito, el proceso y las expectativas, así como acordar qué componentes del proyecto son esenciales y cuáles están abiertos a cambios. Es recomendable identificar y ser lo más realista posible acerca de las limitaciones de tiempo, por lo que hay que planificar hacia atrás a partir de los plazos, permitiendo suficiente tiempo para el diálogo y la toma de decisiones. Finalmente, se deben reconocer los posibles obstáculos para comenzar a resolverlos cuanto antes.
  2. Considerar la colaboración como una posible asociación a largo plazo: Será esencial sentar las bases para un entendimiento compartido y generar confianza entre todos los actores. Esto puede implicar hacer malabarismos con la formación de equipos, el intercambio de conocimientos y la gestión de expectativas junto con la participación en la dirección de un proyecto en evolución, pero la inversión sostenida en la construcción de relaciones estables puede respaldar colaboraciones futuras mutuamente beneficiosas
  3. Perseverar: A veces, algunos desafíos pueden parecer insuperables y los procesos administrativos consumen demasiado tiempo. Sin embargo, los callejones sin salida a menudo preceden a los pivotes creativos y al movimiento colectivo hacia adelante cuando existe una confianza establecida. Después de todo, los beneficios mutuos de las colaboraciones multisectoriales y multidisciplinarias superan con creces los costos y, ante los complejos desafíos actuales, esta cooperación es indispensable. 

Este artículo fue elaborado en el marco del proyecto BRIDGE, que enfatiza la importancia de la cooperación multisectorial y de las múltiples partes interesadas en las políticas públicas. En su redacción han colaborado las siguientes expertas, que han contribuido a la implementación del proyecto: Patricia Andrews Fearon y Eolene Boyd-MacMillan, expertas en psicología de la Universidad de Cambridge (Reino Unido); Valerie DeMarinis y María Nordendahl, investigadoras en salud mental pública de la Universidad de Umeå (Suecia); y Verena Knerich, socióloga de la Universidad Estatal de Colorado (Estados Unidos). 

En FEPSU hemos abordado en distintas ocasiones la importancia de la colaboración entre la investigación científica y la producción de políticas públicas para una mejor prevencióndel delito y la estabilidad de la seguridad urbana. Por ejemplo, hemos compartido las recomendaciones de la investigación elaborada por el proyecto SHINE sobre la prevención de acoso sexual, las conclusiones del proyecto Cutting Crime Impact y la Generalitat de Catalunya sobre la importancia de la percepción en la prevención de la inseguridad o los resultados del estudio multidisciplinar de la vida nocturna llevado a cabo por la iniciativa ToNite en Turín (Italia), entre otras. Si quieres estar al tanto de más investigaciones como estas, no dudes en seguirnos en nuestras redes sociales: Facebook y Twitter.

Justicia restaurativa contra la polarización

La polarización es producto de nuestra interconexión global, pero también nos muestra aquellos puntos donde las desigualdades generan desconexiones dentro de la propia sociedad. Para mitigar los efectos adversos de este fenómeno, la justicia restaurativa surge como una herramienta para poner en valor las cualidades positivas de la humanidad. “La justicia restaurativa es un enfoque inclusivo para abordar el daño o el riesgo de daño mediante la participación de todos los afectados para llegar a un entendimiento y acuerdo común sobre cómo se puede reparar el daño o la infracción, mantener las relaciones y lograr la justicia”, asegura Tim Chapman, experto del proyecto BRIDGE de Efus, en una entrevista publicada originalmente en inglés y de la que en FEPSU te compartimos algunas de sus conclusiones.

El daño de la polarización

Chapman propone aprender de la experiencia de Irlanda del Norte, su país natal, para entender cómo funciona la justicia restaurativa en una sociedad “profundamente polarizada por un conflicto que ha durado siglos”. Dejando de lado las particularidades del conflicto nord-irlandés, en todas partes la polarización entre grupos sociales suele estar vinculada a injusticias. “Cuando la política parlamentaria no aborde estas injusticias, habrá protestas que, si se reprimen o se ignoran, se convertirán en violencia”, afirma el experto del proyecto BRIDGE. En el caso de Irlanda del Norte, muchas personas murieron y muchas familias y comunidades quedaron divididas, con un legado de injusticia que continúa hasta hoy.

Las consecuencias de este conflicto ha provocado, entre otras desgracias, que en una ciudad como Belfast se hayan construido altos muros para dividir a comunidades con ideas antagónicas, por ejemplo. Sin embargo, estos muros, lejos de proteger a los barrios y familias, lo único que han conseguido es alimentar el extremismo y el odio hacia el diferente. Como muy bien apuntó la filósofa Hannah Arendt, “el totalitarismo apela a las muy peligrosas necesidades emocionales de las personas que viven en completo aislamiento y temen unas a otras». El enfoque de justicia restaurativa, en cambio, entiende la polarización como una amenaza a los valores de una sociedad cohesionada, pacífica y democrática. “La separación de personas puede llevar a ver a otros grupos como un riesgo para la seguridad o como una competencia por recursos como trabajos y alojamiento”, subraya Chapman.

Diálogo para una justicia restaurativa

En los procesos de justicia restaurativa el problema no son las personas: el problema es el daño causado por la polarización. Las personas que pertenecen a los grupos sociales polarizados, en cambio, son los recursos con los que se puede trabajar hacia una solución. “En lugar de mantenerlos separados, los procesos restaurativos unen a las personas en un diálogo con el fin de comprender el problema desde todos los lados y encontrar un camino a seguir”, destaca el experto del proyecto BRIDGE. Los sistemas de justicia penal se centran en la detección y el enjuiciamiento de los culpables de un delito de odio, al mismo tiempo que excluye y aparta a las partes afectadas por el crimen. La justicia restaurativa, en cambio, incluye a todos los afectados e implicados en el hecho lesivo, no solo a las víctimas y sus allegados, sino también a los perpetradores y su círculo social.

Este enfoque, como bien explica Chapman, asume que la comunidad circundante a los perpetradores del crimen pueden no solo ser víctimas, sino también parcialmente responsables del daño. Los espectadores que no hacen nada cuando se produce un daño pueden ser la fuente de un daño mayor para la víctima que para el perpetrador. Para Roberto Esposito, la comunidad no está formada por una identidad o territorio común, sino por nuestras obligaciones mutuas. Las identidades polarizadas son «la perversión de la idea de comunidad en su opuesto, en una que levanta muros en lugar de derribarlos», escribe el filósofo italiano.

Que las personas se reúnan para construir una comunidad o para repararla después de un incidente dañino es uno de los principales objetivos de la justicia restaurativa. ¿Qué mecanismos se pueden emplear para este fin? Una de las opciones es hacerlo a través de “círculos restaurativos” o conferencias en las que todos reciben apoyo para relatar sus experiencias y expresar sus sentimientos y puntos de vista y para escucharse y cuestionarse unos a otros de una manera segura y respetuosa. “Un círculo restaurativo es un proceso de comunicación no jerárquico en el que cada participante se sienta en un círculo y habla por turnos sin interrupción”, comenta Chapman.

El caso de BRIDGE

En este sentido, el proyecto BRIDGE de Efus prevé utilizar el teatro y el vídeo para involucrar a los jóvenes marginados de localidades como la Val d’Oise (Francia) con el fin de reducir la polarización entre ellos y la policía. En Lovaina (Bélgica), el alcalde y varias organizaciones municipales, privadas y comunitarias están desarrollando las redes, estrategias y procesos para sostener una Ciudad Restauradora. Esta iniciativa servirá para mantener la cohesión social y dar una respuesta eficaz a cualquier conflicto social que pueda exacerbar la polarización.

En última instancia, lo que se busca a través de la justicia restaurativa es mitigar la polarización al fomentar el respeto por la dignidad humana, fortalecer la solidaridad y la responsabilidad por los demás, deshacer la injusticia y conectar a las personas en el diálogo. “Las autoridades locales, con la participación de las partes interesadas relevantes, pueden utilizar la teoría de la justicia restaurativa y la herramienta de los círculos o conferencias restaurativas para contrarrestar las desigualdades estructurales y mitigar la polarización”, recomienda el experto del proyecto BRIDGE, Tim Chapman.

Si quieres conocer más sobre el proyecto BRIDGE y otras iniciativas organizadas por Efus y en las que FEPSU participa activamente, no te olvides de visitar nuestra página web, donde además encontrarás más contenido y recursos para poder trabajar en una mejor prevención del crimen y hacia una seguridad urbana integral.

¿Es posible medir la polarización a escala local?

La polarización de la sociedad es uno de los fenómenos más complejos que atacan a las democracias pluralistas. Como explica el politólogo austríaco Markus Pausch, “en los últimos años se ha hecho evidente en muchos países una erosión de la cohesión social”, que ha generado “un proceso de agudización de las diferencias entre los grupos de la sociedad que puede resultar en un aumento de las tensiones”. Sin embargo, estos fenómenos suelen ser medidos siempre a escala estatal o regional, pero en muy pocos casos se ha abierto la posibilidad de estudiar sus efectos en el ámbito local. Por este motivo, desde el proyecto BRIDGE de Efus, cuyo objetivo es ayudar a las administraciones a reducir la polarización y el extremismo, se han elaborado una serie de herramientas para medir este tipo de fenómenos en ciudades y barrios. En FEPSU, te compartimos algunas de las aportaciones que ha hecho este programa en este sentido. 

Dos herramientas prácticas

En un encuentro virtual de autoridades locales y regionales europeas, en el que se trató el tema de la prevención de la radicalización y que tuvo lugar el pasado 27 de octubre, Efus presentó los indicadores y herramientas para medir los fenómenos de polarización local desarrollados por el proyecto BRIDGE. Concretamente, se presentaron los proyectos Quick Scan, el cual es utilizado por la ciudad de Rotterdam (Países Bajos), y Zero-Sum Mindset, una herramienta diseñada por la experta del Departamento de Psicología de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), Patricia Andrews Fearon. 

Efus fue invitado a este encuentro virtual por el proyecto CHAMPIONs, una iniciativa que busca proponer un modelo de acción cooperativa armonizada para detener la polarización y que reúne a ocho organizaciones y universidades de Europa central y oriental con el objetivo de ayudar a los profesionales de primera línea en Alemania, Hungría, Polonia y Rumanía para comprender mejor los fenómenos locales de polarización.

Los participantes subrayaron la importancia de las discusiones e intercambios de prácticas de éxito entre distintas comunidades. También insistieron en la necesidad de proporcionar a los profesionales de primera línea soluciones y herramientas concretas que puedan utilizar en su trabajo diario para prevenir y / o contrarrestar la polarización. Finalmente, también coincidieron en la necesidad de contar con espacios seguros para la discusión.

Detectar la tensión

Una de las propuestas presentadas por Efus fue la metodología Quick Scan se utiliza en Rotterdam para medir las tensiones o la polarización dentro de la población local. Esta herramienta se basa en una recopilación de datos e información proporcionada por los servicios de atención a la juventud de la ciudad, la policía y otros agentes clave, por lo que la información procede tanto de los actores locales como de los responsables políticos

La ciudad realiza cuatro evaluaciones de Quick Scan al año, pero también la utiliza para medir la repercusión de eventos concretos en la cohesión social local, incluyendo aquellos que se producen lejos, como fue el caso de los ataques contra mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda, que causó 51 muertes en 2019.

Mentalidad de suma cero

La iniciativa Zero-Sum Mindset, en cambio, funciona como un cuestionario práctico que sirve a los gobiernos locales para evaluar el grado de polarización a nivel local. A través del concepto de “mentalidad de juego de suma cero”, esta herramienta busca detectar formas de pensar en las que se perciben las relaciones intergrupales y sociales como fijas y antagónicas, lo cual excluye la posibilidad de cooperación y diálogo

Los trabajos realizados por la investigadora Andrews Fearon han demostrado que esta visión del mundo dividido entre ganadores y perdedores es un indicador confiable para evaluar la polarización. El cuestionario permite detectar la presencia o ausencia de una mentalidad de juego de suma cero en una localidad o región, lo que posibilita a las autoridades locales o regionales medir también el grado de polarización en su territorio, así como la presencia de factores de riesgo o resiliencia.

El proyecto BRIDGE de Efus tiene por objetivo principal crear conciencia entre los actores locales y fortalecer su capacidad para reducir la vulnerabilidad individual y colectiva a la radicalización y al mismo tiempo mitigar el fenómeno de polarización. Entre sus miembros se encuentran el Ayuntamiento de Terrassa, el Govern de Catalunya y el Real Instituto Elcano, en representación de España; así como otras administraciones y organizaciones europeas como el Consejo departamental de Val d’Oise (Francia) y los consistorios de Düsseldorf (Alemania), Genk (Bélgica), Igoumenitsa (Grecia) y Rotterdam (Países Bajos), entre otras ciudades. 

Para conocer más sobre esta iniciativa, puedes visitar la página web de FEPSU, donde encontrarás información también sobre otros proyectos en los que participan nuestros socios.