Aplicaciones móviles de alerta de delitos: beneficios y limitaciones

En seguridad urbana, la tecnología se puede utilizar para promover un modelo de seguridad integrado, en el que la misma se coproduce con la ciudadanía. La población suele participar a través de las redes sociales en sus diversas formas: plataformas, redes, aplicaciones o servicios de mensajería. También existen aplicaciones móviles de alerta de delitos, que funcionan de diferentes formas y para distintos propósitos. Algunas tienen como objetivo recopilar información sobre los niveles de criminalidad en una ciudad y ofrecer orientación general a las víctimas. Otras se centran en delitos específicos, como delitos de odio o violencia contra la mujer. Por otro lado, algunas ofrecen un canal de comunicación directo con los servicios de la policía local o con instancias de apoyo a las víctimas, mientras que otros solo ofrecen apoyo entre pares. El proyecto Cutting Crime Impact (CCI) ha recopilado distintas iniciativas de este estilo en una guía informativa, para analizar su impacto en las realidades locales. En FEPSU te compartimos algunos de los puntos más interesantes de la misma. 

Empoderar e informar

Las aplicaciones de alerta de delitos pueden ayudar y empoderar a las víctimas de diferentes formas. Al aclarar sus derechos legales y proporcionar información sobre los servicios de apoyo a las víctimas y los posibles pasos siguientes, estas aplicaciones permiten a la ciudadanía tomar una decisión informada con respecto a sus opciones. Pueden ayudarlos a navegar lo que podría ser una red confusa de servicios disponibles para ellos, permitiéndoles tomar el control de la situación. 

Las aplicaciones también pueden empoderar a los grupos discriminados o vulnerabilizados, como los miembros del colectivo LGBTIQ+, para buscar apoyo en casos de violencias o discriminaciones experimentadas y así denunciarlo, si no formalmente a la policía, al menos de forma anónima a través de la aplicación, proporcionando un importante primer paso en el proceso de denuncia antes de acudir a las autoridades.

Información e impacto en políticas públicas 

Además de empoderar y apoyar a las víctimas, las aplicaciones de alerta de delitos pueden ser una fuente de información sobre los tipos de delitos que a menudo no se denuncian. Pueden esclarecer realidades que no se reflejan en las estadísticas oficiales sobre delincuencia. Esto plantea una serie de preguntas: ¿A quién se debe informar de las alertas: a las autoridades locales u otras instancias, como los servicios de apoyo a las víctimas? ¿Cómo pueden los agentes de seguridad locales trabajar en respuestas conjuntas con otros servicios?

Estas aplicaciones pueden también tener impactos en las políticas públicas. Como fuente de información, las aplicaciones de alerta de delitos pueden ayudar a las autoridades a comprender mejor las experiencias de los diferentes colectivos de la comunidad y adaptar sus políticas públicas a las necesidades reales. También puede fomentar respuestas que incluyan a todas las partes interesadas relevantes en la elaboración de soluciones. Además, estas aplicaciones móviles pueden permitir asociaciones con el sector privado e integrar su experiencia en la creación de bases de datos sobre delitos no denunciados. 

Implicaciones sociales y éticas

A pesar de los beneficios que estas aplicaciones, su mal manejo también puede significar consecuencias negativas para la población y para determinados colectivos. Existe el riesgo de que los datos recopilados de las aplicaciones de alerta de delitos se utilicen de formas que lleven a la estigmatización de los vecindarios. Por ejemplo, la idea de utilizar ubicaciones de alerta para crear un «mapa de calor» puede implicar sesgos de varios tipos.

La activación de una alerta puede basarse en una percepción de inseguridad básicamente subjetiva del usuario, más que en una situación objetiva de peligro. Estos sentimientos subjetivos se proyectan en los barrios, ya que lo que una persona encuentra inspirador en un entorno concreto, otra persona puede encontrarlo inseguro y aterrador. Además, estas percepciones de inseguridad pueden estar generadas a partir de prejuicios conscientes o inconscientes, lo que lleva a la discriminación en la recopilación de datos. Una posible falta de diversidad en la base de usuarios de una aplicación puede exacerbar este problema, y existe el peligro de que el tamaño de la muestra de usuarios sea demasiado pequeño para usarse como base para conclusiones generales.

Además, las aplicaciones que dependen de una comunidad abierta de usuarios para recibir y responder a alertas pueden correr el riesgo de ser infiltradas por personas con la intención de robar datos o utilizarlos para cometer delitos. Una mala encriptación puede permitir monitorear las alertas y, por ejemplo, acceder a la ubicación de una víctima en peligro, poniéndola en mayor riesgo.

Por otro lado, existen varios riesgos de protección de datos asociados con las aplicaciones de alerta de delitos. En primer lugar, los usuarios anónimos o pseudoanónimos podrían combinar sus datos con otros conjuntos de datos y registros, lo que podría significar que un usuario no puede permanecer inidentificable cuando lo desee. Los marcos legales existentes, en particular el marco de protección de datos de la UE, no abordan las técnicas de análisis de datos en evolución que podrían llevar a tal compromiso del anonimato. También existe la preocupación de que estas aplicaciones contribuyan a una sutil erosión de la privacidad por parte de la tecnología, ya que algunos pueden argumentar que su seguimiento de la ubicación de los usuarios es una forma de vigilancia.

Buenas prácticas 

A pesar de estas dificultades, el proyecto CCI ha decidido resaltar aquellas aplicaciones que por sus buenas prácticas están teniendo resultados satisfactorios. Una de ellas, por ejemplo, es App-Elles, una app gratuita de seguridad personal contra la violencia de género, desarrollada en 2015 por Resonantes, una organización francesa sin fines de lucro que aborda la violencia contra mujeres y niñas. La aplicación tiene dos propósitos principales: proporcionar ayuda y recursos y proporcionar una funcionalidad de alerta.

En España, en cambio, el Instituto de Derecho y Tecnología de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha desarrollado la aplicación RightsApp, financiada por el programa de Justicia de la Unión Europea. Su principal objetivo es empoderar a los ciudadanos europeos cuando se convierten en víctimas de delitos y ofrece servicios como una conexión directa con los servicios de emergencia, un recopilatorio de información sobre los derechos de las víctimas y la opción de buscar entidades como comisarías, centros de apoyo y consulados, por ciudad, país y tipo de entidad.

En FEPSU hemos abordado en distintas ocasiones las posibilidades de la tecnología para garantizar una buena prevención del delito y un mantenimiento de la seguridad urbana. Por ejemplo, hemos destacado una aplicación móvil para mejorar la seguridad y la prevención impulsada por el Ayuntamiento de Cornellà de Llobregat, hemos analizado cómo usar la tecnología para prevenir amenazas a la seguridad y también hemos abordado los criterios éticos para un buen uso de la inteligencia artificial. Síguenos en Twitter y Facebook para estar al tanto de los próximos artículos, eventos y novedades.

Una guía para una prevención integral del delito

Abordar la seguridad urbana de forma integral, tomando en cuenta los distintos factores que entran en juego para su mantenimiento, no es una tarea fácil. Aún así, este ha sido el objetivo que se han marcado los investigadores del Instituto Vasco de Criminología y doctores en Psicología César San Juan y Laura Vozmediano, que acaban de publicar la Guía de prevención del delito. Seguridad, diseño urbano, participación ciudadana y acción policial (2021, J.M. Bosch Editor). Este libro es un compendio estructurado y exhaustivo de acciones y estrategias de diagnóstico e intervención orientadas al fomento de la seguridad, dirigido a todo tipo de profesionales de la seguridad urbana, desde policías y criminólogos, hasta técnicos locales. En FEPSU te presentamos alguna de las claves de este manual.

La seguridad como un proceso

El punto de partida de los doctores San Juan y Vozmediano en la elaboración de esta guía ha sido que la seguridad no se trata solo de la reducción o la ausencia de todo tipo de actividad delictiva. La seguridad urbana debe ser entendida de forma integral, como un proceso de mejora continua de la calidad de vida de la ciudadanía. 

Por eso mismo, es muy importante que en ese proceso intervengan todos los actores sociales que puedan verse afectados, desde el ámbito más local, hasta el regional y nacional. Además, es de vital importancia recurrir a nuevos modelos de acción policial para que las medidas de prevención del delito puedan ser realmente exitosas. 

Ahora en el siglo XXI uno de los principales retos para las ciudades en materia de seguridad es la convivencia en sociedades multiculturales complejas. En este sentido, uno de los puntos que debe abordar una prevención integral del delito debe ser, sin duda, el favorecer un clima de seguridad y libertad, al mismo tiempo que se trabaja por reducir la sensación de miedo de la ciudadanía, sobre todo en las grandes ciudades, ya que este es uno de los factores que más contribuyen al deterioro de la convivencia. 

La importancia del diseño urbano

¿Qué otros factores intervienen en la consecución de una seguridad urbana integral? Para los autores de la Guía de prevención del delito, uno de los aspectos claves a tener en cuenta es el diseño de las ciudades. La planificación urbana no solo debe ser una herramienta clave a la hora de prevenir la actividad delictiva, sino que es también un factor muy importante para garantizar unas ciudades inclusivas, seguras y amigables, donde la convivencia pueda ser posible. 

En el prólogo del libro, el Dr. Marcus Felson, profesor de Justicia Criminal de la Texas State University, señala que el diseño y también el mantenimiento de los barrios es uno de los factores que intervienen en el incremento o en la reducción del delito. “Es demasiado habitual en las sociedades contemporáneas diseñar los barrios sin unas expectativas claras de las dinámicas sociales que se pretenden incentivar”, apunta Felson, un hecho que provoca que el delito se establezca en aquellos barrios donde hay una escasez de servicios públicos o donde la gestión del espacio urbano ha sido inexistente o insuficiente. 

Es por este motivo que es muy importante tener en cuenta el diseño y la planificación urbana desde el primer momento para garantizar un clima de seguridad en las ciudades. Si esto no es así, los problemas de seguridad podrían acabar siendo relegados únicamente a la policía o a la seguridad privada, sin que las administraciones públicas asuman las responsabilidades que le pertocan a la hora de mantener unos barrios seguros. 

Voces experimentadas 

Ya que la prevención del delito es una materia que toca diversas aristas, es necesaria una implicación de múltiples actores y agencias en el mantenimiento de la seguridad. Por eso, esta Guía de prevención del delito aborda los retos para las ciudades en materia de seguridad desde una óptica de la prevención situacional del delito y la prevención del delito a través del diseño ambiental, conocida como CPTED por sus siglas en inglés. 

En este sentido, la experiencia de los autores del libro es vital para el desarrollo de las herramientas y propuestas que realizan en la publicación. Ambos son profesores en el ámbito de las ciencias criminológicas para el departamento de Psicología Social de la Universidad del País Vasco y forman parte de uno de los grupos de investigación de máxima categoría del sistema universitario vasco. 

El doctor San Juan es el director de este grupo de investigación, el cual ha desarrollado diversos trabajos de consultoría en materia de seguridad para administraciones locales, así como una amplia producción científica en revistas, capítulos del libro y monografías. 

Además, la doctora Vozmediano obtuvo el I Premio a la Promoción de Investigadores Noveles en Criminología otorgado por la Sociedad Española de Investigación Criminológica y obtuvo el Premio Pinatel al mejor trabajo de investigación en Criminología en su cuarta edición. En la actualidad, ambos forman parte del equipo de dirección de la publicación International e-Journal of Criminal Science.

Si quieres conocer más sobre la Guía de prevención del delito y adquirir algún ejemplar, puedes visitar la web de la Librería Bosch. Para informarte sobre otros temas e iniciativas relacionados con la seguridad urbana y la prevención, te invitamos a visitar la página web de FEPSU, donde además encontrarás recursos y proyectos.

Garantizar la protección de los espacios públicos

Los espacios públicos son lugares de intercambio, cultura, comercio, ocio y expresión política, cualidades inherentes a las ciudades. Sin embargo, debido a que son lugares abiertos y, en muchos casos, emblemáticos de una ciudad, una región o un país, los espacios públicos pueden convertirse también en focos de delincuencia e incivismo y, lo que es peor, en blancos principales de ataques terroristas, como ha sucedido en Europa durante la última década. Por este motivo, el Foro Europeo de Seguridad Urbana (Efus) ha lanzado el proyecto Secu4All, que busca fortalecer las capacidades de los entes locales y regionales para garantizar la seguridad de los espacios públicos y la protección contra posibles riesgos de lugares como instalaciones deportivas, centros comerciales, escuelas o sistema de transporte, los cuales pueden convertirse en objetivos de ataques. En FEPSU te compartimos algunos de los principales objetivos de este nuevo programa europeo.

Herramientas para las ciudades

Para las autoridades locales y regionales, la gestión de los espacios públicos es sin duda una de sus acciones más visibles a los ojos de la ciudadanía, ya que es el ámbito donde su visión de la sociedad se materializa y representa mejor. Asegurar que estos espacios sean inclusivos y abiertos, pero también pacíficos y seguros, es un desafío complejo para los entes locales y regionales, que son los que se encuentran en primera línea cuando ocurre una crisis. Ayudar a las ciudades europeas a tener mejores herramientas teóricas y prácticas para abordar la prevención es una de las principales metas del proyecto Secu4All.

Este programa impulsado y liderado por Efus tendrá una duración de dos años y sus principales objetivos son: aumentar el conocimiento de las autoridades locales y regionales sobre los métodos y herramientas para evaluar la vulnerabilidad de los espacios públicos locales; mejorar la comunicación entre todos los actores relevantes que deben actuar en el caso de que ocurra una crisis (antes, durante y después); compartir conocimientos sobre las tecnologías innovadoras para reforzar la protección de los espacios públicos e intercambiar criterios éticos sobre el uso de dichas tecnologías y los datos recopilados; y reducir la sensación de inseguridad de los ciudadanos mediante la “Prevención del delito a través del diseño ambiental” (CPTED, por sus siglas en inglés).

Con un amplio alcance europeo y un enfoque transversal, el proyecto Secu4All reúne a un consorcio de autoridades locales y regionales, universidades y centros de investigación, think tanks, así como una red de agentes de seguridad privada. Entre sus miembros se encuentran el centro CRIMINA de la Universidad Miguel Hernández en Elche, el cual participó en nuestro webinar más reciente, y el Ayuntamiento de Xàbia, que es uno de los miembros actuales de FEPSU. Además, participan también las organizaciones europeas DITSS (Países Bajos) Dsp-groep Bv-DSP (Países Bajos), KEMEA (Grecia), la Organización Europea para la Seguridad-EOS (Bélgica), el Bruxelles – Prévention & Sécurité (Bélgica); los foros de seguridad urbana DEFUS (Alemania), FFSU (Francia) y FISU (Italia); así como el ayuntamiento de La Haya (Países Bajos) y la Policía Municipal de Riga (Letonia).

Cooperación y buenas prácticas

La experiencia en los diversos proyectos de prevención del crimen en los espacios públicos ha demostrado que es esencial que las administraciones locales y regionales cooperen con una amplia gama de actores locales, tanto del sector público como del privado, sobre todo en los ámbitos de planificación urbana, encuestas, servicios de transporte y movilidad, organización de eventos, protección y concientización de empresas locales y también, fundamentalmente, en la comunicación y el trabajo conjunto con las autoridades nacionales y europeas pertinentes. Sin embargo, para hacerlo, necesitan conocimientos y herramientas adecuadas. Ese es uno de los propósitos centrales del proyecto Secu4All: desarrollar contenidos formativos que proporcionen a las autoridades locales conocimientos teóricos y prácticos para que puedan mejorar sus acciones de prevención local o programas para salvaguardar sus espacios públicos frente a riesgos.

Pero además de estas herramientas y de la cooperación entre actores, “los gobiernos locales y regionales deben promover una mejor conciencia entre los ciudadanos sobre las buenas prácticas a seguir en caso de una amenaza, como un ataque terrorista”, como explica la especialista en mitigación de riesgos y miembro del Comité Asesor de Expertos de PACTESUR, Susanne Skov Diemer. En una entrevista para Efus, esta consultora en materia de seguridad señala que todavía no se ha desarrollado una “cultura de seguridad colectiva contra el terrorismo y otras amenazas actuales”, como sí ha sucedido, por ejemplo, con la educación de las medidas que hay que tomar en casos de incendios. 

“Si los ciudadanos adquieren una mejor y más amplia comprensión de las amenazas, el trabajo de las autoridades locales y nacionales y la policía en la protección de los espacios públicos no se verá obstaculizado”, apunta Skov Diemer. Para ello, además, es de vital importancia que los ciudadanos estén preparados psicológicamente para afrontar una crisis, ya que, como ha demostrado la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, “el estrés y el miedo pueden causar un comportamiento irracional y dañino”.

Pero esta preparación por parte de la ciudadanía no se consigue únicamente con una pedagogía psicológica y de buenas prácticas. También es muy importante que las autoridades locales y regionales mejoren “la confiabilidad, rapidez y eficiencia de sus canales de comunicación con los ciudadanos y explicar mejor las amenazas actuales y cómo reaccionar ante ellas”, pues, como pasó con los primeros meses de la pandemia, “la información insuficiente, poco clara y “los consejos contradictorios de los gobiernos jugaron un factor importante en la reacción de la gente a la crisis”. Una forma de reaccionar ante las crisis por parte de las administraciones públicas que el proyecto Secu4All intentará mejorar.  

Para saber más sobre este programa europeo liderado por Efus, puedes visitar su página web. Si quieres conocer otras iniciativas relacionadas con la seguridad urbana y la prevención, sigue nuestras redes sociales, donde semanalmente compartimos los artículos de nuestro blog así como otros proyectos en los que participa FEPSU y sus miembros.

Covid-19: la delincuencia se muda a Internet

La delincuencia también se encuentra en cuarentena. Debido a las medidas de confinamiento que se han tomado para hacer frente al coronavirus, los delitos se han reducido a la mitad y las detenciones han caído un 60% en todo el país, según datos del Ministerio del Interior

A pesar que los delitos y detenciones en general han ido a la baja desde el inicio del estado de alarma, desde el Ministerio del Interior avisan que el número de denuncias y detenciones por personas que se saltan las medidas de confinamiento tienen una tendencia al alza.

Solo en Madrid, la Policía Local ha interpuesto un total de 5.946 denuncias y ha detenido a 38 ciudadanos que no cumplen las restricciones decretadas por la alerta sanitaria ante el coronavirus, solo en la primera semana de confinamiento. En Barcelona, en cambio, se interpusieron casi 9.000 denuncias en tan solo diez días, entre Guàrdia Urbana y Mossos d’Esquadra.

Por otro lado, las fuerzas de seguridad advierten que ahora más que nunca la ciudadanía debe estar atenta ante posibles fraudes y delitos que pudieran cometerse a través de la red. El Centro Nacional de Protección de Infraestructuras y Ciberseguridad (CNPIC) alerta sobre la existencia de una quincena de ciberestafas perpetradas con el señuelo del COVID-19. 

Este tipo de ciberdelitos tienen el objetivo de robar los datos personales y credenciales de los ciudadanos, y utilizan como señuelo información relacionada con el coronavirus, como falsos sistemas de identificación de síntomas o mapas de propagación de la pandemia. 

Para prevenir estas estafas, el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil ha habilitado un canal para recibir información de los ciudadanos relacionada con las ventas fraudulentas y posibles estafas que utilizan el COVID-19 como gancho. La ciudadanía puede enviar sus dudas o hacer sus denuncias a través del correo electrónico ciberestafas@guardiacivil.org. 

Si quieres conocer los consejos de la Oficina de Seguridad del Internauta para navegar en un entorno virtual más seguro, puedes hacer clic en el siguiente enlace: https://www.osi.es/es/cibercovid19


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