Violencia y paz en las ciudades

Las ciudades juegan un rol central en el desarrollo de sociedades democráticas donde se favorezca la equidad, la justicia, la convivencia y el respeto hacia los derechos humanos. En este contexto, donde el mundo es cada vez más urbanizado, ¿cuáles son los tipos de violencia que se presentan en las ciudades y que ponen en peligro la paz social de los entornos urbanos? El informe La violencia y la paz en las ciudades, más allá de la seguridad hegemónica, elaborado por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau (Delàs) y el Institut de Drets Humans de Catalunya (IDHC), intenta responder a esta y otras preguntas a través de una visión sobre las políticas de seguridad donde se replantean las definiciones relacionadas con la violencia directa y la seguridad de las personas. En FEPSU te compartimos algunos de los enfoques más interesantes de esta investigación. 

Comprendiendo la violencia

El informe elaborado por la investigadora del Centre Delàs, Tica Font, y el investigador del IDHC, Karlos Castilla, parte de un marco conceptual que repiensa el concepto de la paz. Como señalan la autora y el autor del documento, “la paz no se contrapone a la guerra sino a la violencia, una violencia que se expresa por diversas vías o tipos”. 

Entre los distintos tipos de violencia que operan en el día a día de las ciudades no se encuentra solo la violencia directa, donde se incluyen el maltrato, la intimidación e incluso el asesinato; sino también las violencias estructurales, como la falta de acceso a derechos básicos como la educación, la sanidad y la vivienda; así como las violencias de tipo cultural, que se transmiten socialmente y son utilizadas para normalizar, legitimar y justificar tanto la violencia estructural como la directa. 

Por otro lado, la violencia debe ser entendida, en primer término, como una construcción social compleja conformada, la cual se estructura a partir de acciones, palabras, actitudes, sistemas o estructuras que causan daño físico, psicológico, social o medioambiental; que, en último término, impiden a una persona o colectivo alcanzar su potencial humano pleno. 

“La violencia es una respuesta que puede elegirse, lo que la diferencia radicalmente del conflicto”, apuntan en el informe. Esto es así porque los conflictos pueden ser gestionados de múltiples maneras y su existencia no implica necesariamente el uso de la violencia. Para abordarlos, las herramientas más adecuadas son siempre el diálogo y la negociación

Finalmente, para comprender la violencia hay que diferenciarla de la agresividad, ya que esta última es “una característica humana individual, que emerge como respuesta a una amenaza percibida o real”. En este sentido, puede igualmente ser educada por la socialización y no necesariamente ha de expresarse por medio de la violencia.

La violencia en todas sus caras

Además de hacer estos apuntes conceptuales, el informe analiza los tipos de violencia presentes en las ciudades y las organiza en distintas categorías, entre las cuales se encuentran: 

  • El desplazamiento intenso de personas de zonas rurales a la ciudad, ya que se considera una emigración forzada que viene determinada por el mercado laboral. Además, estos desplazamientos se ven afectados también por fenómenos de gentrificación y terciarización, los cuales limitan el goce de los derechos de estas personas. 
  • La segregación por motivos socioeconómicos y étnicos supone también una forma de desigualdad socioespacial, que se expresa no sólo en los indicadores de renta, sino también en el acceso a derechos sociales básicos, como la educación, la salud, las zonas verdes o la cultura, entre otros. 
  • Diversos tipos de violencias estructurales, como puede ser la violencia de género, por ejemplo, expresada no sólo en forma de agresiones directas; sino también como desigualdades en el ámbito laboral, espacial o psicológico. Además, también existen violencias estructurales como la xenofobia, el racismo o la LGTBIfobia, que vienen determinadas por el hecho de que las ciudades no son espacios homogéneos, sino lugares donde conviven múltiples comunidades étnicas, culturales, lingüísticas, religiosas o de identidades sexuales. En este sentido, el fomento de la convivencia y del respeto se vuelve una tarea crucial. 
  • La ciudad es también un espacio donde se producen violencias directas, desde las más obvias y evidentes, hasta otras que están relacionadas con eventos multitudinarios musicales o deportivos, espacios de ocio nocturno, la desatención de ancianos, el acoso infantil y juvenil en escuelas o redes sociales; entre otras. 

El derecho a la ciudad

Finalmente, el informe hace hincapié en cómo las distintas formas de violencia que están presentes en las ciudades inciden en los derechos humanos y la importancia de que existan garantías en el sistema jurídico para no solo sancionar los actos de violencia, sino también para su prevención y así garantizar los derechos de todos y todas. 

En este sentido, la autora y el autor del documento resaltan que en el caso de España la mayoría de normas e instituciones se dirigen a  atender las violencias directas, unas cuantas a las violencias estructurales y son casi nulas las que se dirigen a las violencias culturales

Por este motivo, se hace necesario entender el “derecho a la ciudad” como “un punto de encuentro de todas las garantías de los derechos humanos (normativas, no jurisdiccionales, jurisdiccionales y ciudadanos) frente a las violencias en los entornos locales o más cercanos a la vida cotidiana de las personas”.

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Apuesta por la prevención a través del diseño

El Ayuntamiento de Terrassa se ha adherido a la Asociación catalana para la prevención de la inseguridad a través del diseño ambiental (ACPIDA), una apuesta clara del municipio con el objetivo de promover una visión integral de la seguridad y de las políticas dirigidas a su prevención y mantenimiento, utilizando el diseño urbanístico como herramienta clave de estas. En FEPSU te explicamos los motivos por los que esta ciudad, socia de nuestra red, se ha comprometido con esta estrategia de prevención, en auge en los últimos años en distintas localidades europeas. 

Búsqueda de la transversalidad

En la actualidad, existen varios estudios que evidencian que el entorno urbano es uno de los factores que condiciona la seguridad y que demuestran que la prevención del delito y la inseguridad se tiene que abordar de manera transversal, no solo con acción policial sino de también a través del diseño ambiental.

En este sentido, la teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad de Terrassa, Lluïsa Melgares, explica que “hay que trabajar la seguridad desde otras perspectivas, no solo la policial, por eso es una buena noticia la adhesión a esta asociación, que tiene la finalidad de difundir e impulsar la prevención del delito y la inseguridad a través del diseño ambiental”.

ACPIDA también tiene la finalidad de hacer seguimiento e implantación de los estándares internacionales en la materia y promover una nueva forma de concebir el diseño urbanístico, incorporando la interdisciplinariedad, para entender el espacio y el factor comunitario, y promover la integración de la diversidad en el diseño urbanístico, especialmente la perspectiva de género en el ámbito de la seguridad

Una visión que se aplicará en el trabajo preventivo de la Unidad de Policía de Barrio de la Policía Municipal de Terrassa, con la voluntad de detectar, en colaboración con la ciudadanía, aquellas deficiencias o espacios que favorezcan la aparición de infracciones.

Trayectoría en seguridad urbana

Hay que destacar que el Ayuntamiento de Terrassa tiene una larga trayectoria y compromiso en la mejora de la seguridad desde la perspectiva urbana. Un ejemplo es su adhesión al FEPSU, donde reunimos a distintas autoridades locales y regionales con la meta de defender y promover las políticas públicas y de prevención. Desde la red buscamos, además, asumir y difundir los planteamientos y metodologías de la Prevención del Delito a través del Diseño Ambiental.

En este sentido, celebramos que se haya puesto en marcha en Catalunya la ACPIDA, como espacio estructurado para la difusión de los principios y las metodologías de esta metodología de prevención a través del diseño, así como para la preparación de los actores sociales que lo deben poner en práctica. La ACPIDA, además, se constituye como capítulo de la Asociación Internacional para la Prevención del Delito a través del Diseño Ambiental (CPTED) en Catalunya.

Una metodología contrastada

La prevención a través del diseño ambiental es una metodología de éxito contrastado, que se promueve e implementa desde hace muchos años en distintas localidades de Europa y el resto del mundo. En FEPSU hemos abordado en diversas ocasiones los beneficios de esta estrategia, por ejemplo a través de las aportaciones del proyecto PACTESUR para poder planificar mejor las medidas de seguridad física que se deben implementar en las ciudades para reducir la percepción de inseguridad por parte de la población. 

Además, también hemos resaltado cómo se ha ido avanzando hacia la estandarización del modelo de prevención del delito a través del diseño ambiental, como lo demuestra la aprobación del certificado ISO 22341, que estandariza a nivel mundial los elementos, estrategias y procesos básicos para prevenir y reducir la delincuencia y el miedo a la delincuencia en un entorno nuevo o previamente existente. 

Finalmente, recordamos que en la base del modelo de la CPTED se encuentra la constancia de que los espacios públicos pueden ser, al mismo tiempo, espacios para promover la cohesión social, así como lugares para acentuar la marginación y la exclusión de una parte de la población. Por este motivo, es importante que cada vez más localidades apliquen estas estrategias para mantener la seguridad urbana y conseguir una mejor prevención del delito

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8M: seguridad y prevención en femenino

Cada 8 de marzo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer, una conmemoración que tuvo su origen en 1910 en Copenhague, durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas. Más tarde, en 1977 las Naciones Unidas adoptaron y reconocieron esta fecha, para invitar a todos los gobiernos y organizaciones de la sociedad civil a reconocer la igualdad de género y la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad. Desde FEPSU nos reafirmamos en nuestro compromiso de seguir trabajando por la prevención y la lucha contra la violencia machista. Por este motivo, compartimos algunas estrategias para garantizar la seguridad de todas las mujeres en las ciudades. 

Educar desde la infancia

La igualdad de género forma parte central y transversal de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por este motivo, organismos internacionales como ONU Mujeres intentan proporcionar distintas estrategias y enfoques para la prevención de la violencia de género, como una medida esencial para avanzar hacia una completa igualdad entre hombres y mujeres. 

Como señalan en el portal web de ONU Mujeres, “la violencia contra las mujeres y niñas tiene sus raíces en la discriminación basada en el género, en unas normas sociales que aceptan la violencia y en estereotipos de género que la perpetúan”. Comúnmente, las políticas para abordar este tipo de discriminaciones contra mujeres y niñas se han centrado en responder y apoyar a las supervivientes de violencia machista. No obstante, la prevención es una herramienta mucho más efectiva a la hora de conseguir su erradicación. 

En este sentido, en ONU Mujeres apuestan por un enfoque preventivo basado en la educación como pilar fundamental para romper los estereotipos de género y empoderar a las niñas desde edades tempranas. Para ello, el organismo resalta que debe existir un compromiso político para diseñar normativas que fomenten la igualdad e inviertan en dotar de recursos a las organizaciones de mujeres, que son las que trabajan en el terreno para prevenir toda expresión de discriminación y violencia

“Como parte de su estrategia de prevención, ONU Mujeres se centra en la educación de la primera infancia, en unas relaciones respetuosas y en trabajar con hombres y niños, especialmente a través y dentro de los medios de comunicación, las industrias del deporte y el mundo laboral”, destacan en el portal web del organismo. 

Ciudades unidas contra la violencia

Desde organizaciones como Efus y FEPSU apostamos claramente por prevenir la violencia contra las mujeres en el entorno local, como una estrategia clave para avanzar hacia una mayor igualdad de género. La violencia generalizada hacia las mujeres, que les afecta tanto en el ámbito público, como en el profesional y el privado, debe ser abordada de forma prioritaria por las políticas de seguridad locales. De la misma manera, se debe incluir la perspectiva de género como un enfoque transversal en todas las estrategias de seguridad urbana y prevención que se desarrollen. 

En su manifiesto de Seguridad, Democracia y Ciudades, Efus recomienda a las autoridades locales y regionales que se “involucren en las estrategias contra la violencia de género” y que su “papel en el campo de la prevención y el apoyo a las víctimas sea reconocido y fuertemente apoyado por los gobiernos nacionales y europeos. e instituciones internacionales”. Los miembros de Efus y de FEPSU se comprometen, en este sentido, a “intensificar sus esfuerzos como coordinadores y facilitadores de redes de prevención que incluyen múltiples actores” y a “aumentar la diversidad de perfiles, particularmente de género, en los equipos involucrados en la prevención de la violencia contra las mujeres”.

Cooperar para la prevención

Por este motivo, las ciudades socias de Efus y FEPSU cooperan en distintos proyectos europeos que buscan abordar la prevención de la violencia de género. Por ejemplo, la iniciativa SHINE  (Acoso Sexual en los Puntos de Entretenimiento Nocturno: Mitigación y Prevención, por sus siglas en inglés), busca crear una cultura común entre los actores del ocio nocturno y brindarles las herramientas adecuadas para prevenir el acoso sexual en los locales de ocio nocturno.

Fruto de este proyecto, se elaboró un informe donde se recogía la necesidad de ampliar las definiciones de acoso sexual contra las mujeres como una manera de mejorar su prevención. En este sentido, las autoras del informe subrayan la importancia de tomar en cuenta, por ejemplo, las definiciones culturales, sociales y sociológicas de lo que se considera acoso sexual, así como el uso que hacen del término las propias víctimas, respetando los límites y agravantes que ellas mismas marcan a la hora de narrar su experiencia. 

Por otro lado, desde ciudades socias de FEPSU, como Barcelona, se han realizado estudios sobre las desigualdades de género en el uso de los espacios públicos y sus consecuencias sobre la seguridad urbana. El 2021 el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB) y la Dirección de Prevención del Área de Seguridad y Prevención municipal del Ayuntamiento de Barcelona colaboraron para realizar el informe “Análisis de las conductas de riesgo en la movilidad en Barcelona desde una perspectiva de género”, en el que se estudió el riesgo vial real y percibido en los distintos medios de transportes utilizados de forma mayoritaria en el municipio, así como las conductas asociadas principalmente a este riesgo, tanto por hombres como por mujeres. 

A partir de ese estudio se pudo concluir que existen pautas de movilidad diferenciadas según el género, tanto en el tipo como en el volumen de los desplazamientos. Esto lleva a que las mujeres perciban una mayor sensación de inseguridad a la hora de moverse por la ciudad, un hecho que obliga a las autoridades locales a tomar en cuenta esta perspectiva de género a la hora de diseñar campañas de seguridad en el transporte público, por ejemplo. 

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Turismo y ciudades seguras

La seguridad se ha vuelto en los últimos años en un factor de especial preocupación para los turistas que visitan las ciudades europeas, en particular debido a las amenazas de ataques terroristas. El mantenimiento de la seguridad urbana, en este sentido, se vuelve un factor clave para mantener una actividad económica como el turismo, que es la fuente fundamental de ingresos para muchos países y ciudades de Europa. A continuación te compartimos algunas de las recomendaciones planteadas por Efus para favorecer el turismo en entornos urbanos seguros. 

Transmitir la seguridad 

El 22 de octubre de 2021 se celebró en Niza (Francia), en el marco de la conferencia internacional de Efus, Seguridad, Democracia y Ciudades, un taller alrededor del reto de promover un turismo urbano seguro y sostenible. El debate estuvo moderado por el teniente de alcalde a cargo de los derechos de las víctimas de la ciudad de Niza (Francia), Martine Ouaknine, y contó con la presencia de diversos ponentes expertos, entre los que se encontraban: Kyriaki Bourdakou, teniente de alcalde en la ciudad del Pireo (Grecia); Joao Lázaro, presidente de la asociación portuguesa de apoyo a las víctimas – APAV (Portugal); Ignacio Ibáñez, coordinador del programa de objetivos vulnerables de la Oficina de las Naciones Unidas contra el Terrorismo (UNOCT); y Fernando Gaona, subjefe y consejero de seguridad de la Policía Municipal de Xàbia (España)

Todos los ponentes estuvieron de acuerdo en que mantener la seguridad y, sobre todo, saber transmitir esta sensación de seguridad a los potenciales turistas es un gran reto para las ciudades europeas. Como ejemplo, los participantes en el debate señalaron que los atentados terroristas en Francia han provocado una caída de alrededor del 25% de los ingresos por turismo. “Si no hay seguridad, ¿por qué visitaría una ciudad?”, preguntó a los asistentes Ignacio Ibáñez. 

En este sentido, para los participantes en el taller los puntos clave para estrechar el vínculo entre seguridad y turismo son: la sostenibilidad, la responsabilidad, el apoyo mútuo y los derechos humanos. “Debemos vincular el turismo sostenible y responsable para garantizar la seguridad de turistas y ciudadanos”, subrayó Kyriaki Bourdakou.

De esta manera, un turismo sostenible es aquel que implica garantizar que todas las víctimas sean atendidas de manera adecuada. Con esto en mente, es vital que tengamos políticas sólidas y estructuras establecidas que puedan ayudar a apoyarlas y orientarlas (estructuras de apoyo a las víctimas, policía comunitaria, estrategias integradas, cooperación entre los niveles de gobierno local, regional, nacional, europeo e internacional).

Mejorar la comunicación

Otra de las dificultades más mencionadas entre los panelistas fue el problema que se produce por la separación de los servicios de seguridad y el turismo. Para llevar a cabo políticas efectivas y realistas de mantenimiento de la seguridad, ambos servicios deberían trabajar juntos para crear políticas de seguridad turística que sean capaces de responder a las demandas de los turistas, siempre considerando la sostenibilidad de estas estrategias a largo plazo.

Por lo tanto, repensar y reformular las políticas de seguridad turística es esencial y debe implementarse a través de soluciones innovadoras. Entre los ejemplos de buenas prácticas mencionados por los ponentes se encontraba el caso del Ayuntamiento de Xàbia y su Policía Turística Comunitaria, desde la cual se han puesto en marcha varios canales de comunicación con los turistas que visitan la localidad cada año. La apuesta por una mayor proximidad con las personas que visitan temporalmente la localidad se ha convertido en una de las prioridades para las autoridades locales del municipio. 

Otro ejemplo de buenas prácticas es el caso de Casa de Apoyo a las Víctimas de la ciudad de Niza (Francia), una institución municipal creada en 2015 con el objetivo de centralizar en una única oficina la atención a cualquier persona que haya sido víctima de un delito, independientemente de si se trata de una residente o turista. El equipo multidisciplinar que trabaja en el espacio (formado por juristas y psicólogos, entre otros profesionales) proporciona información rápida y práctica sobre los derechos de la víctima y qué trámites administrativos debe realizar para disfrutar de sus derechos.

Ambos ejemplos de buenas prácticas expresados por los ponentes tienen en común que lo que buscan es fortalecer la comunicación con los turistas, brindándoles información adecuada, práctica y útil.

Autonomía para pasar a la acción

Finalmente, los ponentes coincidieron en la necesidad de que las ciudades puedan elaborar su propia política de seguridad y turismo, lo que les exige contar con los recursos suficientes y el apoyo político de su gobierno nacional. En este sentido, la autonomía de las administraciones locales para ser proactivas debe combinarse con los recursos pertinentes para que las autoridades locales y regionales puedan adaptarse a nuevos contextos, crisis y riesgos de una manera ágil y flexible.

Otro punto que mencionaron los participantes en el debate fue la importancia de esforzarse por asegurar el respeto a los derechos humanos fundamentales, que generalmente consideramos como un hecho en nuestras sociedades. Los responsables políticos locales deben asegurarse de que se les respete cuando busquen proteger a los turistas. “La seguridad urbana seguirá estando en el centro de los desafíos de nuestra sociedad”, concluyó Martine Ouaknine. 

En otras ocasiones en FEPSU hemos abordado la importancia de mantener la seguridad urbana como un requisito para el desarrollo económico y social de las ciudades. Por ejemplo, hemos tratado cómo se pueden diseñar ciudades seguras e inclusivas para favorecer la cohesión social y prevenir la exclusión de una parte de la población. También hemos abordado las estrategias de seguridad para la vida nocturna local, como uno de los espacios clave donde es necesaria la prevención de la violencia y el delito. 

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¿Por qué la policía necesita reconectarse con lo local?

Las definiciones respecto a qué significa que la población esté y se sienta segura ha ido cambiando a lo largo de los años. Sin duda, la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 y las restricciones sociales sin precedentes que se impusieron para limitar su extensión han tenido un efecto acelerador en este cambio de paradigma. Dentro de este contexto, las fuerzas y cuerpos de seguridad se enfrentan al reto de recuperar la percepción de seguridad en aquellos lugares que dejaron de ser percibidos como seguros, para que la ciudadanía pueda volver a disfrutar de sus libertades sin miedo y en armonía con los demás. En este sentido, el centro de estudios británico The Police Foundation ha publicado un artículo en el que aboga por recuperar el trabajo de los policías locales en el terreno y así reconectar con la ciudadanía, para mejorar la percepción de seguridad de la población. En FEPSU te compartimos algunas de sus conclusiones.

Cambios de paradigma

En el artículo Police in place. Why the police need to reconnect locally, el director de investigación de The Police Foundation, Andy Higgins, hace un repaso sobre cómo a lo largo de los últimos años emerge en distintas partes del mundo una sensación de deterioro local, que lleva a la población a percibir como inseguros lugares que antes eran vistos como espacios públicos seguros.

Al mismo tiempo, la Covid-19 no solo redujo durante un tiempo el rango de lugares en los que desarrollábamos nuestras actividades, sino que también nuestras rutinas diarias de pronto se vieron cubiertas por un peligro invisible y por un mayor escrutinio, aprehensión e indignación hacia las acciones de aquellos con quienes compartimos nuestros espacios. Por este motivo, para Higgins, se vuelve necesario repensar lo que significa estar y sentirse seguros en el espacio público y entre nuestros vecinos y vecinas, mientras emergemos hacia un mundo diferente después de haber experimentado una pandemia global.

Dentro de este contexto, se hace necesaria una acción policial preventiva y cercana a la población, que actúe desde los barrios para atajar aquellas problemáticas sociales que se dan a nivel local.

No perder de vista lo local

Higgins explica que la tarea de las agencias encargadas de mantener la seguridad se ha complejizado en esta era moderna, en la que las personas viven interconectadas y se relacionan entre ellas en distintos dominios, físicos y virtuales, los cuales contienen riesgos para la seguridad. Además, debido a esta complejidad, muchas veces los problemas locales de los vecindarios parecen triviales y se les acaba dedicando menos recursos y espacios de reflexión.

«Nuestra búsqueda por respuestas a los problemas sociales que sean más sofisticadas, basadas en la evidencia y eficientes también nos ha empujado hacia lo universal y nos ha alejado de lo situado. Hemos estado, quizá, muy ocupados buscando lo que funciona, sin tener en cuenta que muy pocas cosas funcionan igual en todos lados, y que las intervenciones basadas en los lugares, específicas y orientadas a problemas concretos suelen tener resultados más efectivos», señala el investigador de The Police Foundation.

Por este motivo, en la actualidad se vuelve más necesario que nunca prestar atención a las particularidades de cada lugar y las relaciones que estas generan, para poder entender mejor lo que hace que los lugares sean más o menos seguros y que la gente que vive en ellos se sientan más o menos seguros.

No solo hace falta recuperar modelos de policía comunitaria de décadas pasadas o replicar estrategias de resolución de conflictos predeterminadas, sino que hoy más que nunca se hace necesario reconectar con el compromiso de desarrollar un entendimiento sofisticado de las necesidades de la comunidad junto a la necesidad de la policía de estar realmente presente en los lugares, hablar con las personas que viven y pasan tiempo ahí, así como entender los problemas en sus contextos locales.

Una policía situada

La gestión de las restricciones sociales aplicadas durante la pandemia de la Covid-19 nos ha dejado muchas enseñanzas respecto a lo que debe ser la acción policial de proximidad. Durante los meses más duros de la crisis sanitaria, la policía se vio ante un nuevo reto: ¿cómo conseguir la complicidad de la población para implementar las medidas de control social más restrictivas para la vida de las personas desde la Segunda Guerra Mundial?

La naturaleza de estas normas, que no podían ser impuestas, empujaron a los policías, sobre todo locales, a buscar el consenso y activar la complicidad de la población a través de la persuasión. Sin embargo, esto no fue igual de sencillo en todos los lugares, ya que cada contexto presenta sus propias particularidades respecto a la relación entre agentes policiales y población.

Como destaca Higgins, «la gente sigue reglas y coopera con los agentes, no porque teman las consecuencias de una desobediencia, sino porque creen que es lo correcto que hay que hacer». Por lo tanto, la única forma de conseguir legitimidad y autoridad a partir de la cual provocar la complicidad y la cooperación de la ciudadanía es que los agentes locales de policía sean percibidos como justos, bienintencionados, dignos de confianza y respetuosos, así como personas capaces de escuchar y permitir que los demás se expresen.

«Solo una policía arraigada en el terreno, conectada con las comunidades y familiarizada con las historias que viven y explican, puede generar un entendimiento mutuo y conseguir la confianza en las comunidades», subraya el director de investigación de The Police Foundation. Por estas razones es vital que la policía sea capaz de tener a la población de su lado cuando suceda lo inesperado o cuando la situación social se ponga tensa. Esto significa recolocar a los agentes policiales ahí donde puedan escuchar, hacer contacto cercano, volverse familiares y llegar a conocer y a sentir y comprender algo de lo que significa estar y vivir en ese lugar y en ese momento concreto.

En FEPSU hemos abordado en distintas ocasiones la importancia de que la policía local trabaje con distintos actores relevantes para la comunidad, desde el municipio y los agentes sociales, hasta las autoridades estatales o regionales. Por ejemplo, hemos destacado los beneficios y las limitaciones de las aplicaciones de alerta de delitos para mejorar la prevención y la seguridad. También nos hemos preguntado qué tan efectiva es la vigilancia policial predictiva o cómo funciona la tecnología de sensores portátiles y su potencial para la seguridad en el trabajo de las policías locales. Síguenos en Twitter y Facebook para estar al tanto de los próximos artículos, eventos y novedades.

La importancia de la percepción en la prevención de la inseguridad

La seguridad tiene enormes componentes subjetivos y sociales. Cuando aparece un estallido de inseguridad, una de las principales dificultades es determinar la causa de este condicionamiento de las conductas ciudadanas. Es fundamental, por ello, tener la capacidad de articular respuestas que puedan incidir en los factores que generan inseguridad y tener criterios claros para evitar respuestas rutinarias que, por muy visibles que sean, no afrontan el problema de fondo. Para conseguir este objetivo, el proyecto Cutting Crime Impact (CCI) ha desarrollado junto al Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya la guía La percepción importa, que brinda herramientas para analizar manifestaciones de percepción de inseguridad y articular respuestas eficaces. En FEPSU te compartimos algunos de los puntos clave de este documento. 

Orientar a los gestores públicos

Esta herramienta creada por el proyecto CCI y el Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya busca orientar a los gestores públicos a la hora de interpretar las manifestaciones inusuales de inseguridad, a determinar las causas y a articular respuestas que estén en condiciones de mejorar la percepción de seguridad de la ciudadanía. Solo así la ciudadanía podrá volver a llevar a cabo sus actividades de forma libre.

La guía La percepción importa. La seguridad de las personas ha sido elaborada en colaboración con técnicos municipales, sobre todo del Ayuntamiento de Barcelona, y altos mandos de organizaciones policiales, como Mossos d’Esquadra y policías locales. 

Los gestores públicos de la seguridad se encuentran en situaciones en que las expresiones públicas de inseguridad requieren una interpretación y toma de decisiones que permita gestionar la situación de manera que no se deteriore, por lo que su participación en la elaboración de esta guía ha sido muy importante. 

Atajar las causas de la inseguridad

Las manifestaciones de percepción de inseguridad acostumbran a estar relacionadas con espacios concretos e, incluso, con determinadas franjas horarias. Una respuesta estándar, genérica, está abonada al fracaso. Por ello, es necesario un análisis mínimamente profundizado (y, si es posible, rápido) que permita detectar las causas que hay detrás de aquel estallido de inseguridad (y no de la inseguridad en general) con el fin de tomar las medidas que puedan afrontar concretamente aquellas causas.

Los gestores de seguridad están sometidos a una presión alta cuando hay una manifestación pública de inseguridad o de miedo al delito. Esta presión les impide, a menudo, tener la calma y el tiempo suficientes para analizar la situación adecuadamente y favorece la toma de medidas rutinarias y muy visibles que, aunque no solucionan el problema, sirven para amortiguar la presión pública y política.

La guía La percepción importa pretende precisamente ofrecer criterios sencillos y prácticos para que estas personas encargadas de articular respuestas a las manifestaciones públicas de inseguridad puedan identificar qué medidas urgentes tienen que tomar, a la vez que facilita el análisis en profundidad de la situación y una respuesta más integral con medidas a corto, medio y largo plazo, para evitar la adopción de aquellas que sirven para “distraer” el problema pero que, en el fondo, lo van enquistando.

Una herramienta múltiple

La herramienta consta de cinco documentos que forman parte de una misma estrategia y que pueden ser utilizados juntos o por separado. El cuaderno 1 constituye la guía en sentido estricto, que incorpora las preguntas clave que una persona con responsabilidades en la gestión de la seguridad tiene que hacerse ante un incidente de inseguridad. También contiene las fuentes a las que puede recurrir para informarse adecuadamente. Al final del cuaderno hay una clarificación de conceptos a tener en cuenta a la hora de gestionar crisis de inseguridad subjetiva para conocer con precisión cuáles son sus dinámicas.

El cuaderno 2 nos ayuda a evaluar si nos encontramos ante un incidente que requiere medidas urgentes, inmediatas, a la vez que continuamos con un análisis más global del problema. El documento incluye indicadores para decidir si las medidas urgentes son necesarias o no, así como recomendaciones del tipo de medidas a tomar.

El cuaderno 3 explica, de manera sencilla, varias metodologías de investigación en el campo de las ciencias sociales, con consejos prácticos de cómo tienen que ser gestionadas para obtener la información requerida sin entrar en procedimientos de reflexión interminables. No se trata de un manual de metodología, sino de recomendaciones sobre cómo utilizar algunas de manera simple y útil para mejorar nuestro diagnóstico de inseguridad.

El cuaderno 4 pone a disposición del lector criterios para articular medidas de respuesta a estallidos de inseguridad en virtud de las causas que la han provocado, de manera que la inseguridad pueda ser contenida y revertida. Se presentan medidas de tipo diverso y transversal, así como a corto, medio y largo plazo. También incluye un enlace con documentos que recogen buenas prácticas en este campo.

El cuaderno 5 ofrece, por una parte, pautas para entender la importancia que tiene la comunicación con la ciudadanía en materia de seguridad subjetiva, y por otra, los criterios a seguir para que la comunicación pública consiga efectivamente mejorar la percepción de seguridad de la ciudadanía o, cuando menos, no agravarla en momentos de crisis.

Un proyecto amplio

Esta guía práctica forma parte de la estrategia del proyecto Cutting Crime Impact (CCI), financiado por el programa Horizon 2020 de la Unión Europea, que pretende prevenir la delincuencia ordinaria (toda aquella que no es organizada) y, en caso de producirse, reducir el impacto tanto como sea posible. 

Con este fin, el proyecto trabaja en cuatro ámbitos concretos: la policía predictiva, la policía comunitaria, la prevención del delito a través del diseño ambiental y, finalmente, la percepción de seguridad, que es el área en la que se inscribe la herramienta que hemos presentado. El proyecto tiene la finalidad de elaborar herramientas en estos cuatro ámbitos que puedan ser aplicadas por los actores de seguridad para cumplir los fines del proyecto.

Si quieres acceder a la guía completa y a otros contenidos relacionados con la misma, no dudes en visitar la página web del Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya. Si, en cambio, deseas conocer otros proyectos en el ámbito de la seguridad y la prevención, puedes acceder a la web de FEPSU, donde además encontrarás artículos y recursos sobre temáticas diversas.

¿Corren el mismo riesgo hombres y mujeres al moverse por la ciudad?

¿Los hombres y las mujeres tienen pautas de movilidad diferentes cuando transitan por la ciudad? Estas diferencias, ¿tienen consecuencias en la percepción y la seguridad real de las mujeres en sus trayectos? Estas y otras preguntas son las que intenta responder el primer informe de conductas de riesgo en la movilidad en Barcelona que se ha elaborado desde una perspectiva de género. Este documento es el resultado de la colaboración del Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB) y la Dirección de Prevención del Área de Seguridad y Prevención municipal del Ayuntamiento de Barcelona, el cual es socio de FEPSU. A continuación te compartimos algunas de las principales conclusiones a las que ha llegado el informe. 

El género determina medios y desplazamientos

El informe “Análisis de las conductas de riesgo en la movilidad en Barcelona desde una perspectiva de género” ha estudiado las pautas de movilidad de las mujeres en la ciudad y su diferencia respecto a las de los hombres. Además, también ha analizado el riesgo vial real y percibido en los distintos medios de transportes utilizados de forma mayoritaria en el municipio, así como las conductas asociadas principalmente a este riesgo. 

La primera conclusión a la que ha llegado la investigación es que existen pautas de movilidad diferenciadas según el género, tanto en el tipo como en el volumen de los desplazamientos. Además, también varía el uso de los modos de transporte y las pautas de este uso. Por ejemplo, las mujeres activas, tanto ocupadas como en paro, son el grupo de población que hace más actividades diarias fuera del hogar y, por tanto, hacen más desplazamientos a lo largo del día. 

Además, los desplazamientos de las mujeres son de más proximidad en comparación con los de los hombres y, por eso mismo, constituyen el perfil más habitual de movilidad a pie y también el que más utiliza el transporte público. Sin embargo, en contraste, las mujeres utilizan menos las bicicletas y los vehículos de movilidad personal (VMP), como patinetes eléctricos. 

El origen geográfico de las mujeres también determina el tipo de transporte que se utiliza, ya que aquellas que residen en los distritos más lejanos del centro de la ciudad tienden a utilizar medios motorizados en un número más alto. Aún así, la clase social es la que determina principalmente el uso del coche o de la moto, ya que es en los distritos con rentas más altas donde el vehículo privado gana protagonismo.

Menor percepción de seguridad en mujeres

Por otro lado, el informe elaborado por el IERMB y el Ayuntamiento de Barcelona señala también que la percepción de la seguridad y del riesgo atribuido a los diferentes modos de transporte difiere según sexos. En la investigación han concluido que las mujeres viven la movilidad urbana con una menor percepción de seguridad que los hombres. 

Por ejemplo, en el caso concreto de las motocicletas, las mujeres les atribuyen más riesgo cuando son ellas quienes conducen que cuando son acompañantes, pero experimentan menor inseguridad general que los hombres. Aún así, la proporción de mujeres que considera que las bicicletas suponen un riesgo elevado para el tráfico es significativamente mayor que la de los hombres.

En cambio, se observan más conductas de riesgo por parte de los hombres que por parte de las mujeres. Este dato se constata tanto a través de las conductas reconocidas por la población como en la mayoría de los comportamientos sancionados. Los hombres tienden a reconocer en mayor proporción las conductas de riesgo en la conducción de coches, sobre todo cuando está relacionado con no respetar pasos de peatones, no detenerse ante las señales de tránsito y circular con velocidad excesiva. 

En lo que respecta a la moto, los hombres reconocen más que las mujeres el haber circulado alguna vez por el carril bus, con velocidad excesiva y no detenerse ante las señales de stop. Si nos fijamos únicamente en las sanciones administrativas, se constata un mayor número de sanciones entre los hombres en la movilidad en moto y en bicicleta, mientras que en coche hay mayor paridad respecto a las mujeres. 

Mayor riesgo y menor responsabilidad

A la luz de estos datos, el informe ha podido concluir que las mujeres son más víctimas que los hombres cuando se desplazan en coche o en moto como acompañantes, que cuando van a pie o en transporte público. Aún así, si estos datos se comparan con la movilidad, se destaca un mayor riesgo entre las mujeres conductoras de coche y las que se desplazan en moto respecto al riesgo que corren los hombres. 

Finalmente, la responsabilidad de los siniestros se atribuye mucho más a los hombres que a las mujeres cuando la persona causante es peatón, ciclista y, especialmente, conductor de coche. En el caso de las motos, la responsabilidad de los accidentes es muy equilibrada entre hombres y mujeres, con cierta tendencia a favor de las mujeres como responsables. 

Si quieres conocer a profundidad los detalles y las conclusiones de esta investigación elaborada por el IERMB y el Ayuntamiento de Barcelona, puedes consultar el documento completo en la página web del consistorio. Para explorar otras temáticas relacionadas con la prevención y la seguridad urbana, puedes visitar la página web de FEPSU, donde además encontrarás recursos y proyectos que pueden ayudarte a conocer más sobre estas y otras temáticas relacionadas.

Un estudio multidisciplinar de la vida nocturna

El proyecto ToNite es una investigación etnográfica y social sobre la percepción local de la seguridad urbana durante la noche. A finales de abril tuvo lugar el primer taller de transferibilidad de la iniciativa, en el cual los socios del proyecto presentaron herramientas y métodos para mejorar el empoderamiento y el diálogo con la comunidad. En este encuentro, varias ciudades pudieron debatir sobre la sostenibilidad del proyecto y la transferibilidad de las acciones llevadas a cabo en Turín (Italia) a otros contextos locales y regionales europeos, un intercambio de conocimientos que ofrece posibilidades para un mayor desarrollo. En FEPSU te contamos algunas de las claves de esta iniciativa. 

Participación para encontrar la solución

El proyecto ToNite está financiado por el programa Urban Innovative Actions (UIA) de la Unión Europea sobre seguridad urbana y busca desarrollar soluciones multidisciplinarias para gestionar los espacios públicos y mejorar la percepción de seguridad de la ciudadanía durante la noche. La iniciativa se basa en un enfoque inclusivo que involucra a las comunidades locales y las partes interesadas y que fomenta la innovación social y la regeneración urbana para promover la seguridad urbana.

La investigación se ha centrado en diversos barrios de Turín (Italia) y engloba investigación, análisis, actividades participativas y acciones co-diseñadas con el objetivo de plantear intervenciones en los espacios públicos de estos barrios de forma colaborativa. ToNite ofrece a las partes interesadas locales apoyo técnico y financiero para crear nuevos servicios que tengan un impacto social positivo.

En total, se han diseñado, desarrollado e implementado acciones relacionadas con 6 áreas de enfoque: Investigación etnográfica y social, un enfoque multidisciplinario basado en datos, la implementación de tecnología, el compromiso y empoderamiento de la comunidad local y las partes interesadas, la implementación y el seguimiento de las acciones piloto y la regeneración urbana y de servicios a través de la infraestructura para ciudades seguras y habitables. 

Metodología multidisciplinar

Para la investigación se partió de una serie de entrevistas contextuales y en profundidad a una muestra representativa de las personas residentes en las áreas de estudio. El objetivo era obtener un conocimiento profundo de los comportamientos, actitudes y valores sobre cómo se vive el barrio, con un enfoque particular en las áreas de interés (incluyendo áreas verdes y espacios públicos), y las diferencias en la percepción de seguridad y habitabilidad durante el día y la noche. 

Dicha metodología se puede aplicar a cualquier tipo de proyecto que implique evaluar las inquietudes y necesidades de los ciudadanos sobre el terreno. El análisis de los resultados permite identificar puntos críticos y generar mapas de oportunidades para detectar aspectos problemáticos específicos en las áreas de análisis que se considera que tienen un impacto en la percepción de seguridad, pero también áreas de oportunidades donde el municipio puede jugar un papel, ya sea habilitante u operativo.

Además de las entrevistas en profundidad, la metodología de ToNite ha incluido caminatas exploratorias por los barrios estudiados, las cuales fueron guiadas por residentes que mostraron a los investigadores en el terreno las áreas de preocupación que habían mencionado durante las entrevistas (acceso a espacios verdes para niños y familias, áreas abandonadas, vida nocturna, vida a lo largo de la ribera del río Dora e identidad multicultural).

Aprendizajes del proyecto

Gracias a su metodología y a la variedad de métodos utilizados, el proyecto ToNite ha logrado un conocimiento profundo de los factores que inciden en la percepción de seguridad de los residentes durante la noche en los barrios estudiados. La exploración a través de la investigación etnográfica permitió comprender con mayor precisión, además, dónde se percibe el problema de inseguridad como más intenso y dónde en realidad no es tan significativo. 

Uno de los principales aprendizajes del proceso fue la importancia de identificar correctamente a las partes interesadas. El mapeo de estos actores relevantes en las zonas a estudiar es clave a la hora de diseñar un plan de activación y participación comunitaria que permitirá mejorar la comunicación y el codiseño de las actividades del proyecto. Además, también es muy relevante realizar actividades de investigación contextual y social en la fase inicial del proyecto, no solo para lograr una comprensión más profunda del tema objetivo, sino también para definir una línea de base antes de implementar acciones piloto.

Sin embargo, uno de los factores clave más importantes para el éxito del proyecto ha sido la realización de una gama diversa de acciones de participación. Los ciudadanos y las partes interesadas deben asociarse a través de una serie de actividades elegidas de acuerdo con el tipo de parte interesada y el objetivo de la participación. Estos eventos participativos pueden ir desde entrevistas en profundidad hasta caminatas exploratorias, pero deben permitir a la ciudadanía validar las oportunidades identificadas a través de la investigación. 

La meta final de estos aprendizajes recogidos de la experiencia del proyecto ToNite es que se puedan replicar en otros programas de innovación urbana y seguridad en otras ciudades, para tener éxito en el involucramiento de la ciudadanía a la hora de diseñar estrategias para mejorar la habitabilidad de los barrios. 

Si quieres saber más sobre ToNite, puedes visitar la página web del proyecto, donde encontrarás más información sobre las acciones que han llevado a cabo en Turín. Para conocer más proyectos sobre intervención urbana, prevención y seguridad, no dudes en visitar la página web de FEPSU

Reducir la percepción de inseguridad a través del diseño

¿Cómo se pueden diseñar infraestructuras de seguridad para proteger espacios públicos, especialmente aquellos de interés turístico, sin que esto dañe el paisaje urbano? Esta fue una de las preguntas que intentaron responder los miembros del proyecto PACTESUR en un taller en línea organizado por Efus, que se celebró el pasado 10 y 12 de marzo. El objetivo de este encuentro era discutir y elaborar, junto al Comité Asesor de Expertos y el Grupo de Ciudades Asociadas a la red, una serie de recomendaciones para mejorar la planificación e implementación de medidas de seguridad física que reduzcan la percepción de inseguridad de la población. En FEPSU te compartimos algunas de sus conclusiones. 

Diseñar la seguridad

Los espacios públicos son áreas vitales para la vida urbana, ya que en ellos se lleva a cabo la socialización y el encuentro de las personas, pero también son lugares donde ocurren manifestaciones políticas o representaciones artísticas y culturales de todo tipo. Sin embargo, también pueden estar sujetos a una serie de amenazas, como el terrorismo, la presencia de grandes multitudes o los movimientos abruptos generados por el pánico, así como a riesgos climáticos, como incendios o inundaciones. 

Garantizar que los espacios públicos sean seguros y a la vez inclusivos y abiertos es un desafío complejo para las ciudades. Por esto mismo, es importante abordar la seguridad de estas áreas urbanas desde el principio, desde el momento de la planificación y el diseño, un abordaje conocido como “seguridad a través del diseño”, en el cual no solo intervienen la arquitectura y el mobiliario urbano, sino también el análisis de los flujos y las infraestructuras críticas y los métodos y las tecnologías de detección de posibles amenazas. 

Los espacios públicos constituyen un ámbito específico de la seguridad urbana: requieren una política de seguridad que se base en la cooperación entre las diferentes organizaciones e instituciones interesadas (autoridades locales, policía, servicios de emergencia, arquitectos y urbanistas, representantes de los usuarios, etc.). Solamente a través de una auténtica cooperación en la producción de seguridad se podrá garantizar que los espacios públicos sigan siendo seguros, abiertos y accesibles para todos.

Soluciones locales

Desde esta perspectiva, las autoridades locales son las mejor posicionadas para aplicar un modelo de seguridad a través del diseño, ya que son quienes comprenden mejor las preocupaciones de los ciudadanos en relación a la seguridad y la accesibilidad de los espacios públicos, así como son quienes pueden implementar las medidas adecuadas para reducir la percepción de inseguridad generada por los riesgos y las amenazas. 

En Lieja (Bélgica), por ejemplo, se está instalando una barrera móvil para vehículos para proteger la Place Saint Lambert y Le Carré. En Turín (Italia), en cambio, se instalará un sistema de alta tecnología de control de multitudes en la Piazza Vittorio Veneto, con el objetivo de evitar movimientos abruptos provocados ​​por el pánico, como el que ocurrió en junio de 2017 durante la proyección al aire libre de la final de la Liga de Campeones. Finalmente, en Niza (Francia), se ha desarrollado un dispositivo antiintrusión reforzado para proteger la Promenade des Anglais, en particular para evitar ataques terroristas como el del 14 de julio de 2016 con un camión.  

En estos proyectos se presta especial atención a su integración en el paisaje urbano, el patrimonio natural y cultural, la estética, el diseño y la movilidad urbana para evitar la “bunkerización” de las ciudades. Estos dispositivos de seguridad también reflejan los diferentes enfoques de estas tres ciudades a la hora de asegurar los espacios públicos urbanos. También deben verse como herramientas adicionales que contribuyen a la seguridad en los espacios públicos, pero de ninguna manera son una solución per se

Evaluación y recomendaciones

Después de haber implementado estos proyectos piloto, las ciudades miembro del proyecto PACTESUR se reunieron con el Comité Asesor de Expertos y el Grupo de Ciudades Asociadas de Efus para evaluar las estrategias llevadas a cabo. Para ello, se tuvo en cuenta no solo los aspectos relacionados con la seguridad, sino también su integración en el paisaje urbano, su resiliencia y sostenibilidad, así como su aceptación entre la población. Esta fue una evaluación preliminar de los proyectos, realizada a través de un cuestionario, la cual se completará con la visita in situ de los dispositivos instalados en las tres ciudades.

A partir de estas primeras evaluaciones, se redactó una serie de recomendaciones dirigidas a las autoridades locales para mejorar la planificación, implementación y gestión de dispositivos de seguridad para proteger los espacios públicos en Europa. En ellas se destacó la importancia de adoptar un enfoque de seguridad global e integrado, donde la implementación de un equipo se concibe como una pieza complementaria que forma parte de una seguridad más amplia para proteger los espacios públicos.

Además, para promover un enfoque preventivo y desarrollar soluciones a medida, las autoridades locales deben realizar evaluaciones periódicas de riesgo y vulnerabilidad. Este enfoque no solo permitirá a las autoridades locales obtener una mejor comprensión de las vulnerabilidades, sino también no caer en agendas cortoplacistas y de urgencia. El carácter en constante evolución de las amenazas y riesgos inherentes a los espacios públicos requiere de evaluaciones periódicas.

Favorecer la participación

Finalmente, en el taller se mencionó también la importancia de favorecer la inclusión de los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones, especialmente para aquellas actuaciones que tengan un impacto en el atractivo y la apertura de los espacios públicos locales. 

Esto debe hacerse de acuerdo con criterios de representatividad y bajo la guía de las autoridades locales. Además, se debe fomentar la apropiación de estos espacios por parte de la ciudadanía y la sociedad civil, por ejemplo a través de soluciones creativas o que agreguen valor artístico a las instalaciones de seguridad con el objetivo de integrarlos mejor en el paisaje urbano. 

Todo esto exige un mayor esfuerzo también en las acciones de comunicación y sensibilización de la población antes, durante y después de la implementación de infraestructuras de seguridad física, ya que es la manera más eficiente de ayudar a aumentar la aceptación pública y disminuir la percepción de inseguridad entre los ciudadanos.

Si quieres conocer a fondo las conclusiones de este taller organizado por Efus junto a las ciudades participantes del proyecto PACTESUR, puedes visitar la página web de la red europea. Para informarte sobre otros temas y proyectos relacionados con la seguridad urbana y la prevención, no dudes en visitar la página web de FEPSU

Herramientas para reducir el impacto de los delitos leves

Desarrollar herramientas de apoyo y recursos de orientación para reducir el impacto de los delitos leves es el principal objetivo del proyecto Cutting Crime Impact (CCI). Esta iniciativa, liderada por la Universidad de Salford y de la que Efus es socio, se inició en 2018 y finaliza este 2021 su fase de desarrollo. A finales de enero, el consejo asesor del proyecto realizó una evaluación preliminar de los conjuntos de herramientas que han desarrollado, los cuales se pondrán a disposición de los responsables políticos y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Reino Unido, Estonia, Alemania, Países Bajos, Portugal y España En FEPSU te compartimos algunas de las principales conclusiones sobre el uso y el diseño de estos materiales.

Diseño colectivo y finalidad práctica

En el proyecto CCI han participado no solo autoridades locales y regionales, sino también miembros de las fuerzas policiales nacionales, locales y regionales, quienes han colaborado juntos en el desarrollo de los recursos y materiales de apoyo. 

En total se ha creado un prototipo de ocho conjuntos de herramientas, es decir, dos para cada una de las cuatro áreas de enfoque del proyecto: vigilancia policial predictiva, vigilancia comunitaria, prevención del delito mediante el diseño y la planificación urbana, y la medición y mitigación de la percepción de inseguridad de los ciudadanos. 

Estos toolkits incluyen herramientas para mejorar los sistemas de conocimiento internos de las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como para fomentar la colaboración multidisciplinaria con socios locales y mejorar la evaluación del impacto de los delitos leves

Un aspecto importante en el desarrollo de estas herramientas ha sido el papel clave que han tenido los usuarios finales de estos conjuntos de herramientas, que son las instituciones policiales de todos los niveles y, más concretamente, los y las agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad. 

Para ello, los socios han realizado una investigación exhaustiva sobre sus necesidades y dificultades reales, con el fin de producir soluciones a medida. Esto también significa que, en ocasiones, los socios del proyecto se alejaron de los objetivos iniciales para adaptar sus soluciones, no a nociones preconcebidas de un problema, sino a necesidades derivadas de situaciones reales sobre el terreno. 

Los casos de Catalunya y Lisboa

El Ayuntamiento de Lisboa, a través de su policía local, y la Generalitat de Catalunya, la cual es miembro de FEPSU, han participado en el proyecto CCI como socios. Ambos presentaron a finales de enero los conjuntos de herramientas que desarrollaron y los resultados de la fase de prueba. 

La ciudad de Lisboa creó una herramienta para crear conciencia sobre la importancia de la policía comunitaria entre los oficiales superiores de policía y los responsables de la toma de decisiones. El gobierno de Catalunya, en cambio, desarrolló material de orientación para los agentes de seguridad local para ayudarles a comprender mejor y mitigar la percepción de inseguridad entre los residentes locales.

A partir de las experiencias de sus miembros, Efus creará guías prácticas en las que se resalten los problemas que enfrentan y las soluciones encontradas por los socios de CCI durante esta fase de desarrollo para compartirlas con el resto de miembros de la red, la mayoría de los cuales enfrentan problemas similares en términos de percepción de inseguridad en el ámbito local, relacionados con delitos leves

Además, Efus ha capitalizado el trabajo realizado por los socios de CCI en esta fase de desarrollo, así como los métodos que utilizaron, para enriquecer y actualizar las herramientas metodológicas que forman parte de su enfoque estratégico de larga duración en seguridad urbana. Sobre este enfoque, se puede consultar la guía de Efus sobre auditorías de seguridad, cuyo objetivo es ayudar a entender mejor los nuevos desafíos que se presentan para la prevención y la seguridad urbana. 

Para conocer más sobre Cutting Crime Impact, puedes visitar la página web de FEPSU, donde además encontrarás información sobre muchos otros proyectos europeos en los que participan los miembros de la red. Si quieres acceder directamente a los conjuntos de herramientas elaborados por el proyecto, puedes ponerte en contacto con ellos a través de su página web