Espacios públicos seguros y protegidos

El nuevo proyecto Secu4All se ha puesto ya en marcha. La iniciativa liderada por Efus se lanzó oficialmente en diciembre del 2020, pero dio su pistoletazo de salida el pasado 26 de enero con un encuentro virtual entre los socios del proyecto. En esta reunión de lanzamiento se discutió el alcance del proyecto, que busca fortalecer el las capacidades de las autoridades locales y regionales para garantizar la seguridad de los espacios públicos y la protección de aquellos lugares vulnerables ante posibles riesgos, como instalaciones deportivas, centros comerciales, escuelas y sistema de transporte. En FEPSU te compartimos algunas de las conclusiones de este primer encuentro. 

Herramientas para las ciudades

Los socios del proyecto Secu4All debatieron alrededor de la amplia gama de amenazas y riesgos que afectan los espacios públicos urbanos, como el terrorismo, los delitos menores y el incivismo, los disturbios y otros fenómenos más recientes, como la pandemia de la Covid-19. Estos plantean desafíos en constante evolución para las autoridades locales y regionales, que deben encontrar el equilibrio adecuado entre garantizar la seguridad de los espacios públicos y preservar su apertura y accesibilidad universal inherentes. 

Para superar estos retos, el proyecto Secu4All promueve el fortalecimiento de los conocimientos y capacidades de los actores locales y regionales. En este sentido, el programa proporciona formación a los responsables de políticas públicas en cuatro áreas: métodos y herramientas para evaluar la vulnerabilidad de los espacios públicos locales; mejorar la comunicación con las partes interesadas relevantes en caso de crisis (antes, durante y después); poner a disposición tecnologías innovadoras para reforzar la protección de los espacios públicos y el intercambio de conocimientos sobre el uso ético de dichas tecnologías y los datos recopilados; y, finalmente, reducir la sensación de inseguridad de los ciudadanos mediante el diseño urbanístico y la gestión de los espacios públicos.

Un programa de formación integral

El proyecto consiste esencialmente en un programa de formación integral dirigido a las autoridades locales, regionales y agentes de seguridad local. Estructurado en cuatro módulos, comprende sesiones de aprendizaje virtuales e interactivas, ejercicios prácticos y estudios de casos. Además, estas sesiones se complementarán con visitas de campo a diferentes ciudades europeas con experiencia significativa en la protección de espacios públicos y objetivos suaves (es decir, lugares vulnerables como escuelas, complejos deportivos, centros comerciales, lugares de culto, etc.). 

Este programa de formación no es exclusivo para socios de Secu4All: se establecerá una plataforma de aprendizaje electrónico al final del proyecto con todo el contenido de formación en inglés, francés, alemán e italiano para que esté disponible para todos los miembros de Efus y otras personas interesadas. 

Durante la reunión de lanzamiento del proyecto, los participantes pudieron dar su opinión sobre el contenido de la capacitación y sobre los principales riesgos y desafíos que enfrentan en la gestión de sus espacios públicos locales, así como las medidas de protección existentes. Por ejemplo, La Haya tiene un modelo de tres fases para evaluar el nivel de riesgo en un espacio público y determinar la respuesta adecuada en consecuencia. Otro ejemplo es Xàbia, que se centra en el uso de la tecnología para controlar el acceso a zonas muy frecuentadas como los distritos de ocio nocturno, así como en la formación de la policía local para responder a situaciones críticas como un atentado terrorista y los esfuerzos para mejorar la planificación y el diseño de las áreas de recreación del municipio para hacerlas más seguras y accesibles.

Alianzas locales necesarias

Por importante que sea, la adquisición de conocimientos y capacidades no es suficiente para proteger adecuadamente los espacios públicos urbanos mientras se preserva su apertura. Efus y el consorcio de Secu4All también discutieron un aspecto clave, que es que esto requiere asociaciones locales amplias y bien comunicadas. 

De hecho, es responsabilidad de las autoridades locales y regionales promover y coordinar un enfoque de múltiples partes interesadas que involucre a todos los actores relevantes (policía, residentes y usuarios, servicios de emergencia, empresas locales, etc.). Cómo hacer esto de manera eficiente y con quién es también un aspecto central del proyecto Secu4All.

Desde FEPSU queremos apoyar también a la formación de estas alianzas de ciudades y a las redes de interconexión de profesionales de la seguridad y la prevención, para favorecer el intercambio de experiencias de éxito. Por eso, en nuestra página web podrás encontrar diversos proyectos en los que participan nuestros socios, donde se promueve también la colaboración entre autoridades locales y regionales, así como el debate y análisis alrededor de distintos temas vinculados con aquellas iniciativas que han ayudado a mejorar la seguridad urbana en distintas partes de España y Europa.

Garantizar la protección de los espacios públicos

Los espacios públicos son lugares de intercambio, cultura, comercio, ocio y expresión política, cualidades inherentes a las ciudades. Sin embargo, debido a que son lugares abiertos y, en muchos casos, emblemáticos de una ciudad, una región o un país, los espacios públicos pueden convertirse también en focos de delincuencia e incivismo y, lo que es peor, en blancos principales de ataques terroristas, como ha sucedido en Europa durante la última década. Por este motivo, el Foro Europeo de Seguridad Urbana (Efus) ha lanzado el proyecto Secu4All, que busca fortalecer las capacidades de los entes locales y regionales para garantizar la seguridad de los espacios públicos y la protección contra posibles riesgos de lugares como instalaciones deportivas, centros comerciales, escuelas o sistema de transporte, los cuales pueden convertirse en objetivos de ataques. En FEPSU te compartimos algunos de los principales objetivos de este nuevo programa europeo.

Herramientas para las ciudades

Para las autoridades locales y regionales, la gestión de los espacios públicos es sin duda una de sus acciones más visibles a los ojos de la ciudadanía, ya que es el ámbito donde su visión de la sociedad se materializa y representa mejor. Asegurar que estos espacios sean inclusivos y abiertos, pero también pacíficos y seguros, es un desafío complejo para los entes locales y regionales, que son los que se encuentran en primera línea cuando ocurre una crisis. Ayudar a las ciudades europeas a tener mejores herramientas teóricas y prácticas para abordar la prevención es una de las principales metas del proyecto Secu4All.

Este programa impulsado y liderado por Efus tendrá una duración de dos años y sus principales objetivos son: aumentar el conocimiento de las autoridades locales y regionales sobre los métodos y herramientas para evaluar la vulnerabilidad de los espacios públicos locales; mejorar la comunicación entre todos los actores relevantes que deben actuar en el caso de que ocurra una crisis (antes, durante y después); compartir conocimientos sobre las tecnologías innovadoras para reforzar la protección de los espacios públicos e intercambiar criterios éticos sobre el uso de dichas tecnologías y los datos recopilados; y reducir la sensación de inseguridad de los ciudadanos mediante la “Prevención del delito a través del diseño ambiental” (CPTED, por sus siglas en inglés).

Con un amplio alcance europeo y un enfoque transversal, el proyecto Secu4All reúne a un consorcio de autoridades locales y regionales, universidades y centros de investigación, think tanks, así como una red de agentes de seguridad privada. Entre sus miembros se encuentran el centro CRIMINA de la Universidad Miguel Hernández en Elche, el cual participó en nuestro webinar más reciente, y el Ayuntamiento de Xàbia, que es uno de los miembros actuales de FEPSU. Además, participan también las organizaciones europeas DITSS (Países Bajos) Dsp-groep Bv-DSP (Países Bajos), KEMEA (Grecia), la Organización Europea para la Seguridad-EOS (Bélgica), el Bruxelles – Prévention & Sécurité (Bélgica); los foros de seguridad urbana DEFUS (Alemania), FFSU (Francia) y FISU (Italia); así como el ayuntamiento de La Haya (Países Bajos) y la Policía Municipal de Riga (Letonia).

Cooperación y buenas prácticas

La experiencia en los diversos proyectos de prevención del crimen en los espacios públicos ha demostrado que es esencial que las administraciones locales y regionales cooperen con una amplia gama de actores locales, tanto del sector público como del privado, sobre todo en los ámbitos de planificación urbana, encuestas, servicios de transporte y movilidad, organización de eventos, protección y concientización de empresas locales y también, fundamentalmente, en la comunicación y el trabajo conjunto con las autoridades nacionales y europeas pertinentes. Sin embargo, para hacerlo, necesitan conocimientos y herramientas adecuadas. Ese es uno de los propósitos centrales del proyecto Secu4All: desarrollar contenidos formativos que proporcionen a las autoridades locales conocimientos teóricos y prácticos para que puedan mejorar sus acciones de prevención local o programas para salvaguardar sus espacios públicos frente a riesgos.

Pero además de estas herramientas y de la cooperación entre actores, “los gobiernos locales y regionales deben promover una mejor conciencia entre los ciudadanos sobre las buenas prácticas a seguir en caso de una amenaza, como un ataque terrorista”, como explica la especialista en mitigación de riesgos y miembro del Comité Asesor de Expertos de PACTESUR, Susanne Skov Diemer. En una entrevista para Efus, esta consultora en materia de seguridad señala que todavía no se ha desarrollado una “cultura de seguridad colectiva contra el terrorismo y otras amenazas actuales”, como sí ha sucedido, por ejemplo, con la educación de las medidas que hay que tomar en casos de incendios. 

“Si los ciudadanos adquieren una mejor y más amplia comprensión de las amenazas, el trabajo de las autoridades locales y nacionales y la policía en la protección de los espacios públicos no se verá obstaculizado”, apunta Skov Diemer. Para ello, además, es de vital importancia que los ciudadanos estén preparados psicológicamente para afrontar una crisis, ya que, como ha demostrado la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, “el estrés y el miedo pueden causar un comportamiento irracional y dañino”.

Pero esta preparación por parte de la ciudadanía no se consigue únicamente con una pedagogía psicológica y de buenas prácticas. También es muy importante que las autoridades locales y regionales mejoren “la confiabilidad, rapidez y eficiencia de sus canales de comunicación con los ciudadanos y explicar mejor las amenazas actuales y cómo reaccionar ante ellas”, pues, como pasó con los primeros meses de la pandemia, “la información insuficiente, poco clara y “los consejos contradictorios de los gobiernos jugaron un factor importante en la reacción de la gente a la crisis”. Una forma de reaccionar ante las crisis por parte de las administraciones públicas que el proyecto Secu4All intentará mejorar.  

Para saber más sobre este programa europeo liderado por Efus, puedes visitar su página web. Si quieres conocer otras iniciativas relacionadas con la seguridad urbana y la prevención, sigue nuestras redes sociales, donde semanalmente compartimos los artículos de nuestro blog así como otros proyectos en los que participa FEPSU y sus miembros.

Criterios éticos para un buen uso de la IA

El uso de herramientas de inteligencia artificial (IA) en el ámbito de la seguridad urbana es un fenómeno en creciente expansión. Cada vez son más las fuerzas y cuerpos de seguridad que apuestan por estas tecnologías a la hora de mejorar y agilizar su trabajo, ya sea, por ejemplo, en tareas como la detección de matrículas de vehículos o la robotización de ciertas funciones administrativas, entre otras. Sin embargo, el entusiasmo acrítico que genera la IA en algunos operadores dificulta un análisis sosegado sobre la conveniencia de su utilización, sobre todo a la hora de tomar en cuenta los criterios éticos que deben guiar su uso. En este sentido, se hace necesario reflexionar sobre los retos que supone la aplicación de la inteligencia artificial, las cuales pueden transformar el proceso de toma de decisiones operativas en el ámbito de la seguridad en una operación puramente mecánica. 

Estas fueron algunas de las conclusiones a las que se llegaron en la segunda sesión del ciclo de encuentros virtuales participativos sobre “Nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad urbana”, que se celebró el 2 de diciembre. Estos webinars son una iniciativa del Foro Español para la Seguridad Urbana (FEPSU). A continuación os compartimos algunas de las consideraciones y puntos de análisis que guiaron el debate:

Usos específicos de la IA

Desde su inicio como disciplina en los años 50, la IA ha buscado utilizar ordenadores para realizar tareas que se relacionan con un comportamiento inteligente: razonar, tomar decisiones, reconocer patrones, resolver problemas matemáticos, etc. Sin embargo, aunque en las últimas dos décadas ha habido un incremento exponencial en la generación de datos y en la potencia de cálculo de los ordenadores, hoy en día este tipo de herramientas son capaces de realizar solamente una única tarea a la vez.

Iniciativas como el proyecto Magneto, financiado por el programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea, están desarrollando un motor de correlación que permita la elaboración de hipótesis para la toma de decisiones en la prevención e investigación del crimen organizado, a través de la conjunción de diversas herramientas de IA, como el reconocimiento facial o la transcripción automática de audio a texto. La criminóloga Ainoa Torrado, que trabaja en la implementación de este proyecto en la Policía Municipal de Sabadell, asegura que el uso de estas tecnologías permite a los agentes centrarse más en el análisis de la información que en el tratamiento de los datos y, de esta manera, mejorar la capacidad de investigación y solucionar los delitos de forma más rápida. 

Para el Subdirector del Instituto de Investigación en inteligencia artificial (CSIC-UAB), Felip Manyà, existen áreas específicas de actuación de las agencias de seguridad pública donde hoy en día la utilización de herramientas de inteligencia artificial tienen más potencial, como la videovigilancia, la robótica en entornos de riesgo y el control del tráfico. Sin embargo, para entender mejor la intervención pública con herramientas que utilicen IA hay que ver a estos sistemas como un complemento a la labor policial, antes que como un sustituto. 

Entre la utopía y la distopía

Cuando se habla de los riesgos que puede suponer el uso de la IA, suelen generarse dos tipos de discursos antagónicos: por un lado, una visión optimista que cree que es una tecnología que va a solucionar todos los problemas; por otro lado, una visión pesimista, centrada en la discriminación algorítmica y que ve a la inteligencia artificial como una herramienta para el control y la vigilancia. Según el Director del Centro CRÍMINA de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Fernando Miró Llinares, la realidad se sitúa en un punto medio entre estos dos puntos de vista y, por este motivo, para establecer criterios éticos que mejoren la aplicación de la IA en el ámbito de la seguridad primero hay que desmontar los mitos que rodean su uso. 

En primer lugar, hay que tener en cuenta que muchos de los riesgos que supone el uso de la IA, como la discriminación algorítmica, tienen que ver en realidad con la baja calidad de los datos que se usan y no tanto con la herramienta en sí. Muchos datos, por la forma en que fueron recolectados o por la interpretación que se les da antes de introducirlos en el algoritmo, reproducen sesgos que pueden tener consecuencias graves si se utilizan para guiar actuaciones policiales. Es por este motivo que los algoritmos deben poder ser corregibles, para poder reducir el sesgo de sus datos, aunque esto suponga disminuir su capacidad predictiva. 

Aún así, el principal riesgo en el uso de la IA es ahora mismo la violación de la privacidad de la ciudadanía, ya que los sistemas actuales tienen una enorme capacidad de control sobre las personas y reducen a gran escala la libertad individual. Aunque las normativas europeas sobre protección de datos sean más avanzadas que las de otros países como Estados Unidos o China, donde la inteligencia artificial se ha desarrollado más rápidamente; se hace necesario elaborar normas que sean rígidas en la esencia ética de las mismas, pero lo suficientemente flexibles como para permitir dar lugar a las diferentes aplicaciones de la IA que surjan con el tiempo. 

Principios éticos sólidos

Una de las herramientas de inteligencia artificial que más debate ha generado ha sido el reconocimiento facial. Sobre todo porque se ha detectado que su uso por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad muchas veces deriva en una hiperreacción de los agentes frente a las detecciones de esta tecnología, provocando que se centren más en la búsqueda de los delincuentes que en el resto de funciones de la acción policial. Además, también ha provocado un aumento en las detenciones con los mismos sesgos de los datos introducidos en el algoritmo, por ejemplo los sesgos raciales

Por esta razón, Miró Llinares destaca que hay que tener en cuenta los siguientes principios éticos a la hora de poner en marcha una tecnología de IA en la actividad policial: la prohibición de subordinación a la máquina; la supervisión constante de los sistemas de IA por parte de una persona; la prevención del daño que pueda ocasionar su uso; la prohibición de la discriminación como resultado de estos procesos; y, lo más importante, la explicabilidad de su funcionamiento, lo que incluye la obligación de trazabilidad de los datos, la auditabilidad de sus procedimientos y la participación democrática de su uso.

Este último punto, sin embargo, es más difícil de controlar cuando se trata de tecnologías de deep learning, ya que uno de sus problemas es que no tienen capacidad explicativa sobre las decisiones que toman y, por lo tanto, esto puede ser un peligro, ya que si las actuaciones policiales se basan únicamente en sistemas de este tipo, se puede perder la confianza de los ciudadanos y ciudadanas. Por este motivo, en todo uso de la IA se debe exigir la trazabilidad de los datos y debe hacerse una reflexión profunda sobre el uso que se dará a esta información, sin que la predicción signifique una actuación policial inmediata. 

Estas han sido algunas de las principales conclusiones de esta segunda sesión del ciclo de webinars sobre “Nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad urbana”, que ha contado con las intervenciones iniciales de Felip Manyà, Subdirector del Instituto de Investigación en inteligencia artificial (CSIC-UAB); Fernando Miró Llinares, Catedrático de Derecho Penal de la Universidad Miguel Hernández de Elche y Director del Centro CRÍMINA para el estudio y prevención de la delincuencia; y Ainoa Torrado, Criminóloga participante del proyecto Magneto de la iniciativa Horizonte 2020 de la Comisión Europea. La conversación ha sido moderada por Francesc Guillén Lasierra, jurista, criminólogo y estudioso de las políticas públicas de seguridad. 

Encontrarás el relato completo de la jornada en el siguiente enlace.

Documentos compartidos

El proyecto europeo MAGNETO (H2020), una aplicación práctica del uso de la inteligencia artificial en la seguridad. Presentación de Ainoa Torrado.

Hacia un uso (y diseño) ético de la IA en la seguridad ciudadana. Presentación de Fernando Miró Llinares

El futuro de la IA: hacia inteligencias artificiales realmente inteligentes. Artículo de Ramón López de Mántaras.

Estrategia española de I+D+I en inteligencia artificial. Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, 2019.

Amenazas de la inteligencia artifical. Blog del Departament d’Interior de la Generalitat de Catalunya, 2020.

Inteligencia artificial: un arma de doble filo

La inteligencia artificial (IA) puede ser una herramienta muy útil para la seguridad urbana. Esta tecnología se utiliza para usos que van desde el software de lectura de matrículas de vehículos, hasta el reconocimiento facial y otras aplicaciones relacionadas con la vigilancia policial predictiva. Pero esta herramienta también está siendo cada vez más utilizada por ciberdelincuentes, quienes se aprovechan de su uso para encontrar nuevas formas de amenazar y atacar la seguridad de los sistemas informáticos de la ciudadanía y de las instituciones. Así lo establece un informe recientemente publicado por la ONU y la Europol, del que te compartimos en FEPSU algunas de sus principales conclusiones. 

Potenciar el uso positivo de la IA

El pasado 19 de noviembre se publicó un documento elaborado conjuntamente por Europol, el Instituto Interregional de Investigación sobre Justicia y Crimen (UNICRI) de las Naciones Unidas y Trend Micro que analiza los usos delictivos actuales y previstos de la IA. Este informe proporciona información sobre ataques existentes y potenciales que aprovechan la inteligencia artificial y recomendaciones para las administraciones, fuerzas y cuerpos de seguridad, legisladores y otras instituciones sobre cómo mitigar estos riesgos.

“La IA promete al mundo una mayor eficiencia, automatización y autonomía. En un momento en el que el público está cada vez más preocupado por el posible uso indebido de la IA, tenemos que ser transparentes sobre las amenazas, pero también analizar los beneficios potenciales de la tecnología de IA», asegura Edvardas Šileris, director del Centro Europeo de Ciberdelincuencia de Europol. “Este informe nos ayudará no solo a anticipar posibles usos maliciosos y abusos de la IA, sino también a prevenir y mitigar esas amenazas de manera proactiva. Así es como podemos desbloquear el potencial que tiene la IA y beneficiarnos del uso positivo de los sistemas de IA», agrega Šileris. 

La IA como objetivo y como medio

El informe concluye que los ciberdelincuentes aprovecharán la IA como vector de ataque y como superficie de ataque, es decir como medio y como objetivo para conseguir sus fines criminales. Las falsificaciones profundas (deep fake) son actualmente el uso más conocido de la IA como vector de ataque. Sin embargo, el informe advierte que se necesitará nueva tecnología de detección en el futuro para mitigar el riesgo de campañas de desinformación y extorsión, así como las amenazas que apuntan a conjuntos de datos de IA.

En este sentido, personas con el objetivo de realizar un crimen podrían utilizar esta tecnología para desarrollar convincentes ataques de ingeniería social a gran escala o malware de raspado de documentos, para hacer que los ataques sean más eficientes. Por otro lado, la IA podría respaldar la evasión de reconocimiento de imágenes y biometría de voz; los ataques de ransomware, mediante la evasión y la focalización inteligente; o la contaminación de datos, mediante la identificación de puntos ciegos en las reglas de detección. Además, el informe también advierte que se están desarrollando sistemas de IA para mejorar la efectividad del malware y para interrumpir los sistemas de reconocimiento facial y anti-malware.

“A medida que las aplicaciones de inteligencia artificial comienzan a tener un gran impacto en el mundo real, se hace evidente que esta será una tecnología fundamental para nuestro futuro”, afirma Irakli Beridze, director del Centro de Inteligencia Artificial y Robótica de UNICRI. “Sin embargo, así como los beneficios para la sociedad de la IA son muy reales, también lo es la amenaza del uso malintencionado», apunta también Beridze.

Prepararse ante las amenazas

Desde las instituciones como Europol y UNICRI advierten que los ciberdelincuentes siempre han sido los primeros en adoptar la última tecnología, algo que sucede también con la IA. “Como revela este informe, ya se está utilizando para adivinar contraseñas, romper CAPTCHA y clonar voz, y hay muchas más innovaciones maliciosas en proceso”, explica Martin Roesler, jefe de investigación de amenazas prospectivas de Trend Micro, empresa lider en sistemas de ciberseguridad. En este sentido, desde las organizaciones que han participado en la elaboración de este informe, se proponen varias recomendaciones para evitar los estragos que podría ocasionar el uso de la inteligencia artificial con fines criminales. 

Por un lado, aprovechar el potencial de la IA como herramienta de lucha contra el crimen para preparar la industria y la policía de la ciberseguridad para el futuro y continuar con la investigación sobre las posibilidades de la inteligencia artificial para estimular el desarrollo de tecnología defensiva. Para conseguir esto, se deberán promover y desarrollar marcos de diseño de IA seguros y hacer campañas de comunicación par reducir la retórica políticamente cargada sobre el uso de la inteligencia artificial con fines de ciberseguridad. Finalmente, será un factor clave la cooperación entre asociaciones público-privadas y el establecimiento de grupos de expertos multidisciplinarios.

Debates éticos: la máquina contra el humano

Por otro lado, a los aspectos mencionados por el informe de la ONU y EUROPOL, habría que agregar que el uso de la IA por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad supone también el planteamiento de ciertos debates éticos en el uso de algoritmos y máquinas para vigilar y perseguir a seres humanos. Sobre todo, el uso de software de reconocimiento facial supone el peligro de que la tecnología pueda equivocarse o no ser neutral en el perfilamiento de las personas que reconoce. En este sentido, las decisiones que toma esta tecnología, ¿deben gozar de presunción de veracidad? Si no es así, ¿qué instrumentos habría que establecer para prevenir o controlar los posibles errores que se cometan?

Como toda tecnología, su uso debería limitarse a ser un apoyo o una herramienta para la actuación humana en la seguridad urbana, pero jamás debería ser un sustitutivo de esta. Además, se deberían establecer los términos en los que hay que situar la rendición de cuentas en intervenciones llevadas a cabo siguiendo los dictados de estos algoritmos. 

Estos y otros debates serán los que abordaremos en la segunda sesión del ciclo de encuentros virtuales sobre “Nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad urbana”, donde además reflexionaremos sobre las potencialidades de la inteligencia artificial para la prevención y la seguridad, así como sus posibles riesgos y amenazas en manos de organizaciones y personas con fines delictivos. Se trata de una actividad gratuita, organizada por FEPSU, que se celebrará el miércoles 2 de diciembre de 2020, de 12h30 a 14h, a través de Zoom. Inscríbete en este enlace

Para acceder al informe completo elaborado por Europol, UNICRI y Trend Micro, puedes visitar el siguiente enlace.

Los drones en la seguridad: retos y necesidades

Los usos que se puede dar y que se están dando ya a los drones en materia de seguridad urbana son muy variados. Desde la protección del medio ambiente o el apoyo en el control de incendios, hasta la gestión de aforos en eventos multitudinarios o el monitoreo del cumplimiento de las medidas sanitarias en una pandemia. Pero al mismo tiempo que avanza el empleo de esta tecnología por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad, también se acelera su utilización por parte de particulares y actores privados. Esto, en ciertas ocasiones, puede suponer peligros para la seguridad de las ciudades, lo que obliga a trabajar para obtener mecanismos de protección y normativas que sean más efectivas a la hora de garantizar el uso responsable y cívico de estos dispositivos. 

Estas fueron algunas de las conclusiones a las que se llegaron en la primera sesión del ciclo de encuentros virtuales participativos sobre “Nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad urbana”, que se celebró el 18 de noviembre. Estos webinars son una iniciativa del Foro Español para la Seguridad Urbana (FEPSU). A continuación os compartimos algunas de las consideraciones y puntos de análisis que guiaron este primer debate:

Una herramienta versátil

Algunas policías locales de España, como la de Madrid, han adoptado ya a los drones como una herramienta versátil en la gestión de la seguridad. Cada vez son más los ámbitos en los que estos dispositivos pueden apoyar la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Por ejemplo, en el contexto actual, con las restricciones de movilidad y reunión por la pandemia del coronavirus, el uso de estas aeronaves se ha intensificado en el control del cumplimiento de las medidas sanitarias y de los aforos en los espacios públicos. 

El Intendente jefe de la Unidad de Rondas de la Policía Local de Madrid, Francisco Javier Espinosa Gómez, ha señalado que la intención es que se puedan desarrollar nuevos software para ampliar el alcance de estos dispositivos en un futuro cercano; por ejemplo permitiendo la lectura de matrículas de vehículos, la recogida de muestras de vertidos, el cálculo de la asistencia a eventos y manifestaciones, o el no exento de polémica software de reconocimiento facial. Sin embargo, algunos de estos nuevos usos requerirán de una ampliación de las normativas referentes a la aplicación de estas tecnologías en la seguridad urbana, para no interferir con los derechos a la privacidad y a la protección de datos.

Ampliar la regulación del uso

Actualmente la única normativa existente para el uso de los drones por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad es la legislación estatal, recogida en el Real Decreto 1036/2017, según ha explicado la profesora de Derecho Internacional Privado de la Universidad Carlos III, María José Castellanos Ruiz. El nuevo Reglamento Europeo 2019/947, que regula el uso de los drones en la Unión Europea, entrará en vigor en enero, pero no será de aplicación a servicios militares ni de seguridad pública, únicamente para el uso privado.

La principal aportación de esta nueva normativa europea es la categorización de los drones en tres estratos, dependiendo de su tamaño y de las exigencias que regulan su uso. De esta manera, se separa aquellos drones menores de 25 kg, que no necesitarán de ningún tipo de permiso para su utilización, de aquellos con un mayor peso, que requerirán certificaciones y autorizaciones por parte de las autoridades de seguridad aérea competentes, dependiendo del tipo de uso que se les de. 

Aún así, queda pendiente el desarrollo de normativas europeas específicas para la aplicación de estas aeronaves en la gestión de la seguridad urbana o en lo que respecta a la regulación de la captación, almacenamiento y disposición de las imágenes y datos que recopilan estos dispositivos.

Crear redes de protección

El nuevo reglamento europeo busca poner más control sobre el uso privado de los drones, para evitar los riesgos que puede suponer para la seguridad el uso de esta tecnología en las manos equivocadas. Sin embargo, estas normativas deben ir acompañadas por sistemas eficientes para detectar posibles amenazas y prevenir su uso para fines criminales. Hoy en día, existen diversos sistemas de detección de los drones, que utilizan tecnologías, como la radiofrecuencia, el radar o la detección combinada con cámaras térmicas. 

El Jefe de la Unidad Técnica de Seguridad Aérea de los Mossos d’Esquadra, Xavier Moya García, ha destacado, además, que en Catalunya se utilizan diversas medidas de inhibición de estos dispositivos, desde la interferencia de la comunicación entre la aeronave y el mando a distancia a través de radiofrecuencias (jamming), hasta una tecnología aún incipiente que permite tomar control del dispositivo y redirigirlo (hacking). 

Moya García ha subrayado que el alto coste de estos sistemas y su rápida obsolescencia hace que sea más eficiente constituir redes territoriales de protección, en las que se usen el mismo sistema, para conseguir una mejor protección ante posibles amenazas que la que se conseguiría si cada municipio instala su propio sistema. Esto exige un alto nivel de colaboración entre administraciones y entre las diversas fuerzas y cuerpos de seguridad, para conseguir generar recursos y políticas preventivas que consigan resultados óptimos. 

Estas han sido algunas de las principales conclusiones de esta primera sesión del ciclo de webinars sobre “Nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad urbana”, que ha contado con las intervenciones iniciales de Francisco Javier Espinosa Gómez, Intendente jefe de la Unidad de Rondas de la Policía local de Madrid; María José Castellanos Ruiz, Profesora de Derecho Internacional Privado de la Universidad Carlos III; Xavier Moya García, Jefe de la Unidad Técnica de Seguridad Aérea de la Policía de la Generalitat de Catalunya-Mossos d’Esquadra. La conversación ha sido moderada por Francesc Guillén Lasierra, jurista, criminólogo y estudioso de las políticas públicas de seguridad. 

Encontrarás el relato completo de la jornada en el siguiente enlace.

En este enlace compartimos la presentación de Mª José Castellanos Ruíz

Además, te recordamos que el próximo 2 de diciembre a las 12.30 h tendrá lugar el segundo de estos encuentros virtuales participativos, en el que abordaremos las aplicaciones de la inteligencia artificial en el ámbito de la seguridad ciudadana. Consulta el programa completo en la página web de FEPSU.

Hacia una prevención inteligente

La digitalización está cada vez más presente en todos los aspectos de nuestra vida y la pandemia del coronavirus ha venido a acelerar este proceso. Esta revolución digital supone también nuevos desafíos para la seguridad urbana, lo que obliga también a cambiar y adaptar las respuestas preventivas a estos retos. Este fue el tema central de la 25ª edición del Congreso Alemán de Prevención (DPT), organizado por la ciudad de Kassel y que se realizó en línea los días 28 y 29 de septiembre. El Foro Europeo de Seguridad Urbana (Efus)y el foro alemán DEFUS participaron, como cada año, en esta conferencia, que es la más grande del mundo sobre prevención del delito. En FEPSU te compartimos algunas de las conclusiones a las que se llegaron en este encuentro. 

Nuevos desafíos, nuevas soluciones

Este año, el Congreso Alemán de Prevención se centró en el impacto de la revolución digital en la seguridad urbana y la prevención del delito. El panel inaugural invitó a los asistentes a reflexionar sobre los avances que se han dado en lo que se denomina Prevención Inteligente, que es la aplicación de estrategias digitales y nuevas tecnologías en el diseño de planes de prevención del crimen. El panel de discusión participaron Johannes Baldauf (Facebook), Markus Beckedahl (Netzpolitik, plataforma en línea para el derecho digital a la libertad), Matthias Heeder (cineasta en Rhizomfilm) y Gesa Stückmann (Jurista).

Los participantes de la mesa redonda discutieron también sobre las formas en que las tecnologías digitales presentan oportunidades, pero también riesgos de seguridad. Para responder a estos riesgos hacen falta, evidentemente, formas nuevas e “inteligentes” de iniciativas de prevención. Aún así, la comprensión de los actores que trabajan para favorecer la seguridad de las ciudades aún está evolucionando en el objetivo de llegar hacia esta una prevención inteligente. 

Vigilancia predictiva: riesgos y ventajas

Efus participó también en en seminario web centrado en la vigilancia policial predictiva y los derechos humanos, dirigido por la matemática Dra. Ingrid Bausch-Gall, de Amnistía Internacional. El debate en este evento partió de la diferenciación entre los dos tipos de modelos de vigilancia policial predictiva que existen en la actualidad. 

Un primer modelo se basa en datos geoespaciales y tiene como objetivo predecir ubicaciones probables de delitos, sobre todo robos domiciliarios. El segundo, utiliza datos vinculados a atributos personales y tiene como objetivo identificar a las personas en riesgo de ser víctimas o autores de actividades delictivas. Si bien ambos enfoques conllevan el riesgo de una estigmatización injustificada de ciertos grupos de población, este último se considera más preocupante y supone ser más precavidos con su aplicación. 

Como cualquier tecnología que se desarrolle para apoyar la toma decisiones, la vigilancia policial predictiva es tan buena como los datos de los que se alimenta durante su proceso de aprendizaje y en ningún caso debe sustituir la puesta en práctica de políticas de seguridad basadas en datos empíricos y buenas prácticas. En su webinar, la Dra. Ingrid Bausch Gall destacó que, antes de aplicarlos en un modelo de vigilancia policial, es necesario abordar una serie de preguntas sobre estos datos: ¿De dónde vienen? ¿Con qué propósito fueron recolectados? ¿A quién pertenecen? Las respuestas a estas preguntas determinarán si el modelo que se aplica favorecerá a un mejor desarrollo de la seguridad en la comunidad o si, en cambio, supondrá una estigmatización de los colectivos más desfavorecidos. 

La tecnología no sustituye los recursos humanos

Otro problema surge a partir del uso de los datos: ¿Qué hacer con la información proporcionada por el algoritmo de vigilancia predictiva? La mayoría de las veces, los cuerpos y fuerzas de seguridad envían más patrullas a los vecindarios identificados como en riesgo, basándose en análisis simplistas de los datos. Lo primero que hay que tener claro es que la tecnología no puede reemplazar a los recursos humanos y plantearse la pregunta sobre si este tipo de vigilancia policial predictiva podría tener consecuencias no deseadas en otras áreas o si estira innecesariamente los recursos de las fuerzas del orden. 

Dentro del debate que se llevó a cabo en congreso DPT, los panelistas también consideraron la cuestión de si una mayor presencia policial es una respuesta adecuada. En su forma actual, la vigilancia policial predictiva se ocupa sobre todo de la interceptación de la actividad delictiva, pero menos de la prevención social, aunque puede servir para prevenir la delincuencia a largo plazo y debería encaminarse hacia este modelo de prevención comunitaria.

En su intervención, la Dra. Ingrid Bausch Gall enumeró una serie de recomendaciones para mitigar los riesgos que la actuación policial predictiva representa para los derechos fundamentales, como el derecho a la privacidad, la protección de datos y la no discriminación. 

Con respecto al desarrollo de algoritmos policiales predictivos, para salvaguardarse de los peligros que pudiera implicar su puesta en marcha se debe garantizar la verificabilidad de estos algoritmos a través de evaluadores independientes, así como equipos de desarrollo diversos y transdisciplinarios que incluyan a miembros de la sociedad civil.

El despliegue de la tecnología, además, debe ser fácil de usar y no solo accesible a los expertos. En este sentido, los cuerpos y fuerzas de seguridad deben describir claramente los propósitos del uso de estas tecnologías y considerar los resultados desde una perspectiva crítica e imparcial.

Hacia una mejor vigilancia predictiva

Para avanzar hacia una mejor integración de las nuevas tecnologías y el uso de los datos en la prevención del crimen, desde Efus se propone explorar los beneficios y desafíos del uso de la vigilancia policial predictiva, ya que varios cuerpos y fuerzas de seguridad en Europa están trabajando o comenzando a desarrollar este tipo de modelos. 

Efus se centra en esta área de enfoque a través de proyectos como Cutting Crime Impact (CCI). Durante los últimos dos años los socios de CCI han estado examinando varios modelos de vigilancia policial predictiva actualmente en uso en Europa y elaborando guías de aplicación y uso de las diversas tecnologías disponibles para una mejor prevención del crimen y la delincuencia. 

En FEPSU estaremos abordando estos y otros temas relacionados con el uso de nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad urbana en un ciclo de conferencias web que tendrán lugar los días miércoles 18 de noviembre y 2 de diciembre de 2020, de 12h30 a 14h. En nuestro blog también encontrarás una serie de artículos sobre cómo la tecnología está transformando el ejercicio de la policía y las maneras de trabajar en la prevención.

La importancia de los datos en la prevención

¿Cuál es el primer paso para la elaboración de una estrategia efectiva de prevención? Durante varias décadas, las ciudades europeas han apostado por los diagnósticos de las causas del crimen como punto de partida para la elaboración de un plan sólido de prevención del delito y seguridad comunitaria. Estos estudios se deben elaborar a través de auditorias locales de seguridad, contando con las perspectivas de los actores que trabajan y viven en las comunidades. Pero no solo eso: los diagnósticos deben centrarse también en el análisis de los datos existentes. En FEPSU te compartimos algunas pautas que ha elaborado la Red Municipal Canadiense de Prevención del Crimen para trabajar en un análisis de datos que arroje luz sobre los programas de seguridad comunitaria.

Entender las causas a partir de los datos

El análisis de datos es sumamente importante a la hora de elaborar y evaluar las estrategias de prevención del crimen en las ciudades. Por un lado, permiten a los municipios buscar activos y brechas en sus servicios existentes. Por otra parte, estos datos son necesarios para establecer los procesos de evaluación que permitirán medir los resultados de estos proyectos de prevención. Estos dos puntos son muy relevantes para ayudar a las autoridades locales a identificar las causas del crimen y para poder tomar decisiones informadas sobre los problemas prioritarios de sus ciudades.   

En la actualidad, los sistemas de tecnología de la información permiten analizar datos sobre personas y lugares donde es más probable que ocurra un delito, una información que es potencialmente más importante para la prevención que para el uso que se pueda dar en el mantenimiento del orden y el cumplimiento de la ley. Estos datos se pueden utilizar para ayudar a centrarse en los factores de riesgo del delito y, por lo tanto, identificar estrategias y programas para reducir el crimen y la victimización. Dependiendo de la complejidad de la información que debe recopilarse y analizarse, ciertas habilidades técnicas pueden ser útiles para determinar los resultados de la auditoría y la evaluación. Aún así, desde el Foro Europeo de Seguridad Urbana (Efus) ponen a disposición de sus socios y autoridades locales una serie de guías para elaborar mejor estos diagnósticos.

¿Cómo elaborar una buena auditoría?

Es importante diagnosticar las causas de la delincuencia analizando tendencias y evaluando las necesidades de la comunidad para encontrar soluciones preventivas. Una vez que se determinan las causas, se pueden identificar soluciones basadas en evidencia y aplicar recursos para implementar las soluciones con las comunidades. Algunos buenas experiencias con este tipo de procesos se pueden ver en ciudades como Glasgow y Cardiff, que redujeron la violencia callejera en un 50% o más en unos pocos años. 

Glasgow realizó un análisis epidemiológico para identificar las razones de los patrones delictivos, incluido el análisis de los factores de riesgo iniciales de violencia tanto para las víctimas como para los delincuentes. Cardiff recopiló datos en las salas de emergencia de los hospitales, con el fin de identificar puntos de intervención en momentos críticos para prevenir futuras violencias. Estos son algunos ejemplos de cómo, al determinar los activos y las necesidades subyacentes de las comunidades, los datos se pueden usar para establecer metas y enfocar los recursos propios en la consecución de buenos resultados.

Para Efus, una auditoría de seguridad local se debe realizar en cuatro pasos imprescindibles: Primero, un análisis sistémico que permite comprender los problemas relacionados con la delincuencia y la victimización en una ciudad; segundo, la identificación de activos y recursos para la actividad preventiva; tercero, la identificación de prioridades; y, cuarto, la configuración de una estrategia que permita abordar esas prioridades. Estas medidas requieren que las organizaciones y los miembros de la comunidad trabajen juntos en colaboración para compartir información y determinar los desafíos del crimen, los factores de riesgo y las fuentes de información. Para lograr resultados, es fundamental una buena comunicación entre los socios y una sólida participación.

Pasar del diagnóstico a la implementación

Después de un estudio exhaustivo sobre las causas de la delincuencia local, las ciudades pueden desarrollar planes estratégicos que propongan acciones basadas en experiencias de éxito que se han aplicado en otros lugares. Pero es importante tener en cuenta siempre las especificidades de cada comunidad y ahí es donde entra en juego también el análisis de datos, que permitirá ver los focos de inseguridad y la manera en que estos se comportan en el espacio urbano

De la misma manera, es relevante contar con buenas técnicas de gestión para ejecutar el plan. Para esto es importante que las autoridades locales inviertan tiempo y presupuesto en capacitar y apoyar al personal municipal en el proceso de diagnóstico. En algunos casos, puede ser buena idea buscar el apoyo de profesionales y expertos con experiencia en el establecimiento de las metas para los programas de prevención del delito y en el diseño de formas de evaluación de los resultados y la rentabilidad. 

Tras la implementación del plan, los municipios deben evaluar los resultados para realizar las reformas necesarias y avanzar hacia mejores resultados. Además, este paso puede ir precedido de la identificación de nuevos objetivos para la reducción de la delincuencia, poniendo siempre el foco en invertir en aquellas comunidades que se encuentran en una desventaja estructural para poder prevenir efectivamente el crimen. 

Si quieres conocer todas las pautas que brinda la Red Municipal Canadiense de Prevención del Crimen para un buen uso de los datos en la prevención del crimen, puedes consultar el documento completo en inglés. Recuerda que en la página web de FEPSU encontrarás también todo tipo de recursos para mejorar las estrategias de prevención, como guías de acción y fichas pedagógicas.


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¿Por qué apostar por la prevención comunitaria?

Las movilizaciones antirracistas que han sacudido Estados Unidos en los últimos meses han abierto un debate importante en el país sobre la prevención de la violencia: ¿Están dispuestas las ciudades a reducir el gasto policial para invertir más en programas comunitarios? El director ejecutivo de Cities United, Anthony Smith, y la directora ejecutiva del Prevention Institute, Rachel Davis, explican, en un artículo publicado en The Trace, cómo la pandemia del coronavirus está suponiendo recortes presupuestarios para proyectos que han demostrado ser efectivos en la prevención de la violencia armada. En FEPSU traducimos y compartimos algunos de los puntos más importantes de su propuesta.

Muchas ciudades en Estados Unidos experimentaron un pico de violencia con armas de fuego desde el inicio de la pandemia. La crisis provocada por la Covid-19 ha dejado a millones de personas desempleadas y luchando por mantener sus viviendas y poner comida en la mesa, creando un nivel de estrés sin precedentes. Esta situación tensó aún más la relación entre la ciudadanía y la policía, especialmente en el caso de la comunidad afroamericana tras las muertes de Breonna Taylor, Tony McDade y George Floyd. 

Una de las demandas del movimiento Black Lives Matter, que salió a las calles tras los recientes casos de violencia policial hacia personas negras, ha sido la del desvío de fondos de las fuerzas del orden hacia recursos comunitarios que apoyen a crear comunidades seguras y equitativas en primer lugar. Sin embargo, está pasando lo contrario: muchos gobiernos locales han anunciado recortes presupuestarios en programas con un historial comprobado de reducción de la violencia diaria, que amenaza sobre todo la seguridad y el bienestar de las comunidades afroamericanas. ¿Por qué es vital que las ciudades mantengan proyectos de prevención con un enfoque de salud pública?

Éxito contrastado de los programas de prevención

Tanto Smith como Davis señalan en su artículo que en Estados Unidos ha habido muchos casos de éxito de los proyectos comunitarios para prevenir la violencia. En enero, Milwaukee informó que ha tenido descensos constantes en las tasas de homicidio desde 2015, y en 2019 tuvo menos de 100 homicidios por segundo año consecutivo. Filadelfia registró una reducción del 55% en los asesinatos involucrados en grupos o miembros de pandillas entre 2011 y 2015. En 2019, West Palm Beach, Florida, registró una disminución de los homicidios del 29%.

Y aunque muchas de estas ciudades han vuelto a experimentar incrementos en la violencia tras la llegada de la pandemia del coronavirus, ahora es más necesario que nunca redoblar los esfuerzos en estos programas que han demostrado ser efectivos a largo plazo en la reducción de la inseguridad. Smith y Davis apuntan que el éxito de estos proyectos depende de dos factores clave: el desarrollo de planes integrales en cooperación con residentes, organizaciones sin fines de lucro y diversos agentes de la ciudad; y el empleo de un enfoque de salud pública para prevenir la violencia armada.

¿Qué es un enfoque de salud pública?

Una particularidad de los programas comunitarios de prevención que han tenido éxito en Estados Unidos es que han estado basados en un enfoque de salud pública. ¿Qué significa esto? Para empezar, se trata de planes integrales que reconocen el racismo y otras formas de discriminación como causas estructurales de muchos de los problemas de convivencia que tenemos en la actualidad en nuestras ciudades. Además, este tipo de enfoque se basa principalmente en los datos para observar el perfil específico de la violencia en una comunidad y permitir así que los actores que trabajan para la prevención se centren en las acciones que tendrán un mayor beneficio a un menor coste. 

Los planes de prevención con un enfoque de salud pública se forman a partir de las condiciones específicas de cada comunidad y están diseñados para ser colaborativos, ya que el proceso de desarrollo del proyecto reúne a los miembros de la comunidad con personas que representan a los sectores médicos, educativos, a las fuerzas del orden público, los servicios sociales y otros actores locales importantes que están representados en un plano de igualdad. Por último, es un enfoque que promueve que sean los propios afectados por la violencia quienes propongan soluciones y proporciona también un espacio para que los residentes de la comunidad puedan procesar su trauma. 

La prevención cuesta menos

Los programas de prevención comunitaria, además de tener un éxito contrastado en la reducción de la violencia a largo plazo, suponen también un menor gasto en recursos para las ciudades que los implementan. Sobre todo si se compara con el coste que supone responder a la violencia cuando esta ya se ha desarrollado en el espacio público: transporte de efectivos, atención de trauma y otros costos médicos, investigaciones policiales y costos de fiscales y defensores públicos, entre otros.  

Por este motivo, la coalición Liberate MKE, liderada por la African-American Roundtable en Milwaukee, defendió antes de la pandemia que debían incrementarse los fondos de los programas de prevención. Esta organización consiguió que se dirigieran con éxito 900 millones de dólares del presupuesto del Departamento de Policía para el empleo juvenil, viviendas asequibles de calidad y diversos esfuerzos de prevención de la violencia. Según Smith y Davis debería apostarse por medidas como esta no solo en el resto de ciudades de Estados Unidos, sino en el mundo entero, si lo que se quiere es que las ciudades brinden seguridad a las comunidades más desfavorecidas.

Anthony Smith es el director de Cities United, una red nacional de 130 alcaldes, comprometida con la creación de comunidades seguras, saludables y esperanzadoras. Rachel Davis es directora ejecutiva del Prevention Institute, una organización sin fines de lucro que trabaja en programas de prevención. Si quieres leer más artículos en los que se proponen estrategias de seguridad urbana, no te olvides de visitar el blog de FEPSU.


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Cuarenta días de innovación para construir ciudades más seguras

Desde el 21 de septiembre, la ONU ha estado desarrollando la campaña “40 Days Safer Cities Challenge”. Esta iniciativa promueve diversas acciones ciudadanas en todo el mundo durante 40 días con el objetivo de crear conciencia sobre el poder de las innovaciones creativas para la seguridad en las ciudades y la prevención del delito. La campaña culmina con la celebración del Día Mundial de las Ciudades, que se conmemora el 31 de octubre. El Foro Europeo de Seguridad Urbana (Efus) es uno de los socios de la iniciativa.

Este desafío al que las Naciones Unidas invita a las ciudades durante cuarenta días tiene su origen en la primera Asamblea de ONU-Hábitat, que tuvo lugar en 2019 y donde se aprobaron las directrices para ciudades más seguras. En este acuerdo, los Estados miembros de la ONU y las autoridades locales se comprometían a llevar a cabo un conjunto de acciones y a intercambiar experiencias innovadoras para una mayor protección de los entornos urbanos

Durante 40 días, la ONU junto a socios como Efus, buscarán crear conciencia en todo el mundo sobre el poder de la innovación creativa, incluidas las artes y la cultura, para la prevención de los crímenes y la violencia en el espacio público. La intención es acompañar a las autoridades locales en el avance hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en todas las ciudades del mundo.  

Por una coproducción de la seguridad

Las actividades del “40 Days Safer Cities Challenge” se basan en la idea que la seguridad es mucho más que simplemente la ausencia de violencia o delincuencia, sino que implica el completo disfrute de las libertades fundamentales de todos los individuos en un entorno estable en donde puedan satisfacer sus necesidades básicas. Esta iniciativa parte de la convicción de que esta seguridad solo se puede conseguir si las ciudades trabajan unidas para caminar hacia un desarrollo urbano sostenible a través de enfoques innovadores de co-creación y coproducción

En este sentido, la campaña ha desarrollado actividades en distintas ciudades del mundo, comenzando el 21 de septiembre con la conmemoración del Día Internacional de la Paz y pasando por el Día del Hábitat Urbano (5 de octubre), que tiene lugar en el marco del “Octubre Urbano”, una iniciativa que busca crear conciencia sobre los desafíos y oportunidades que tiene la urbanización en los distintos rincones del mundo. Los eventos del “40 Days Safer Cities Challenge” finalizarán este 31 de octubre, con la celebración del Día Mundial de las Ciudades.

Caminar hacia una urbanización sostenible

Centrar la atención de la comunidad internacional en la “urbanización” como un tema central para el desarrollo es uno de los objetivos del Día Mundial de las Ciudades, una conmemoración organizada por ONU-Hábitat. Esta celebración busca fomentar la cooperación entre países, a través de encuentros y de compartir experiencias de éxito. Este año las actividades de este evento internacional se centrarán en la valoración de las comunidades y las ciudades. La sede de la celebración será en Nakuru, Kenia; pero debido a la pandemia de la Covid-19 la mayoría de los eventos serán accesibles a distancia a través de Internet. El 31 de octubre a partir de las 12.45 horas de África Oriental (GMT+3), se llevarán a cabo cuatro mesas redondas con oradores de todo el mundo. 

La primera conferencia abordará los retos a los que se enfrentan las ciudades africanas para aplicar los ODS en sus entornos urbanos. El segundo debate, en cambio, partirá de los desafíos económicos y sociales a los que se enfrenta la sociedad en la actualidad (agravados por la pandemia del coronavirus) para repensar las estrategias para cooperar en la construcción de comunidades y ciudades más sostenibles. La tercera mesa redonda se centrará en la necesidad de construir mejores comunidades a través del espacio público, visto como un “salvavidas” fundamental para las ciudades y sus residentes. La jornada concluirá con la presentación del Reporte Mundial de Ciudades 2020, titulado “El valor de la urbanización sostenible”. Para más información sobre las actividades del Día Mundial de las Ciudades, podéis consultar la página web de ONU-Hábitat

¿Qué desafíos supone la Covid-19?

El lanzamiento de la campaña “40 Days Safer Cities Challenge” se ha producido en un momento en que la pandemia de la Covid-19 está contribuyendo a agravar las problemáticas sociales, económicas y políticas en todo el mundo. También está aumentando el riesgo de violencia organizada e interpersonal en entornos de ingresos altos, medios y bajos por igual. 

El contexto creado por el coronavirus está provocando además, que mujeres y niños en particular experimenten un mayor riesgo de violencia, especialmente en el hogar y en línea, al igual que los más vulnerables, incluidas las personas desplazadas y las que viven en zonas afectadas por conflictos. La amenaza de violencia criminal también está aumentando, al igual que el espectro del malestar social y político. Estos desafíos se enfrentan de manera más aguda en las ciudades y son algunos de los puntos importantes sobre los que se reflexiona en las actividades que promueve UN-Hábitat durante este Octubre Urbano y de cara a la conmemoración del Día Mundial de las Ciudades

Si quieres conocer más sobre la iniciativa “40 Days Safer Cities Challenge”, no te olvides de visitar la página web de la campaña, donde encontrarás los distintos eventos que se realizan. Para explorar otros proyectos relacionados con la promoción de la seguridad urbana que se desarrollan en distintas ciudades españolas, visita la página web de FEPSU.


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