Alianza global contra el terrorismo

El pasado 19 de enero, la Oficina de las Naciones Unidas contra el Terrorismo (UNOCT) hizo oficial el lanzamiento del Programa mundial para combatir las amenazas terroristas contra los objetivos vulnerables, en asociación con la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas (UNAOC) y el Instituto Interregional de Investigación sobre la Justicia y el Crimen de las Naciones Unidas (UNICRI). El objetivo de esta iniciativa es apoyar el desarrollo y la mejora de las capacidades clave de lucha contra el terrorismo para ayudar a los Estados Miembros seleccionados a detectar, vigilar y contrarrestar las amenazas contra los objetivos vulnerables, incluidos los asociados con víctimas y eventos que provocan miedo utilizando tanto tácticas y herramientas tradicionales como sofisticadas. 

Hacer frente a las amenazas

El programa cuenta, además, con la asesoría de la Dirección Ejecutiva del Comité de las Naciones Unidas contra el Terrorismo (CTED) e INTERPOL, y en el evento virtual de presentación del mismo participaron más de 250 representantes de Estados Miembros, organizaciones internacionales y regionales y entidades del Pacto Mundial contra el Terrorismo de las Naciones Unidas. Este encuentro virtual contó con debates sobre el alarmante aumento de los ataques terroristas contra objetivos vulnerables y la necesidad de elaborar estrategias de colaboración que involucren a las autoridades públicas, fuerzas del orden y operadores privados.

El Secretario General Adjunto de la ONU, Vladimir Voronkov, destacó en el evento de presentación del programa que «los asesinatos de terroristas en los centros urbanos han aumentado drásticamente desde 2011” y que “los ataques contra lugares religiosos se están volviendo más letales». Agregó, además, que el Programa mundial para combatir las amenazas terroristas contra los objetivos vulnerables «ilustra un objetivo fundamental de nuestra agenda contra el terrorismo: asegurar que nuestros ciudadanos puedan disfrutar y ejercer de manera segura sus libertades fundamentales y derechos socioeconómicos en su vida diaria sin miedo».

Proteger objetivos vulnerables

En los últimos años, el terrorismo ha dirigido sus ataques cada vez más a espacios públicos como complejos turísticos, centros urbanos, centros comerciales o lugares de culto. Dichos ataques tienen como objetivo explotar las vulnerabilidades intrínsecas de los espacios públicos abiertos para causar un gran número de víctimas, sembrar el miedo y perturbar la vida diaria y las actividades socioeconómicas. 

El Programa mundial para combatir las amenazas terroristas contra los objetivos vulnerables, liderado por la UNOCT y financiado por el Estado de Qatar, busca fortalecer la capacidad de los Estados Miembros para prevenir, contrarrestar, responder e investigar ataques terroristas contra objetivos vulnerables mediante el desarrollo de estrategias de colaboración, incluyendo asociaciones público-privadas, y la prestación de asistencia técnica en forma de capacitaciones operativas, previa solicitud.

“El Programa Global constituye un componente esencial de la implementación del Plan de Acción de la ONU para Salvaguardar los Sitios Religiosos, ya que ayudará a fortalecer la capacidad de los Estados Miembros para desarrollar estrategias integrales y colaborativas en la protección de sitios religiosos y prevenir y responder a ataques contra sitios religiosos, entre otros objetivos vulnerables”, asegura el Alto Representante de la UNAOC, Miguel Ángel Moratinos.

Cooperar para prevenir

Se entiende por “objetivos vulnerables” a aquellos lugares del espacio público que no cuentan con medidas excepcionales que los protejan de posibles amenazas a su seguridad. Los devastadores ataques terroristas contra estos espacios, además de un gran número de bajas y heridos, están perturbando la vida cotidiana, propagando el miedo y, en el caso de los lugares religiosos, los ataques terroristas también tienen como objetivo las creencias, identidades, historias y dignidad de las personas. 

En este sentido, es fundamental que los Estados dispongan de medidas para prevenir, proteger, mitigar, investigar, responder y recuperarse de los daños de los ataques terroristas contra estos objetivos vulnerables. La respuesta inmediata a un ataque es crucial para mitigar el impacto y, en este sentido, los líderes locales, las comunidades y los actores de la sociedad civil juegan un papel clave.

El desafío para los Estados es que existen innumerables áreas de objetivos vulnerables. Si bien los gobiernos, incluso a nivel local, tienen la responsabilidad principal de proteger estos espacios públicos contra ataques terroristas, los propietarios privados y / o operadores de esos sitios también deben tomar medidas para abordar las necesidades de seguridad relacionadas y reducir sus vulnerabilidades. 

Es vital que los gobiernos centrales y locales, los líderes comunitarios, los actores religiosos y los actores del sector privado cooperen para identificar formas de mitigar los riesgos y amenazas relacionados y, en última instancia, prevenir que ocurran tales ataques. La protección efectiva de tales objetivos requiere no solo la implementación de medidas de protección física, sino también el desarrollo de comunidades fuertes y resilientes y un compromiso cercano con la sociedad civil y el liderazgo local, incluidos los líderes religiosos.

Desde FEPSU, como parte del Foro Europeo para la Seguridad Urbana (EFUS), también se promueven distintas iniciativas para fomentar la cooperación entre actores locales, públicos y privados, para prevenir amenazas provocadas por el terrorismo. Ese es el caso del proyecto PROTECT, el cual tiene como objetivo fortalecer las capacidades de las autoridades locales en la protección de espacios públicos. Si quieres conocer más sobre este y otros programas, visita la página web de FEPSU.

Justicia restaurativa contra la polarización

La polarización es producto de nuestra interconexión global, pero también nos muestra aquellos puntos donde las desigualdades generan desconexiones dentro de la propia sociedad. Para mitigar los efectos adversos de este fenómeno, la justicia restaurativa surge como una herramienta para poner en valor las cualidades positivas de la humanidad. “La justicia restaurativa es un enfoque inclusivo para abordar el daño o el riesgo de daño mediante la participación de todos los afectados para llegar a un entendimiento y acuerdo común sobre cómo se puede reparar el daño o la infracción, mantener las relaciones y lograr la justicia”, asegura Tim Chapman, experto del proyecto BRIDGE de Efus, en una entrevista publicada originalmente en inglés y de la que en FEPSU te compartimos algunas de sus conclusiones.

El daño de la polarización

Chapman propone aprender de la experiencia de Irlanda del Norte, su país natal, para entender cómo funciona la justicia restaurativa en una sociedad “profundamente polarizada por un conflicto que ha durado siglos”. Dejando de lado las particularidades del conflicto nord-irlandés, en todas partes la polarización entre grupos sociales suele estar vinculada a injusticias. “Cuando la política parlamentaria no aborde estas injusticias, habrá protestas que, si se reprimen o se ignoran, se convertirán en violencia”, afirma el experto del proyecto BRIDGE. En el caso de Irlanda del Norte, muchas personas murieron y muchas familias y comunidades quedaron divididas, con un legado de injusticia que continúa hasta hoy.

Las consecuencias de este conflicto ha provocado, entre otras desgracias, que en una ciudad como Belfast se hayan construido altos muros para dividir a comunidades con ideas antagónicas, por ejemplo. Sin embargo, estos muros, lejos de proteger a los barrios y familias, lo único que han conseguido es alimentar el extremismo y el odio hacia el diferente. Como muy bien apuntó la filósofa Hannah Arendt, “el totalitarismo apela a las muy peligrosas necesidades emocionales de las personas que viven en completo aislamiento y temen unas a otras». El enfoque de justicia restaurativa, en cambio, entiende la polarización como una amenaza a los valores de una sociedad cohesionada, pacífica y democrática. “La separación de personas puede llevar a ver a otros grupos como un riesgo para la seguridad o como una competencia por recursos como trabajos y alojamiento”, subraya Chapman.

Diálogo para una justicia restaurativa

En los procesos de justicia restaurativa el problema no son las personas: el problema es el daño causado por la polarización. Las personas que pertenecen a los grupos sociales polarizados, en cambio, son los recursos con los que se puede trabajar hacia una solución. “En lugar de mantenerlos separados, los procesos restaurativos unen a las personas en un diálogo con el fin de comprender el problema desde todos los lados y encontrar un camino a seguir”, destaca el experto del proyecto BRIDGE. Los sistemas de justicia penal se centran en la detección y el enjuiciamiento de los culpables de un delito de odio, al mismo tiempo que excluye y aparta a las partes afectadas por el crimen. La justicia restaurativa, en cambio, incluye a todos los afectados e implicados en el hecho lesivo, no solo a las víctimas y sus allegados, sino también a los perpetradores y su círculo social.

Este enfoque, como bien explica Chapman, asume que la comunidad circundante a los perpetradores del crimen pueden no solo ser víctimas, sino también parcialmente responsables del daño. Los espectadores que no hacen nada cuando se produce un daño pueden ser la fuente de un daño mayor para la víctima que para el perpetrador. Para Roberto Esposito, la comunidad no está formada por una identidad o territorio común, sino por nuestras obligaciones mutuas. Las identidades polarizadas son «la perversión de la idea de comunidad en su opuesto, en una que levanta muros en lugar de derribarlos», escribe el filósofo italiano.

Que las personas se reúnan para construir una comunidad o para repararla después de un incidente dañino es uno de los principales objetivos de la justicia restaurativa. ¿Qué mecanismos se pueden emplear para este fin? Una de las opciones es hacerlo a través de “círculos restaurativos” o conferencias en las que todos reciben apoyo para relatar sus experiencias y expresar sus sentimientos y puntos de vista y para escucharse y cuestionarse unos a otros de una manera segura y respetuosa. “Un círculo restaurativo es un proceso de comunicación no jerárquico en el que cada participante se sienta en un círculo y habla por turnos sin interrupción”, comenta Chapman.

El caso de BRIDGE

En este sentido, el proyecto BRIDGE de Efus prevé utilizar el teatro y el vídeo para involucrar a los jóvenes marginados de localidades como la Val d’Oise (Francia) con el fin de reducir la polarización entre ellos y la policía. En Lovaina (Bélgica), el alcalde y varias organizaciones municipales, privadas y comunitarias están desarrollando las redes, estrategias y procesos para sostener una Ciudad Restauradora. Esta iniciativa servirá para mantener la cohesión social y dar una respuesta eficaz a cualquier conflicto social que pueda exacerbar la polarización.

En última instancia, lo que se busca a través de la justicia restaurativa es mitigar la polarización al fomentar el respeto por la dignidad humana, fortalecer la solidaridad y la responsabilidad por los demás, deshacer la injusticia y conectar a las personas en el diálogo. “Las autoridades locales, con la participación de las partes interesadas relevantes, pueden utilizar la teoría de la justicia restaurativa y la herramienta de los círculos o conferencias restaurativas para contrarrestar las desigualdades estructurales y mitigar la polarización”, recomienda el experto del proyecto BRIDGE, Tim Chapman.

Si quieres conocer más sobre el proyecto BRIDGE y otras iniciativas organizadas por Efus y en las que FEPSU participa activamente, no te olvides de visitar nuestra página web, donde además encontrarás más contenido y recursos para poder trabajar en una mejor prevención del crimen y hacia una seguridad urbana integral.

Garantizar la protección de los espacios públicos

Los espacios públicos son lugares de intercambio, cultura, comercio, ocio y expresión política, cualidades inherentes a las ciudades. Sin embargo, debido a que son lugares abiertos y, en muchos casos, emblemáticos de una ciudad, una región o un país, los espacios públicos pueden convertirse también en focos de delincuencia e incivismo y, lo que es peor, en blancos principales de ataques terroristas, como ha sucedido en Europa durante la última década. Por este motivo, el Foro Europeo de Seguridad Urbana (Efus) ha lanzado el proyecto Secu4All, que busca fortalecer las capacidades de los entes locales y regionales para garantizar la seguridad de los espacios públicos y la protección contra posibles riesgos de lugares como instalaciones deportivas, centros comerciales, escuelas o sistema de transporte, los cuales pueden convertirse en objetivos de ataques. En FEPSU te compartimos algunos de los principales objetivos de este nuevo programa europeo.

Herramientas para las ciudades

Para las autoridades locales y regionales, la gestión de los espacios públicos es sin duda una de sus acciones más visibles a los ojos de la ciudadanía, ya que es el ámbito donde su visión de la sociedad se materializa y representa mejor. Asegurar que estos espacios sean inclusivos y abiertos, pero también pacíficos y seguros, es un desafío complejo para los entes locales y regionales, que son los que se encuentran en primera línea cuando ocurre una crisis. Ayudar a las ciudades europeas a tener mejores herramientas teóricas y prácticas para abordar la prevención es una de las principales metas del proyecto Secu4All.

Este programa impulsado y liderado por Efus tendrá una duración de dos años y sus principales objetivos son: aumentar el conocimiento de las autoridades locales y regionales sobre los métodos y herramientas para evaluar la vulnerabilidad de los espacios públicos locales; mejorar la comunicación entre todos los actores relevantes que deben actuar en el caso de que ocurra una crisis (antes, durante y después); compartir conocimientos sobre las tecnologías innovadoras para reforzar la protección de los espacios públicos e intercambiar criterios éticos sobre el uso de dichas tecnologías y los datos recopilados; y reducir la sensación de inseguridad de los ciudadanos mediante la “Prevención del delito a través del diseño ambiental” (CPTED, por sus siglas en inglés).

Con un amplio alcance europeo y un enfoque transversal, el proyecto Secu4All reúne a un consorcio de autoridades locales y regionales, universidades y centros de investigación, think tanks, así como una red de agentes de seguridad privada. Entre sus miembros se encuentran el centro CRIMINA de la Universidad Miguel Hernández en Elche, el cual participó en nuestro webinar más reciente, y el Ayuntamiento de Xàbia, que es uno de los miembros actuales de FEPSU. Además, participan también las organizaciones europeas DITSS (Países Bajos) Dsp-groep Bv-DSP (Países Bajos), KEMEA (Grecia), la Organización Europea para la Seguridad-EOS (Bélgica), el Bruxelles – Prévention & Sécurité (Bélgica); los foros de seguridad urbana DEFUS (Alemania), FFSU (Francia) y FISU (Italia); así como el ayuntamiento de La Haya (Países Bajos) y la Policía Municipal de Riga (Letonia).

Cooperación y buenas prácticas

La experiencia en los diversos proyectos de prevención del crimen en los espacios públicos ha demostrado que es esencial que las administraciones locales y regionales cooperen con una amplia gama de actores locales, tanto del sector público como del privado, sobre todo en los ámbitos de planificación urbana, encuestas, servicios de transporte y movilidad, organización de eventos, protección y concientización de empresas locales y también, fundamentalmente, en la comunicación y el trabajo conjunto con las autoridades nacionales y europeas pertinentes. Sin embargo, para hacerlo, necesitan conocimientos y herramientas adecuadas. Ese es uno de los propósitos centrales del proyecto Secu4All: desarrollar contenidos formativos que proporcionen a las autoridades locales conocimientos teóricos y prácticos para que puedan mejorar sus acciones de prevención local o programas para salvaguardar sus espacios públicos frente a riesgos.

Pero además de estas herramientas y de la cooperación entre actores, “los gobiernos locales y regionales deben promover una mejor conciencia entre los ciudadanos sobre las buenas prácticas a seguir en caso de una amenaza, como un ataque terrorista”, como explica la especialista en mitigación de riesgos y miembro del Comité Asesor de Expertos de PACTESUR, Susanne Skov Diemer. En una entrevista para Efus, esta consultora en materia de seguridad señala que todavía no se ha desarrollado una “cultura de seguridad colectiva contra el terrorismo y otras amenazas actuales”, como sí ha sucedido, por ejemplo, con la educación de las medidas que hay que tomar en casos de incendios. 

“Si los ciudadanos adquieren una mejor y más amplia comprensión de las amenazas, el trabajo de las autoridades locales y nacionales y la policía en la protección de los espacios públicos no se verá obstaculizado”, apunta Skov Diemer. Para ello, además, es de vital importancia que los ciudadanos estén preparados psicológicamente para afrontar una crisis, ya que, como ha demostrado la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, “el estrés y el miedo pueden causar un comportamiento irracional y dañino”.

Pero esta preparación por parte de la ciudadanía no se consigue únicamente con una pedagogía psicológica y de buenas prácticas. También es muy importante que las autoridades locales y regionales mejoren “la confiabilidad, rapidez y eficiencia de sus canales de comunicación con los ciudadanos y explicar mejor las amenazas actuales y cómo reaccionar ante ellas”, pues, como pasó con los primeros meses de la pandemia, “la información insuficiente, poco clara y “los consejos contradictorios de los gobiernos jugaron un factor importante en la reacción de la gente a la crisis”. Una forma de reaccionar ante las crisis por parte de las administraciones públicas que el proyecto Secu4All intentará mejorar.  

Para saber más sobre este programa europeo liderado por Efus, puedes visitar su página web. Si quieres conocer otras iniciativas relacionadas con la seguridad urbana y la prevención, sigue nuestras redes sociales, donde semanalmente compartimos los artículos de nuestro blog así como otros proyectos en los que participa FEPSU y sus miembros.

¿Es posible medir la polarización a escala local?

La polarización de la sociedad es uno de los fenómenos más complejos que atacan a las democracias pluralistas. Como explica el politólogo austríaco Markus Pausch, “en los últimos años se ha hecho evidente en muchos países una erosión de la cohesión social”, que ha generado “un proceso de agudización de las diferencias entre los grupos de la sociedad que puede resultar en un aumento de las tensiones”. Sin embargo, estos fenómenos suelen ser medidos siempre a escala estatal o regional, pero en muy pocos casos se ha abierto la posibilidad de estudiar sus efectos en el ámbito local. Por este motivo, desde el proyecto BRIDGE de Efus, cuyo objetivo es ayudar a las administraciones a reducir la polarización y el extremismo, se han elaborado una serie de herramientas para medir este tipo de fenómenos en ciudades y barrios. En FEPSU, te compartimos algunas de las aportaciones que ha hecho este programa en este sentido. 

Dos herramientas prácticas

En un encuentro virtual de autoridades locales y regionales europeas, en el que se trató el tema de la prevención de la radicalización y que tuvo lugar el pasado 27 de octubre, Efus presentó los indicadores y herramientas para medir los fenómenos de polarización local desarrollados por el proyecto BRIDGE. Concretamente, se presentaron los proyectos Quick Scan, el cual es utilizado por la ciudad de Rotterdam (Países Bajos), y Zero-Sum Mindset, una herramienta diseñada por la experta del Departamento de Psicología de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), Patricia Andrews Fearon. 

Efus fue invitado a este encuentro virtual por el proyecto CHAMPIONs, una iniciativa que busca proponer un modelo de acción cooperativa armonizada para detener la polarización y que reúne a ocho organizaciones y universidades de Europa central y oriental con el objetivo de ayudar a los profesionales de primera línea en Alemania, Hungría, Polonia y Rumanía para comprender mejor los fenómenos locales de polarización.

Los participantes subrayaron la importancia de las discusiones e intercambios de prácticas de éxito entre distintas comunidades. También insistieron en la necesidad de proporcionar a los profesionales de primera línea soluciones y herramientas concretas que puedan utilizar en su trabajo diario para prevenir y / o contrarrestar la polarización. Finalmente, también coincidieron en la necesidad de contar con espacios seguros para la discusión.

Detectar la tensión

Una de las propuestas presentadas por Efus fue la metodología Quick Scan se utiliza en Rotterdam para medir las tensiones o la polarización dentro de la población local. Esta herramienta se basa en una recopilación de datos e información proporcionada por los servicios de atención a la juventud de la ciudad, la policía y otros agentes clave, por lo que la información procede tanto de los actores locales como de los responsables políticos

La ciudad realiza cuatro evaluaciones de Quick Scan al año, pero también la utiliza para medir la repercusión de eventos concretos en la cohesión social local, incluyendo aquellos que se producen lejos, como fue el caso de los ataques contra mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda, que causó 51 muertes en 2019.

Mentalidad de suma cero

La iniciativa Zero-Sum Mindset, en cambio, funciona como un cuestionario práctico que sirve a los gobiernos locales para evaluar el grado de polarización a nivel local. A través del concepto de “mentalidad de juego de suma cero”, esta herramienta busca detectar formas de pensar en las que se perciben las relaciones intergrupales y sociales como fijas y antagónicas, lo cual excluye la posibilidad de cooperación y diálogo

Los trabajos realizados por la investigadora Andrews Fearon han demostrado que esta visión del mundo dividido entre ganadores y perdedores es un indicador confiable para evaluar la polarización. El cuestionario permite detectar la presencia o ausencia de una mentalidad de juego de suma cero en una localidad o región, lo que posibilita a las autoridades locales o regionales medir también el grado de polarización en su territorio, así como la presencia de factores de riesgo o resiliencia.

El proyecto BRIDGE de Efus tiene por objetivo principal crear conciencia entre los actores locales y fortalecer su capacidad para reducir la vulnerabilidad individual y colectiva a la radicalización y al mismo tiempo mitigar el fenómeno de polarización. Entre sus miembros se encuentran el Ayuntamiento de Terrassa, el Govern de Catalunya y el Real Instituto Elcano, en representación de España; así como otras administraciones y organizaciones europeas como el Consejo departamental de Val d’Oise (Francia) y los consistorios de Düsseldorf (Alemania), Genk (Bélgica), Igoumenitsa (Grecia) y Rotterdam (Países Bajos), entre otras ciudades. 

Para conocer más sobre esta iniciativa, puedes visitar la página web de FEPSU, donde encontrarás información también sobre otros proyectos en los que participan nuestros socios.

Criterios éticos para un buen uso de la IA

El uso de herramientas de inteligencia artificial (IA) en el ámbito de la seguridad urbana es un fenómeno en creciente expansión. Cada vez son más las fuerzas y cuerpos de seguridad que apuestan por estas tecnologías a la hora de mejorar y agilizar su trabajo, ya sea, por ejemplo, en tareas como la detección de matrículas de vehículos o la robotización de ciertas funciones administrativas, entre otras. Sin embargo, el entusiasmo acrítico que genera la IA en algunos operadores dificulta un análisis sosegado sobre la conveniencia de su utilización, sobre todo a la hora de tomar en cuenta los criterios éticos que deben guiar su uso. En este sentido, se hace necesario reflexionar sobre los retos que supone la aplicación de la inteligencia artificial, las cuales pueden transformar el proceso de toma de decisiones operativas en el ámbito de la seguridad en una operación puramente mecánica. 

Estas fueron algunas de las conclusiones a las que se llegaron en la segunda sesión del ciclo de encuentros virtuales participativos sobre “Nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad urbana”, que se celebró el 2 de diciembre. Estos webinars son una iniciativa del Foro Español para la Seguridad Urbana (FEPSU). A continuación os compartimos algunas de las consideraciones y puntos de análisis que guiaron el debate:

Usos específicos de la IA

Desde su inicio como disciplina en los años 50, la IA ha buscado utilizar ordenadores para realizar tareas que se relacionan con un comportamiento inteligente: razonar, tomar decisiones, reconocer patrones, resolver problemas matemáticos, etc. Sin embargo, aunque en las últimas dos décadas ha habido un incremento exponencial en la generación de datos y en la potencia de cálculo de los ordenadores, hoy en día este tipo de herramientas son capaces de realizar solamente una única tarea a la vez.

Iniciativas como el proyecto Magneto, financiado por el programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea, están desarrollando un motor de correlación que permita la elaboración de hipótesis para la toma de decisiones en la prevención e investigación del crimen organizado, a través de la conjunción de diversas herramientas de IA, como el reconocimiento facial o la transcripción automática de audio a texto. La criminóloga Ainoa Torrado, que trabaja en la implementación de este proyecto en la Policía Municipal de Sabadell, asegura que el uso de estas tecnologías permite a los agentes centrarse más en el análisis de la información que en el tratamiento de los datos y, de esta manera, mejorar la capacidad de investigación y solucionar los delitos de forma más rápida. 

Para el Subdirector del Instituto de Investigación en inteligencia artificial (CSIC-UAB), Felip Manyà, existen áreas específicas de actuación de las agencias de seguridad pública donde hoy en día la utilización de herramientas de inteligencia artificial tienen más potencial, como la videovigilancia, la robótica en entornos de riesgo y el control del tráfico. Sin embargo, para entender mejor la intervención pública con herramientas que utilicen IA hay que ver a estos sistemas como un complemento a la labor policial, antes que como un sustituto. 

Entre la utopía y la distopía

Cuando se habla de los riesgos que puede suponer el uso de la IA, suelen generarse dos tipos de discursos antagónicos: por un lado, una visión optimista que cree que es una tecnología que va a solucionar todos los problemas; por otro lado, una visión pesimista, centrada en la discriminación algorítmica y que ve a la inteligencia artificial como una herramienta para el control y la vigilancia. Según el Director del Centro CRÍMINA de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Fernando Miró Llinares, la realidad se sitúa en un punto medio entre estos dos puntos de vista y, por este motivo, para establecer criterios éticos que mejoren la aplicación de la IA en el ámbito de la seguridad primero hay que desmontar los mitos que rodean su uso. 

En primer lugar, hay que tener en cuenta que muchos de los riesgos que supone el uso de la IA, como la discriminación algorítmica, tienen que ver en realidad con la baja calidad de los datos que se usan y no tanto con la herramienta en sí. Muchos datos, por la forma en que fueron recolectados o por la interpretación que se les da antes de introducirlos en el algoritmo, reproducen sesgos que pueden tener consecuencias graves si se utilizan para guiar actuaciones policiales. Es por este motivo que los algoritmos deben poder ser corregibles, para poder reducir el sesgo de sus datos, aunque esto suponga disminuir su capacidad predictiva. 

Aún así, el principal riesgo en el uso de la IA es ahora mismo la violación de la privacidad de la ciudadanía, ya que los sistemas actuales tienen una enorme capacidad de control sobre las personas y reducen a gran escala la libertad individual. Aunque las normativas europeas sobre protección de datos sean más avanzadas que las de otros países como Estados Unidos o China, donde la inteligencia artificial se ha desarrollado más rápidamente; se hace necesario elaborar normas que sean rígidas en la esencia ética de las mismas, pero lo suficientemente flexibles como para permitir dar lugar a las diferentes aplicaciones de la IA que surjan con el tiempo. 

Principios éticos sólidos

Una de las herramientas de inteligencia artificial que más debate ha generado ha sido el reconocimiento facial. Sobre todo porque se ha detectado que su uso por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad muchas veces deriva en una hiperreacción de los agentes frente a las detecciones de esta tecnología, provocando que se centren más en la búsqueda de los delincuentes que en el resto de funciones de la acción policial. Además, también ha provocado un aumento en las detenciones con los mismos sesgos de los datos introducidos en el algoritmo, por ejemplo los sesgos raciales

Por esta razón, Miró Llinares destaca que hay que tener en cuenta los siguientes principios éticos a la hora de poner en marcha una tecnología de IA en la actividad policial: la prohibición de subordinación a la máquina; la supervisión constante de los sistemas de IA por parte de una persona; la prevención del daño que pueda ocasionar su uso; la prohibición de la discriminación como resultado de estos procesos; y, lo más importante, la explicabilidad de su funcionamiento, lo que incluye la obligación de trazabilidad de los datos, la auditabilidad de sus procedimientos y la participación democrática de su uso.

Este último punto, sin embargo, es más difícil de controlar cuando se trata de tecnologías de deep learning, ya que uno de sus problemas es que no tienen capacidad explicativa sobre las decisiones que toman y, por lo tanto, esto puede ser un peligro, ya que si las actuaciones policiales se basan únicamente en sistemas de este tipo, se puede perder la confianza de los ciudadanos y ciudadanas. Por este motivo, en todo uso de la IA se debe exigir la trazabilidad de los datos y debe hacerse una reflexión profunda sobre el uso que se dará a esta información, sin que la predicción signifique una actuación policial inmediata. 

Estas han sido algunas de las principales conclusiones de esta segunda sesión del ciclo de webinars sobre “Nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad urbana”, que ha contado con las intervenciones iniciales de Felip Manyà, Subdirector del Instituto de Investigación en inteligencia artificial (CSIC-UAB); Fernando Miró Llinares, Catedrático de Derecho Penal de la Universidad Miguel Hernández de Elche y Director del Centro CRÍMINA para el estudio y prevención de la delincuencia; y Ainoa Torrado, Criminóloga participante del proyecto Magneto de la iniciativa Horizonte 2020 de la Comisión Europea. La conversación ha sido moderada por Francesc Guillén Lasierra, jurista, criminólogo y estudioso de las políticas públicas de seguridad. 

Encontrarás el relato completo de la jornada en el siguiente enlace.

Documentos compartidos

El proyecto europeo MAGNETO (H2020), una aplicación práctica del uso de la inteligencia artificial en la seguridad. Presentación de Ainoa Torrado.

Hacia un uso (y diseño) ético de la IA en la seguridad ciudadana. Presentación de Fernando Miró Llinares

El futuro de la IA: hacia inteligencias artificiales realmente inteligentes. Artículo de Ramón López de Mántaras.

Estrategia española de I+D+I en inteligencia artificial. Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, 2019.

Amenazas de la inteligencia artifical. Blog del Departament d’Interior de la Generalitat de Catalunya, 2020.

Inteligencia artificial: un arma de doble filo

La inteligencia artificial (IA) puede ser una herramienta muy útil para la seguridad urbana. Esta tecnología se utiliza para usos que van desde el software de lectura de matrículas de vehículos, hasta el reconocimiento facial y otras aplicaciones relacionadas con la vigilancia policial predictiva. Pero esta herramienta también está siendo cada vez más utilizada por ciberdelincuentes, quienes se aprovechan de su uso para encontrar nuevas formas de amenazar y atacar la seguridad de los sistemas informáticos de la ciudadanía y de las instituciones. Así lo establece un informe recientemente publicado por la ONU y la Europol, del que te compartimos en FEPSU algunas de sus principales conclusiones. 

Potenciar el uso positivo de la IA

El pasado 19 de noviembre se publicó un documento elaborado conjuntamente por Europol, el Instituto Interregional de Investigación sobre Justicia y Crimen (UNICRI) de las Naciones Unidas y Trend Micro que analiza los usos delictivos actuales y previstos de la IA. Este informe proporciona información sobre ataques existentes y potenciales que aprovechan la inteligencia artificial y recomendaciones para las administraciones, fuerzas y cuerpos de seguridad, legisladores y otras instituciones sobre cómo mitigar estos riesgos.

“La IA promete al mundo una mayor eficiencia, automatización y autonomía. En un momento en el que el público está cada vez más preocupado por el posible uso indebido de la IA, tenemos que ser transparentes sobre las amenazas, pero también analizar los beneficios potenciales de la tecnología de IA», asegura Edvardas Šileris, director del Centro Europeo de Ciberdelincuencia de Europol. “Este informe nos ayudará no solo a anticipar posibles usos maliciosos y abusos de la IA, sino también a prevenir y mitigar esas amenazas de manera proactiva. Así es como podemos desbloquear el potencial que tiene la IA y beneficiarnos del uso positivo de los sistemas de IA», agrega Šileris. 

La IA como objetivo y como medio

El informe concluye que los ciberdelincuentes aprovecharán la IA como vector de ataque y como superficie de ataque, es decir como medio y como objetivo para conseguir sus fines criminales. Las falsificaciones profundas (deep fake) son actualmente el uso más conocido de la IA como vector de ataque. Sin embargo, el informe advierte que se necesitará nueva tecnología de detección en el futuro para mitigar el riesgo de campañas de desinformación y extorsión, así como las amenazas que apuntan a conjuntos de datos de IA.

En este sentido, personas con el objetivo de realizar un crimen podrían utilizar esta tecnología para desarrollar convincentes ataques de ingeniería social a gran escala o malware de raspado de documentos, para hacer que los ataques sean más eficientes. Por otro lado, la IA podría respaldar la evasión de reconocimiento de imágenes y biometría de voz; los ataques de ransomware, mediante la evasión y la focalización inteligente; o la contaminación de datos, mediante la identificación de puntos ciegos en las reglas de detección. Además, el informe también advierte que se están desarrollando sistemas de IA para mejorar la efectividad del malware y para interrumpir los sistemas de reconocimiento facial y anti-malware.

“A medida que las aplicaciones de inteligencia artificial comienzan a tener un gran impacto en el mundo real, se hace evidente que esta será una tecnología fundamental para nuestro futuro”, afirma Irakli Beridze, director del Centro de Inteligencia Artificial y Robótica de UNICRI. “Sin embargo, así como los beneficios para la sociedad de la IA son muy reales, también lo es la amenaza del uso malintencionado», apunta también Beridze.

Prepararse ante las amenazas

Desde las instituciones como Europol y UNICRI advierten que los ciberdelincuentes siempre han sido los primeros en adoptar la última tecnología, algo que sucede también con la IA. “Como revela este informe, ya se está utilizando para adivinar contraseñas, romper CAPTCHA y clonar voz, y hay muchas más innovaciones maliciosas en proceso”, explica Martin Roesler, jefe de investigación de amenazas prospectivas de Trend Micro, empresa lider en sistemas de ciberseguridad. En este sentido, desde las organizaciones que han participado en la elaboración de este informe, se proponen varias recomendaciones para evitar los estragos que podría ocasionar el uso de la inteligencia artificial con fines criminales. 

Por un lado, aprovechar el potencial de la IA como herramienta de lucha contra el crimen para preparar la industria y la policía de la ciberseguridad para el futuro y continuar con la investigación sobre las posibilidades de la inteligencia artificial para estimular el desarrollo de tecnología defensiva. Para conseguir esto, se deberán promover y desarrollar marcos de diseño de IA seguros y hacer campañas de comunicación par reducir la retórica políticamente cargada sobre el uso de la inteligencia artificial con fines de ciberseguridad. Finalmente, será un factor clave la cooperación entre asociaciones público-privadas y el establecimiento de grupos de expertos multidisciplinarios.

Debates éticos: la máquina contra el humano

Por otro lado, a los aspectos mencionados por el informe de la ONU y EUROPOL, habría que agregar que el uso de la IA por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad supone también el planteamiento de ciertos debates éticos en el uso de algoritmos y máquinas para vigilar y perseguir a seres humanos. Sobre todo, el uso de software de reconocimiento facial supone el peligro de que la tecnología pueda equivocarse o no ser neutral en el perfilamiento de las personas que reconoce. En este sentido, las decisiones que toma esta tecnología, ¿deben gozar de presunción de veracidad? Si no es así, ¿qué instrumentos habría que establecer para prevenir o controlar los posibles errores que se cometan?

Como toda tecnología, su uso debería limitarse a ser un apoyo o una herramienta para la actuación humana en la seguridad urbana, pero jamás debería ser un sustitutivo de esta. Además, se deberían establecer los términos en los que hay que situar la rendición de cuentas en intervenciones llevadas a cabo siguiendo los dictados de estos algoritmos. 

Estos y otros debates serán los que abordaremos en la segunda sesión del ciclo de encuentros virtuales sobre “Nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad urbana”, donde además reflexionaremos sobre las potencialidades de la inteligencia artificial para la prevención y la seguridad, así como sus posibles riesgos y amenazas en manos de organizaciones y personas con fines delictivos. Se trata de una actividad gratuita, organizada por FEPSU, que se celebrará el miércoles 2 de diciembre de 2020, de 12h30 a 14h, a través de Zoom. Inscríbete en este enlace

Para acceder al informe completo elaborado por Europol, UNICRI y Trend Micro, puedes visitar el siguiente enlace.

Los drones en la seguridad: retos y necesidades

Los usos que se puede dar y que se están dando ya a los drones en materia de seguridad urbana son muy variados. Desde la protección del medio ambiente o el apoyo en el control de incendios, hasta la gestión de aforos en eventos multitudinarios o el monitoreo del cumplimiento de las medidas sanitarias en una pandemia. Pero al mismo tiempo que avanza el empleo de esta tecnología por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad, también se acelera su utilización por parte de particulares y actores privados. Esto, en ciertas ocasiones, puede suponer peligros para la seguridad de las ciudades, lo que obliga a trabajar para obtener mecanismos de protección y normativas que sean más efectivas a la hora de garantizar el uso responsable y cívico de estos dispositivos. 

Estas fueron algunas de las conclusiones a las que se llegaron en la primera sesión del ciclo de encuentros virtuales participativos sobre “Nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad urbana”, que se celebró el 18 de noviembre. Estos webinars son una iniciativa del Foro Español para la Seguridad Urbana (FEPSU). A continuación os compartimos algunas de las consideraciones y puntos de análisis que guiaron este primer debate:

Una herramienta versátil

Algunas policías locales de España, como la de Madrid, han adoptado ya a los drones como una herramienta versátil en la gestión de la seguridad. Cada vez son más los ámbitos en los que estos dispositivos pueden apoyar la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Por ejemplo, en el contexto actual, con las restricciones de movilidad y reunión por la pandemia del coronavirus, el uso de estas aeronaves se ha intensificado en el control del cumplimiento de las medidas sanitarias y de los aforos en los espacios públicos. 

El Intendente jefe de la Unidad de Rondas de la Policía Local de Madrid, Francisco Javier Espinosa Gómez, ha señalado que la intención es que se puedan desarrollar nuevos software para ampliar el alcance de estos dispositivos en un futuro cercano; por ejemplo permitiendo la lectura de matrículas de vehículos, la recogida de muestras de vertidos, el cálculo de la asistencia a eventos y manifestaciones, o el no exento de polémica software de reconocimiento facial. Sin embargo, algunos de estos nuevos usos requerirán de una ampliación de las normativas referentes a la aplicación de estas tecnologías en la seguridad urbana, para no interferir con los derechos a la privacidad y a la protección de datos.

Ampliar la regulación del uso

Actualmente la única normativa existente para el uso de los drones por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad es la legislación estatal, recogida en el Real Decreto 1036/2017, según ha explicado la profesora de Derecho Internacional Privado de la Universidad Carlos III, María José Castellanos Ruiz. El nuevo Reglamento Europeo 2019/947, que regula el uso de los drones en la Unión Europea, entrará en vigor en enero, pero no será de aplicación a servicios militares ni de seguridad pública, únicamente para el uso privado.

La principal aportación de esta nueva normativa europea es la categorización de los drones en tres estratos, dependiendo de su tamaño y de las exigencias que regulan su uso. De esta manera, se separa aquellos drones menores de 25 kg, que no necesitarán de ningún tipo de permiso para su utilización, de aquellos con un mayor peso, que requerirán certificaciones y autorizaciones por parte de las autoridades de seguridad aérea competentes, dependiendo del tipo de uso que se les de. 

Aún así, queda pendiente el desarrollo de normativas europeas específicas para la aplicación de estas aeronaves en la gestión de la seguridad urbana o en lo que respecta a la regulación de la captación, almacenamiento y disposición de las imágenes y datos que recopilan estos dispositivos.

Crear redes de protección

El nuevo reglamento europeo busca poner más control sobre el uso privado de los drones, para evitar los riesgos que puede suponer para la seguridad el uso de esta tecnología en las manos equivocadas. Sin embargo, estas normativas deben ir acompañadas por sistemas eficientes para detectar posibles amenazas y prevenir su uso para fines criminales. Hoy en día, existen diversos sistemas de detección de los drones, que utilizan tecnologías, como la radiofrecuencia, el radar o la detección combinada con cámaras térmicas. 

El Jefe de la Unidad Técnica de Seguridad Aérea de los Mossos d’Esquadra, Xavier Moya García, ha destacado, además, que en Catalunya se utilizan diversas medidas de inhibición de estos dispositivos, desde la interferencia de la comunicación entre la aeronave y el mando a distancia a través de radiofrecuencias (jamming), hasta una tecnología aún incipiente que permite tomar control del dispositivo y redirigirlo (hacking). 

Moya García ha subrayado que el alto coste de estos sistemas y su rápida obsolescencia hace que sea más eficiente constituir redes territoriales de protección, en las que se usen el mismo sistema, para conseguir una mejor protección ante posibles amenazas que la que se conseguiría si cada municipio instala su propio sistema. Esto exige un alto nivel de colaboración entre administraciones y entre las diversas fuerzas y cuerpos de seguridad, para conseguir generar recursos y políticas preventivas que consigan resultados óptimos. 

Estas han sido algunas de las principales conclusiones de esta primera sesión del ciclo de webinars sobre “Nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad urbana”, que ha contado con las intervenciones iniciales de Francisco Javier Espinosa Gómez, Intendente jefe de la Unidad de Rondas de la Policía local de Madrid; María José Castellanos Ruiz, Profesora de Derecho Internacional Privado de la Universidad Carlos III; Xavier Moya García, Jefe de la Unidad Técnica de Seguridad Aérea de la Policía de la Generalitat de Catalunya-Mossos d’Esquadra. La conversación ha sido moderada por Francesc Guillén Lasierra, jurista, criminólogo y estudioso de las políticas públicas de seguridad. 

Encontrarás el relato completo de la jornada en el siguiente enlace.

En este enlace compartimos la presentación de Mª José Castellanos Ruíz

Además, te recordamos que el próximo 2 de diciembre a las 12.30 h tendrá lugar el segundo de estos encuentros virtuales participativos, en el que abordaremos las aplicaciones de la inteligencia artificial en el ámbito de la seguridad ciudadana. Consulta el programa completo en la página web de FEPSU.

Hacia una prevención inteligente

La digitalización está cada vez más presente en todos los aspectos de nuestra vida y la pandemia del coronavirus ha venido a acelerar este proceso. Esta revolución digital supone también nuevos desafíos para la seguridad urbana, lo que obliga también a cambiar y adaptar las respuestas preventivas a estos retos. Este fue el tema central de la 25ª edición del Congreso Alemán de Prevención (DPT), organizado por la ciudad de Kassel y que se realizó en línea los días 28 y 29 de septiembre. El Foro Europeo de Seguridad Urbana (Efus)y el foro alemán DEFUS participaron, como cada año, en esta conferencia, que es la más grande del mundo sobre prevención del delito. En FEPSU te compartimos algunas de las conclusiones a las que se llegaron en este encuentro. 

Nuevos desafíos, nuevas soluciones

Este año, el Congreso Alemán de Prevención se centró en el impacto de la revolución digital en la seguridad urbana y la prevención del delito. El panel inaugural invitó a los asistentes a reflexionar sobre los avances que se han dado en lo que se denomina Prevención Inteligente, que es la aplicación de estrategias digitales y nuevas tecnologías en el diseño de planes de prevención del crimen. El panel de discusión participaron Johannes Baldauf (Facebook), Markus Beckedahl (Netzpolitik, plataforma en línea para el derecho digital a la libertad), Matthias Heeder (cineasta en Rhizomfilm) y Gesa Stückmann (Jurista).

Los participantes de la mesa redonda discutieron también sobre las formas en que las tecnologías digitales presentan oportunidades, pero también riesgos de seguridad. Para responder a estos riesgos hacen falta, evidentemente, formas nuevas e “inteligentes” de iniciativas de prevención. Aún así, la comprensión de los actores que trabajan para favorecer la seguridad de las ciudades aún está evolucionando en el objetivo de llegar hacia esta una prevención inteligente. 

Vigilancia predictiva: riesgos y ventajas

Efus participó también en en seminario web centrado en la vigilancia policial predictiva y los derechos humanos, dirigido por la matemática Dra. Ingrid Bausch-Gall, de Amnistía Internacional. El debate en este evento partió de la diferenciación entre los dos tipos de modelos de vigilancia policial predictiva que existen en la actualidad. 

Un primer modelo se basa en datos geoespaciales y tiene como objetivo predecir ubicaciones probables de delitos, sobre todo robos domiciliarios. El segundo, utiliza datos vinculados a atributos personales y tiene como objetivo identificar a las personas en riesgo de ser víctimas o autores de actividades delictivas. Si bien ambos enfoques conllevan el riesgo de una estigmatización injustificada de ciertos grupos de población, este último se considera más preocupante y supone ser más precavidos con su aplicación. 

Como cualquier tecnología que se desarrolle para apoyar la toma decisiones, la vigilancia policial predictiva es tan buena como los datos de los que se alimenta durante su proceso de aprendizaje y en ningún caso debe sustituir la puesta en práctica de políticas de seguridad basadas en datos empíricos y buenas prácticas. En su webinar, la Dra. Ingrid Bausch Gall destacó que, antes de aplicarlos en un modelo de vigilancia policial, es necesario abordar una serie de preguntas sobre estos datos: ¿De dónde vienen? ¿Con qué propósito fueron recolectados? ¿A quién pertenecen? Las respuestas a estas preguntas determinarán si el modelo que se aplica favorecerá a un mejor desarrollo de la seguridad en la comunidad o si, en cambio, supondrá una estigmatización de los colectivos más desfavorecidos. 

La tecnología no sustituye los recursos humanos

Otro problema surge a partir del uso de los datos: ¿Qué hacer con la información proporcionada por el algoritmo de vigilancia predictiva? La mayoría de las veces, los cuerpos y fuerzas de seguridad envían más patrullas a los vecindarios identificados como en riesgo, basándose en análisis simplistas de los datos. Lo primero que hay que tener claro es que la tecnología no puede reemplazar a los recursos humanos y plantearse la pregunta sobre si este tipo de vigilancia policial predictiva podría tener consecuencias no deseadas en otras áreas o si estira innecesariamente los recursos de las fuerzas del orden. 

Dentro del debate que se llevó a cabo en congreso DPT, los panelistas también consideraron la cuestión de si una mayor presencia policial es una respuesta adecuada. En su forma actual, la vigilancia policial predictiva se ocupa sobre todo de la interceptación de la actividad delictiva, pero menos de la prevención social, aunque puede servir para prevenir la delincuencia a largo plazo y debería encaminarse hacia este modelo de prevención comunitaria.

En su intervención, la Dra. Ingrid Bausch Gall enumeró una serie de recomendaciones para mitigar los riesgos que la actuación policial predictiva representa para los derechos fundamentales, como el derecho a la privacidad, la protección de datos y la no discriminación. 

Con respecto al desarrollo de algoritmos policiales predictivos, para salvaguardarse de los peligros que pudiera implicar su puesta en marcha se debe garantizar la verificabilidad de estos algoritmos a través de evaluadores independientes, así como equipos de desarrollo diversos y transdisciplinarios que incluyan a miembros de la sociedad civil.

El despliegue de la tecnología, además, debe ser fácil de usar y no solo accesible a los expertos. En este sentido, los cuerpos y fuerzas de seguridad deben describir claramente los propósitos del uso de estas tecnologías y considerar los resultados desde una perspectiva crítica e imparcial.

Hacia una mejor vigilancia predictiva

Para avanzar hacia una mejor integración de las nuevas tecnologías y el uso de los datos en la prevención del crimen, desde Efus se propone explorar los beneficios y desafíos del uso de la vigilancia policial predictiva, ya que varios cuerpos y fuerzas de seguridad en Europa están trabajando o comenzando a desarrollar este tipo de modelos. 

Efus se centra en esta área de enfoque a través de proyectos como Cutting Crime Impact (CCI). Durante los últimos dos años los socios de CCI han estado examinando varios modelos de vigilancia policial predictiva actualmente en uso en Europa y elaborando guías de aplicación y uso de las diversas tecnologías disponibles para una mejor prevención del crimen y la delincuencia. 

En FEPSU estaremos abordando estos y otros temas relacionados con el uso de nuevas tecnologías aplicadas a la seguridad urbana en un ciclo de conferencias web que tendrán lugar los días miércoles 18 de noviembre y 2 de diciembre de 2020, de 12h30 a 14h. En nuestro blog también encontrarás una serie de artículos sobre cómo la tecnología está transformando el ejercicio de la policía y las maneras de trabajar en la prevención.

La importancia de los datos en la prevención

¿Cuál es el primer paso para la elaboración de una estrategia efectiva de prevención? Durante varias décadas, las ciudades europeas han apostado por los diagnósticos de las causas del crimen como punto de partida para la elaboración de un plan sólido de prevención del delito y seguridad comunitaria. Estos estudios se deben elaborar a través de auditorias locales de seguridad, contando con las perspectivas de los actores que trabajan y viven en las comunidades. Pero no solo eso: los diagnósticos deben centrarse también en el análisis de los datos existentes. En FEPSU te compartimos algunas pautas que ha elaborado la Red Municipal Canadiense de Prevención del Crimen para trabajar en un análisis de datos que arroje luz sobre los programas de seguridad comunitaria.

Entender las causas a partir de los datos

El análisis de datos es sumamente importante a la hora de elaborar y evaluar las estrategias de prevención del crimen en las ciudades. Por un lado, permiten a los municipios buscar activos y brechas en sus servicios existentes. Por otra parte, estos datos son necesarios para establecer los procesos de evaluación que permitirán medir los resultados de estos proyectos de prevención. Estos dos puntos son muy relevantes para ayudar a las autoridades locales a identificar las causas del crimen y para poder tomar decisiones informadas sobre los problemas prioritarios de sus ciudades.   

En la actualidad, los sistemas de tecnología de la información permiten analizar datos sobre personas y lugares donde es más probable que ocurra un delito, una información que es potencialmente más importante para la prevención que para el uso que se pueda dar en el mantenimiento del orden y el cumplimiento de la ley. Estos datos se pueden utilizar para ayudar a centrarse en los factores de riesgo del delito y, por lo tanto, identificar estrategias y programas para reducir el crimen y la victimización. Dependiendo de la complejidad de la información que debe recopilarse y analizarse, ciertas habilidades técnicas pueden ser útiles para determinar los resultados de la auditoría y la evaluación. Aún así, desde el Foro Europeo de Seguridad Urbana (Efus) ponen a disposición de sus socios y autoridades locales una serie de guías para elaborar mejor estos diagnósticos.

¿Cómo elaborar una buena auditoría?

Es importante diagnosticar las causas de la delincuencia analizando tendencias y evaluando las necesidades de la comunidad para encontrar soluciones preventivas. Una vez que se determinan las causas, se pueden identificar soluciones basadas en evidencia y aplicar recursos para implementar las soluciones con las comunidades. Algunos buenas experiencias con este tipo de procesos se pueden ver en ciudades como Glasgow y Cardiff, que redujeron la violencia callejera en un 50% o más en unos pocos años. 

Glasgow realizó un análisis epidemiológico para identificar las razones de los patrones delictivos, incluido el análisis de los factores de riesgo iniciales de violencia tanto para las víctimas como para los delincuentes. Cardiff recopiló datos en las salas de emergencia de los hospitales, con el fin de identificar puntos de intervención en momentos críticos para prevenir futuras violencias. Estos son algunos ejemplos de cómo, al determinar los activos y las necesidades subyacentes de las comunidades, los datos se pueden usar para establecer metas y enfocar los recursos propios en la consecución de buenos resultados.

Para Efus, una auditoría de seguridad local se debe realizar en cuatro pasos imprescindibles: Primero, un análisis sistémico que permite comprender los problemas relacionados con la delincuencia y la victimización en una ciudad; segundo, la identificación de activos y recursos para la actividad preventiva; tercero, la identificación de prioridades; y, cuarto, la configuración de una estrategia que permita abordar esas prioridades. Estas medidas requieren que las organizaciones y los miembros de la comunidad trabajen juntos en colaboración para compartir información y determinar los desafíos del crimen, los factores de riesgo y las fuentes de información. Para lograr resultados, es fundamental una buena comunicación entre los socios y una sólida participación.

Pasar del diagnóstico a la implementación

Después de un estudio exhaustivo sobre las causas de la delincuencia local, las ciudades pueden desarrollar planes estratégicos que propongan acciones basadas en experiencias de éxito que se han aplicado en otros lugares. Pero es importante tener en cuenta siempre las especificidades de cada comunidad y ahí es donde entra en juego también el análisis de datos, que permitirá ver los focos de inseguridad y la manera en que estos se comportan en el espacio urbano

De la misma manera, es relevante contar con buenas técnicas de gestión para ejecutar el plan. Para esto es importante que las autoridades locales inviertan tiempo y presupuesto en capacitar y apoyar al personal municipal en el proceso de diagnóstico. En algunos casos, puede ser buena idea buscar el apoyo de profesionales y expertos con experiencia en el establecimiento de las metas para los programas de prevención del delito y en el diseño de formas de evaluación de los resultados y la rentabilidad. 

Tras la implementación del plan, los municipios deben evaluar los resultados para realizar las reformas necesarias y avanzar hacia mejores resultados. Además, este paso puede ir precedido de la identificación de nuevos objetivos para la reducción de la delincuencia, poniendo siempre el foco en invertir en aquellas comunidades que se encuentran en una desventaja estructural para poder prevenir efectivamente el crimen. 

Si quieres conocer todas las pautas que brinda la Red Municipal Canadiense de Prevención del Crimen para un buen uso de los datos en la prevención del crimen, puedes consultar el documento completo en inglés. Recuerda que en la página web de FEPSU encontrarás también todo tipo de recursos para mejorar las estrategias de prevención, como guías de acción y fichas pedagógicas.


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