Una ‘red violeta’ contra el machismo

Santa Coloma de Gramenet apuesta por la cooperación ciudadana y de los comercios locales para prevenir las violencias machistas y LGTBIfóbicas. A través del proyecto ‘Santa Coloma Red Violeta’, el municipio catalán ha conseguido agrupar a casi 300 establecimientos, desde locales de ocio nocturno hasta farmacias y servicios de taxi, que funcionan como espacios seguros donde cualquier persona puede acudir para denunciar una posible agresión sexista o LGTBIfóbica. En FEPSU te explicamos cómo funciona esta iniciativa pionera en toda España. 

Gestión comunitaria de la seguridad

El pasado 2 de marzo se celebró en Dénia la asamblea general de FEPSU, donde los distintos miembros de la red presentaron los proyectos que desarrollan en sus respectivos municipios. Uno de los proyectos presentados fue el de la ‘Red Violeta’ de Santa Coloma de Gramenet. La teniente de alcalde seguridad ciudadana y civismo de la localidad catalana, Lidia Montero, compartió esta iniciativa innovadora y única en todo el Estado, que busca resaltar el compromiso de la ciudad con la prevención y la erradicación de las violencias por razones de género u orientación sexual. 

En marcha desde 2019, el proyecto de la ‘Red Violeta’ funciona como una forma de garantizar el funcionamiento efectivo del ‘Protocolo para un Espacio Público, de Ocio y Festivo Libre de Violencias machistas y LGTBIfóbicas’ de la ciudad. Gracias al funcionamiento de esta iniciativa, el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet ha conseguido crear una red de espacios seguros y de referencia, espacios violetas, a los que las personas puedan dirigirse ante una posible agresión sexista o LGTBIfóbica y desde donde, siempre que sea necesario, se puede activar el protocolo de actuación y coordinación profesional.

El valor de este instrumento, sobre todo, es que permite a la ciudad poner en marcha un concepto diferente de acciones de seguridad dirigidas específicamente a las mujeres y al colectivo LGTBI; pues se trabaja desde una lógica comunitaria, en la que se involucra a todos los distintos actores que pueden ser agentes activos para garantizar la seguridad en el espacio público, así como conseguir una implementación eficiente del protocolo para hacer frente a este tipo de violencias. 

En tan solo tres años se ha triplicado el número de locales que forman parte del proyecto. Actualmente la ‘Red Violeta’ de Santa Coloma cuenta ya con alrededor de 300 establecimientos de la ciudad. Se trata, sobre todo, de locales de ocio nocturno, pero también de otros establecimientos o servicios que tienen una presencia nocturna, como gasolineras, farmacias, aparcamientos, espacios residenciales, servicios de taxi o de limpieza y la red de agentes cívicos nocturnos (serenos y serenas). Los locales participantes se identifican con un adhesivo en el que se puede leer ‘Santa Coloma Red Violeta’. Además, también cuentan con una infografía explicativa de cómo funciona el protocolo de actuación en los espacios de ocio.

Funcionamiento del protocolo

Uno de los puntos que garantizan el buen funcionamiento del proyecto es el hecho que cualquier persona puede comunicar una situación de violencia: la persona agredida, el personal responsable del local que forma parte de la red o incluso otros testigos. Una vez se ha comunicado, el personal del establecimiento centraliza la intervención. Si se trata de una agresión grave o muy grave, se activa el Dispositivo Especial de Atención, llamando a la Policía Local, quien se desplaza al lugar de los hechos y pone en marcha la presencia de los recursos y profesionales necesarios. En función de la gravedad de los hechos se requiere la atención de urgencia y el acompañamiento psicológico especializado.

Desde el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet resaltan que este instrumento no es sólo de una red o de un protocolo, sino que se ha creado toda una red de servicios y profesionales que están detrás de este proyecto, los 365 días del año, las 24 horas del día: servicios policiales, personal sanitario, el servicio de agentes cívicos nocturnos, el servicio especializado en la atención de las violencias machistas y un equipo de psicólogas de guardia, expertas en la materia, por si hay que acompañar a las víctimas de posibles agresiones.

Además, desde el consistorio también se realiza una formación específica para todos los establecimientos y locales que ya se han adherido a la ‘Red Violeta’. Además, durante los meses de cuarentena por la pandemia de la Covid-19, el municipio puso en marcha un equipo de rastreadoras locales, que buscaban nuevos establecimientos que pudieran adherirse al proyecto, ya que se trata de una iniciativa viva que tiene la meta de educar, prevenir y evitar cualquier situación de violencias machistas y LGTBIfóbicas en la ciudad.

En Santa Coloma de Gramenet, municipio miembro de FEPSU, llevan muchos años siendo un referente en iniciativas para avanzar hacia la igualdad de género y en la prevención de las discriminaciones hacia las mujeres y el colectivo LGTBI; por ejemplo a través de La CIBA, el espacio de recursos para mujeres, innovación y economía feminista, otro de los proyectos que se presentaron durante la asamblea general de FEPSU y desde donde la ciudad centraliza todas sus iniciativas de carácter feminista. 

En FEPSU estamos firmemente involucrados en avanzar hacia una completa igualdad de género en la sociedad y hacia contribuir para la prevención de cualquier tipo de discriminación por razón de género u orientación sexual. Por este motivo hemos analizado en distintas ocasiones las mejores estrategias para aplicar una seguridad urbana con perspectiva de género, como hicimos el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, donde compartimos algunas de las recomendaciones de ONU Mujeres para avanzar en este sentido; así como hemos resaltado también la importancia de prevenir la violencia de género desde la adolescencia.

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8M: seguridad y prevención en femenino

Cada 8 de marzo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer, una conmemoración que tuvo su origen en 1910 en Copenhague, durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas. Más tarde, en 1977 las Naciones Unidas adoptaron y reconocieron esta fecha, para invitar a todos los gobiernos y organizaciones de la sociedad civil a reconocer la igualdad de género y la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad. Desde FEPSU nos reafirmamos en nuestro compromiso de seguir trabajando por la prevención y la lucha contra la violencia machista. Por este motivo, compartimos algunas estrategias para garantizar la seguridad de todas las mujeres en las ciudades. 

Educar desde la infancia

La igualdad de género forma parte central y transversal de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por este motivo, organismos internacionales como ONU Mujeres intentan proporcionar distintas estrategias y enfoques para la prevención de la violencia de género, como una medida esencial para avanzar hacia una completa igualdad entre hombres y mujeres. 

Como señalan en el portal web de ONU Mujeres, “la violencia contra las mujeres y niñas tiene sus raíces en la discriminación basada en el género, en unas normas sociales que aceptan la violencia y en estereotipos de género que la perpetúan”. Comúnmente, las políticas para abordar este tipo de discriminaciones contra mujeres y niñas se han centrado en responder y apoyar a las supervivientes de violencia machista. No obstante, la prevención es una herramienta mucho más efectiva a la hora de conseguir su erradicación. 

En este sentido, en ONU Mujeres apuestan por un enfoque preventivo basado en la educación como pilar fundamental para romper los estereotipos de género y empoderar a las niñas desde edades tempranas. Para ello, el organismo resalta que debe existir un compromiso político para diseñar normativas que fomenten la igualdad e inviertan en dotar de recursos a las organizaciones de mujeres, que son las que trabajan en el terreno para prevenir toda expresión de discriminación y violencia

“Como parte de su estrategia de prevención, ONU Mujeres se centra en la educación de la primera infancia, en unas relaciones respetuosas y en trabajar con hombres y niños, especialmente a través y dentro de los medios de comunicación, las industrias del deporte y el mundo laboral”, destacan en el portal web del organismo. 

Ciudades unidas contra la violencia

Desde organizaciones como Efus y FEPSU apostamos claramente por prevenir la violencia contra las mujeres en el entorno local, como una estrategia clave para avanzar hacia una mayor igualdad de género. La violencia generalizada hacia las mujeres, que les afecta tanto en el ámbito público, como en el profesional y el privado, debe ser abordada de forma prioritaria por las políticas de seguridad locales. De la misma manera, se debe incluir la perspectiva de género como un enfoque transversal en todas las estrategias de seguridad urbana y prevención que se desarrollen. 

En su manifiesto de Seguridad, Democracia y Ciudades, Efus recomienda a las autoridades locales y regionales que se “involucren en las estrategias contra la violencia de género” y que su “papel en el campo de la prevención y el apoyo a las víctimas sea reconocido y fuertemente apoyado por los gobiernos nacionales y europeos. e instituciones internacionales”. Los miembros de Efus y de FEPSU se comprometen, en este sentido, a “intensificar sus esfuerzos como coordinadores y facilitadores de redes de prevención que incluyen múltiples actores” y a “aumentar la diversidad de perfiles, particularmente de género, en los equipos involucrados en la prevención de la violencia contra las mujeres”.

Cooperar para la prevención

Por este motivo, las ciudades socias de Efus y FEPSU cooperan en distintos proyectos europeos que buscan abordar la prevención de la violencia de género. Por ejemplo, la iniciativa SHINE  (Acoso Sexual en los Puntos de Entretenimiento Nocturno: Mitigación y Prevención, por sus siglas en inglés), busca crear una cultura común entre los actores del ocio nocturno y brindarles las herramientas adecuadas para prevenir el acoso sexual en los locales de ocio nocturno.

Fruto de este proyecto, se elaboró un informe donde se recogía la necesidad de ampliar las definiciones de acoso sexual contra las mujeres como una manera de mejorar su prevención. En este sentido, las autoras del informe subrayan la importancia de tomar en cuenta, por ejemplo, las definiciones culturales, sociales y sociológicas de lo que se considera acoso sexual, así como el uso que hacen del término las propias víctimas, respetando los límites y agravantes que ellas mismas marcan a la hora de narrar su experiencia. 

Por otro lado, desde ciudades socias de FEPSU, como Barcelona, se han realizado estudios sobre las desigualdades de género en el uso de los espacios públicos y sus consecuencias sobre la seguridad urbana. El 2021 el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB) y la Dirección de Prevención del Área de Seguridad y Prevención municipal del Ayuntamiento de Barcelona colaboraron para realizar el informe “Análisis de las conductas de riesgo en la movilidad en Barcelona desde una perspectiva de género”, en el que se estudió el riesgo vial real y percibido en los distintos medios de transportes utilizados de forma mayoritaria en el municipio, así como las conductas asociadas principalmente a este riesgo, tanto por hombres como por mujeres. 

A partir de ese estudio se pudo concluir que existen pautas de movilidad diferenciadas según el género, tanto en el tipo como en el volumen de los desplazamientos. Esto lleva a que las mujeres perciban una mayor sensación de inseguridad a la hora de moverse por la ciudad, un hecho que obliga a las autoridades locales a tomar en cuenta esta perspectiva de género a la hora de diseñar campañas de seguridad en el transporte público, por ejemplo. 

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Espacios públicos resilientes

Los espacios públicos de las ciudades pueden ser objeto de distintas amenazas, como el terrorismo o incluso el cambio climático. Estas problemáticas impactan en el diseño, la renovación y el mantenimiento de la seguridad en las zonas urbanas. Por ello, la aparición de nuevos retos exige que las ciudades y regiones intensifiquen sus esfuerzos y diseñen estrategias que las equipen mejor para responder ante ellos. Entonces, ¿de qué manera se pueden construir espacios públicos más resilientes? En FEPSU te compartimos algunas de las recomendaciones elaboradas por Efus para conseguirlo. 

Enfoques holísticos

En el marco de la conferencia internacional de Efus, Seguridad, Democracia y Ciudades, se llevó a cabo el 22 de octubre en Niza (Francia) un taller dirigido a explorar estrategias de prevención para proteger mejor los espacios públicos y promover la resiliencia urbana. La mesa redonda estuvo presidida por el jefe de la unidad de asociaciones y proyectos del departamento de prevención y seguridad de Bruselas (Bélgica), Hans Crab; y moderada por el profesor de criminología de la Universidad de Leeds (Reino Unido), Adam Crawford

En el debate participaron distintos expertos y expertas en la materia, entre los que se encontraban: la especialista de la unidad de seguridad y preparación de Helsinki (Finlandia), Miila Lukkarinen; el oficial de políticas de la unidad de lucha contra el terrorismo de la Dirección General de Migración y Asuntos de Interior (DG HOME – Comisión Europea), Marc Leoutre; y el coordinador de proyectos europeos del Instituto Holandés de Tecnología, Seguridad y Protección (DITSS), Peter van de Crommert

Los y las ponentes han subrayado que para hacer frente a la naturaleza evolutiva de las amenazas para las ciudades se debe desarrollar una cultura compartida de los temas de seguridad en los espacios públicos, basada en mecanismos de formación y coproducción. En otras palabras, los profesionales locales de seguridad y prevención deben desarrollar y adoptar un enfoque más holístico y que tome en cuenta a las múltiples partes interesadas.

Para conseguirlo, la Unión Europea ha desarrollado varias iniciativas, directrices y herramientas para apoyar el intercambio de conocimientos para comprender mejor y anticipar las amenazas en los espacios públicos. Estas iniciativas se basan en un enfoque holístico y horizontal, que conecta la UE y las estrategias nacionales y locales pertinentes, así como las asociaciones público-privadas. 

Entre estas directrices y herramientas se encuentra el plan de acción de la UE de 2017 para mejorar la protección de los espacios públicos, el documento de trabajo del personal de la Comisión Europea sobre buenas prácticas para apoyar la protección de los espacios públicos 2019, la estrategia de la Unión de la Seguridad de la UE 2020-25 y la agenda antiterrorista de la UE. 

Actuar desde lo local

Otro de los puntos centrales para los ponentes es que las ciudades deben priorizar los mecanismos locales que les permitan anticipar amenazas a la seguridad en espacios públicos vulnerables. Las soluciones de seguridad por diseño pueden ayudar a los esfuerzos para equilibrar la necesidad de fomentar la resiliencia urbana mientras se promueve la naturaleza inclusiva y abierta de los espacios públicos. Estas soluciones eventualmente contribuirán a la calidad de vida, el atractivo y la convivencia de los espacios públicos urbanos.

En este sentido, los y las participantes destacaron el hecho de que las ciudades y regiones deben tener en cuenta la diversidad de la población para adaptarse mejor a la constante evolución de los espacios públicos. Los mecanismos de participación ciudadana y transparencia son cruciales para proteger mejor los espacios públicos y promover la resiliencia urbana.

Además, cobra especial importancia también el desarrollo de evaluaciones de riesgo y, en particular, las evaluaciones de vulnerabilidad, las cuales deben verse como un mosaico que combina datos cuantitativos y cualitativos no solo de las autoridades locales sino también de la ciudadanía, la academia y los operadores públicos y privados. Esto debería incluir encuestas de seguridad integrales para involucrar a los ciudadanos, así como las percepciones subjetivas y objetivas de la seguridad. 

Como ejemplos ilustrativos de este enfoque, los y las ponentes mencionaron los proyectos europeos Secu4All y PRoTECT, en los que Efus participa como socio. Estas iniciativas promueven un enfoque colaborativo de múltiples agencias, que incluye por primera vez, no solo a la policía o las fuerzas del orden, sino también a muchos tipos de funcionarios públicos (diseñadores de ciudades, planificadores urbanos, etc.), partes interesadas de la comunidad, dueños de comercios y ciudadanía.

El rol de la tecnología

En el desarrollo de nuevas tecnologías para proteger los espacios públicos, concretamente en lo que respecta a la detección de amenazas y el análisis de grandes conjuntos de datos, existe un claro consenso sobre la necesidad de equilibrar la presencia humana, la tecnología y el respeto de las libertades fundamentales. 

Al abordar la tecnología de inteligencia artificial de una manera bien definida, específica, proporcionada y basada en el riesgo, las autoridades locales pueden ver estas innovaciones como herramientas complementarias para apoyar la protección de los espacios públicos

La tecnología inteligente y las cámaras inteligentes han demostrado ser muy efectivas durante la pandemia de Covid-19, tanto como el uso de sensores y el monitoreo de personas en el espacio público. Sin embargo, existe la necesidad de aumentar la transparencia de los datos para abordar la creciente preocupación de los ciudadanos, en particular sobre cuestiones relacionadas con el almacenamiento de datos y las normas de privacidad. 

Finalmente, los participantes coincidieron en que la innovación social es fundamental a la hora de abordar estrategias de prevención para proteger mejor los espacios públicos. En este sentido, los ponentes coincidieron en que las ciudades y regiones deben centrarse en un uso democrático de las nuevas tecnologías, en el que las innovaciones tecnológicas se consideren tan solo como una herramienta complementaria para apoyar la protección de los espacios públicos. Las autoridades locales deben abordar las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial de manera proporcionada y basada en el riesgo. Para ello, se necesita espacio para la innovación social y una mayor transparencia de los datos.

En FEPSU hemos abordado en distintas ocasiones las diversas estrategias que se llevan a cabo para garantizar la seguridad de los espacios públicos. Por ejemplo, nos hemos preguntado: ¿Cuál es la clave para garantizar espacios públicos seguros que beneficien a todos? Además, también hemos reflexionado alrededor de las recomendaciones elaboradas por el proyecto PROTECT para repensar la protección del espacio público. Finalmente, también hemos compartido los lineamientos de la Oficina de las Naciones Unidas contra el Terrorismo (UNOCT) para desarrollar una alianza global contra el terrorismo

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Turismo y ciudades seguras

La seguridad se ha vuelto en los últimos años en un factor de especial preocupación para los turistas que visitan las ciudades europeas, en particular debido a las amenazas de ataques terroristas. El mantenimiento de la seguridad urbana, en este sentido, se vuelve un factor clave para mantener una actividad económica como el turismo, que es la fuente fundamental de ingresos para muchos países y ciudades de Europa. A continuación te compartimos algunas de las recomendaciones planteadas por Efus para favorecer el turismo en entornos urbanos seguros. 

Transmitir la seguridad 

El 22 de octubre de 2021 se celebró en Niza (Francia), en el marco de la conferencia internacional de Efus, Seguridad, Democracia y Ciudades, un taller alrededor del reto de promover un turismo urbano seguro y sostenible. El debate estuvo moderado por el teniente de alcalde a cargo de los derechos de las víctimas de la ciudad de Niza (Francia), Martine Ouaknine, y contó con la presencia de diversos ponentes expertos, entre los que se encontraban: Kyriaki Bourdakou, teniente de alcalde en la ciudad del Pireo (Grecia); Joao Lázaro, presidente de la asociación portuguesa de apoyo a las víctimas – APAV (Portugal); Ignacio Ibáñez, coordinador del programa de objetivos vulnerables de la Oficina de las Naciones Unidas contra el Terrorismo (UNOCT); y Fernando Gaona, subjefe y consejero de seguridad de la Policía Municipal de Xàbia (España)

Todos los ponentes estuvieron de acuerdo en que mantener la seguridad y, sobre todo, saber transmitir esta sensación de seguridad a los potenciales turistas es un gran reto para las ciudades europeas. Como ejemplo, los participantes en el debate señalaron que los atentados terroristas en Francia han provocado una caída de alrededor del 25% de los ingresos por turismo. “Si no hay seguridad, ¿por qué visitaría una ciudad?”, preguntó a los asistentes Ignacio Ibáñez. 

En este sentido, para los participantes en el taller los puntos clave para estrechar el vínculo entre seguridad y turismo son: la sostenibilidad, la responsabilidad, el apoyo mútuo y los derechos humanos. “Debemos vincular el turismo sostenible y responsable para garantizar la seguridad de turistas y ciudadanos”, subrayó Kyriaki Bourdakou.

De esta manera, un turismo sostenible es aquel que implica garantizar que todas las víctimas sean atendidas de manera adecuada. Con esto en mente, es vital que tengamos políticas sólidas y estructuras establecidas que puedan ayudar a apoyarlas y orientarlas (estructuras de apoyo a las víctimas, policía comunitaria, estrategias integradas, cooperación entre los niveles de gobierno local, regional, nacional, europeo e internacional).

Mejorar la comunicación

Otra de las dificultades más mencionadas entre los panelistas fue el problema que se produce por la separación de los servicios de seguridad y el turismo. Para llevar a cabo políticas efectivas y realistas de mantenimiento de la seguridad, ambos servicios deberían trabajar juntos para crear políticas de seguridad turística que sean capaces de responder a las demandas de los turistas, siempre considerando la sostenibilidad de estas estrategias a largo plazo.

Por lo tanto, repensar y reformular las políticas de seguridad turística es esencial y debe implementarse a través de soluciones innovadoras. Entre los ejemplos de buenas prácticas mencionados por los ponentes se encontraba el caso del Ayuntamiento de Xàbia y su Policía Turística Comunitaria, desde la cual se han puesto en marcha varios canales de comunicación con los turistas que visitan la localidad cada año. La apuesta por una mayor proximidad con las personas que visitan temporalmente la localidad se ha convertido en una de las prioridades para las autoridades locales del municipio. 

Otro ejemplo de buenas prácticas es el caso de Casa de Apoyo a las Víctimas de la ciudad de Niza (Francia), una institución municipal creada en 2015 con el objetivo de centralizar en una única oficina la atención a cualquier persona que haya sido víctima de un delito, independientemente de si se trata de una residente o turista. El equipo multidisciplinar que trabaja en el espacio (formado por juristas y psicólogos, entre otros profesionales) proporciona información rápida y práctica sobre los derechos de la víctima y qué trámites administrativos debe realizar para disfrutar de sus derechos.

Ambos ejemplos de buenas prácticas expresados por los ponentes tienen en común que lo que buscan es fortalecer la comunicación con los turistas, brindándoles información adecuada, práctica y útil.

Autonomía para pasar a la acción

Finalmente, los ponentes coincidieron en la necesidad de que las ciudades puedan elaborar su propia política de seguridad y turismo, lo que les exige contar con los recursos suficientes y el apoyo político de su gobierno nacional. En este sentido, la autonomía de las administraciones locales para ser proactivas debe combinarse con los recursos pertinentes para que las autoridades locales y regionales puedan adaptarse a nuevos contextos, crisis y riesgos de una manera ágil y flexible.

Otro punto que mencionaron los participantes en el debate fue la importancia de esforzarse por asegurar el respeto a los derechos humanos fundamentales, que generalmente consideramos como un hecho en nuestras sociedades. Los responsables políticos locales deben asegurarse de que se les respete cuando busquen proteger a los turistas. “La seguridad urbana seguirá estando en el centro de los desafíos de nuestra sociedad”, concluyó Martine Ouaknine. 

En otras ocasiones en FEPSU hemos abordado la importancia de mantener la seguridad urbana como un requisito para el desarrollo económico y social de las ciudades. Por ejemplo, hemos tratado cómo se pueden diseñar ciudades seguras e inclusivas para favorecer la cohesión social y prevenir la exclusión de una parte de la población. También hemos abordado las estrategias de seguridad para la vida nocturna local, como uno de los espacios clave donde es necesaria la prevención de la violencia y el delito. 

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Diseñar ciudades seguras e inclusivas

Los espacios públicos están en el corazón de cualquier ciudad: pueden ser al mismo tiempo un vehículo para la cohesión social, como pueden también acentuar la marginación y la exclusión de una parte de la población. ¿Cómo pueden las ciudades diseñar y gestionar espacios públicos más seguros e inclusivos? Esta es la pregunta a la que intentaron responder una serie de expertos durante uno de los talleres que se celebraron en la conferencia internacional de Efus, Seguridad, Democracia y Ciudades. En FEPSU te compartimos algunas de sus principales conclusiones. 

Integrar la seguridad en el diseño

El taller dedicado al diseño y la planificación urbana de ciudades más seguras e inclusivas, que se celebró el 21 de octubre en el marco de la conferencia internacional de Efus, estuvo moderado por el fundador del instituto de investigación DSP-Groep (Países Bajos), Paul van Soomeren, y la mesa de debate estuvo presidida por el concejal en materia de Obras Públicas, Centro Histórico y Legalidad de la ciudad de Módena (Italia), Andrea Bosi

En el debate participaron los siguientes expertos y expertas en planificación urbana y seguridad: Laetitia Wolff, consultora de estrategia de design impact y profesora de The Sustainable Design School (SDS) en Niza (Francia); Ana Verónica Neves, socióloga y experta en prevención del delito para la Policía Municipal de Lisboa (Portugal); y Umberto Nicolini, director de la organización italiana Laboratorio Qualità Urbana E Sicurezza (LabQUS) y presidente de la iniciativa EU Cost Action TU1203.

Una de las principales conclusiones surgidas a partir del debate es que se deben incorporar características de seguridad en la planificación, el diseño y la gestión urbana. Para ello, el diseño de espacios públicos seguros necesita un enfoque colectivo y una reflexión a largo plazo sobre los aspectos arquitectónicos, pero también sobre los sociales. La arquitectura y el diseño influyen en el comportamiento cotidiano de los ciudadanos, sus relaciones interpersonales y en la percepción general de inseguridad.

En este sentido, los participantes en el debate resaltan el diseño y la planificación de la embajada de Estados Unidos en Londres como un buen ejemplo de integración entre aspectos arquitectónicos, sociales y de seguridad. La embajada fue diseñada como una fortaleza medieval visualmente agradable y muy bien integrada en el paisaje abierto y público. Es un ejemplo perfecto de seguridad sólida combinada con características de seguridad ocultas. Un muro bajo, por ejemplo, proporciona asientos y funciona como un dispositivo anti-choque, mientras que un seto, típico de los parques ingleses, oculta los bolardos.

Participación de los diseñadores

Los diseñadores de espacios públicos deben participar en las etapas iniciales de la planificación urbana para incluir aspectos relacionados con la seguridad si se quiere tener éxito. Para ello, una de las claves es mejorar la formación específica de planificadores, diseñadores y arquitectos en materia de seguridad, ya que muchas veces no tienen en cuenta estas cuestiones a la hora de planificar las ciudades. 

En los últimos años, la prevención del delito a través del diseño ambiental se ha extendido en las ciudades europeas como una forma de hacer más seguras las zonas de alto riesgo. Sin embargo, en el diseño de espacios públicos seguros también se deben considerar otros factores limitantes, como el turismo, en un espíritu de co-creación. Este proceso sigue siendo inusual y no es la corriente principal. Una opción para extender su uso es atribuir otras funciones a los equipos de seguridad y mezclar los diferentes usos del diseño urbano.

Enfoques integrales 

No obstante, el diseño del espacio público es una herramienta que no es suficiente por sí sola. En el proceso de diseño de un entorno seguro e inclusivo, se deben tener en cuenta todas las demandas y necesidades del conjunto de la ciudadanía. En este sentido, se vuelve necesario adoptar un enfoque integral y colectivo de los espacios públicos, pues la planificación urbana por sí sola no fomenta la cohesión social.

Para ello, es fundamental involucrar a la ciudadanía y las comunidades en los proyectos de planificación urbana desde sus primeras etapas de concepción. Es a partir de esto que es posible generar un sentimiento de pertenencia y propiedad en la ciudadanía, que pueda provocar una sensación de protección mutua frente a las vulnerabilidades y promover la cohesión social. La inclusión de la ciudadanía también abre nuevos caminos para definir los problemas y fundamentar el proyecto en un diagnóstico claro.

Como ejemplo de éxito en la humanización del diseño urbano a través de la participación de la ciudadanía, los participantes en el debate resaltan la remodelación de la comisaría de la policía local en el Precinto 71 de Brownsville en Nueva York (Estados Unidos). En su origen, el edificio fue diseñado para disuadir la entrada a los ciudadanos. Sin embargo, los resultados fueron pobres y consiguieron que se estableciera un mal ambiente. Para cambiarlo, se puso en marcha una labor de humanización y apropiación ciudadana: se instalaron cajeros automáticos, se limpiaron cristales y se llevaron a cabo otras reformas, con el fin de promover una mejor relación entre la policía y la ciudadanía.

En este sentido, el principal objetivo de la planificación urbana debe ser que los espacios públicos sigan siendo públicos, sobre la base de un enfoque humano y basado en la colaboración entre iguales. El diseño y la planificación urbana es importante, pues reduce los comportamientos no deseados en los espacios públicos y puede centrarse en numerosas amenazas, como el terrorismo, así como aplicarse a muchos contextos diversos, desde escuelas, hospitales, espacios públicos, barrios residenciales y más. 

En FEPSU hemos abordado en distintas ocasiones la importancia de diseñar y planificar ciudades teniendo en cuenta todos los aspectos relacionados con la seguridad. Por ejemplo, hemos explicado en qué consiste la prevención del delito a través del diseño ambiental, una perspectiva de abordaje de la seguridad que ha ido ganando terreno a nivel institucional en los últimos años. También hemos compartido las conclusiones del proyecto PACTESUR respecto a cómo diseñar infraestructuras de seguridad para proteger espacios públicos, especialmente aquellos de interés turístico, sin que esto dañe el paisaje urbano. 

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Ciudades y justicia restaurativa

Los ‘procesos restaurativos’ permiten prevenir actos de violencia y resolver conflictos de manera amistosa. Los recursos de mediación interpersonal (familiar, vecinal, dentro de las estructuras educativas) son conocidos y desarrollados en la mayoría de los territorios. La justicia restaurativa permite trabajar a nivel social y dentro de la propia comunidad. Además, nos permite enfrentar los conflictos de una manera que va más allá del nivel interpersonal. ¿Cuál es la importancia del papel de las ciudades en el desarrollo de la justicia restaurativa? En FEPSU te compartimos algunas de las reflexiones elaboradas por Efus sobre el tema.

Apostar por la restauración

El día 21 de octubre de 2021, diversos expertos y expertas en justicia restaurativa, así como representantes de instituciones municipales, se reunieron durante la conferencia internacional de Efus, Seguridad, Democracia y Ciudades, para evaluar las necesidades de las ciudades europeas de apostar por los procesos restaurativos para abordar la prevención de la violencia y del conflicto social

El debate estuvo moderado por la vicepresidenta de la Metrópoli de Toulouse, Julie Escudier. En él participaron también la investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IRS), Cristina Vasilescu; el presidente del Foro Europeo de Justicia Restaurativa, Tim Chapman; el profesor emérito de criminología de la Universidad de Lovaina (Bélgica), Ivo Aertsen; y el encargado de programas y cualificación de la junta ejectuva del forumZFD de Alemania, Alexander Mauz

La primera idea que se abordó en el debate fue la importancia de apoyar la implementación de medidas locales e integrarlas en la gobernanza de la seguridad local, junto con socios públicos y privados (sistema de justicia, policía, asociaciones, ONG, servicios municipales, representantes electos, empleadores, escuelas, etc.). 

Para que estas medidas sean más efectivas y legítimas, los participantes en el taller coincidieron en la necesidad de involucrar a la ciudadanía, tanto a los directamente involucrados en un conflicto como a la comunidad en general. “Las desigualdades sociales y económicas alimentan el resentimiento. Es fundamental que las políticas locales fortalezcan la inclusión social y la igualdad”, señaló Julie Escuder. 

Comunidad y cuidados

Las intervenciones restaurativas a nivel comunitario intentan involucrar también a la comunidad en general, además de las partes directas de un conflicto, y hacerla más responsable del cuidado de la comunidad. Además, la participación de la ciudadanía en tales prácticas debe considerarse como un valor en sí mismo en las sociedades democráticas (ya que puede fortalecer la “ciudadanía”). “Las comunidades deben garantizar la paz, antes de centrarse en los tribunales”, aseguró Tim Chapman. 

El primer objetivo de la justicia restaurativa es no virar hacia la represión (que no siempre es concebible), sino generar conexiones, actividades comunitarias y un diálogo respetuoso entre los actores involucrados en un conflicto.

El proceso de comprensión y tratamiento de los conflictos puede ser largo. Es fundamental que las autoridades locales sean conscientes de que pueden desempeñar un papel integral en estas dificultades. En consecuencia, su participación en el proceso debe ser fuerte y deben ser un modelo de transparencia y comunicación.

Involucrar a la ciudadanía

Para involucrar a los ciudadanos, ciertos miembros de la comunidad local (por ejemplo, personalidades reconocidas como dignas de confianza por la propia comunidad) podrían ser identificados y convertirse en “portavoces” de la justicia restaurativa. La construcción de la justicia restaurativa debe pasar por la autoridad de grupos en situación de igualdad para ganar legitimidad y aceptación.

Las tensiones sociales (por ejemplo, causadas por cambios sociales) y los conflictos deben tratarse de manera proactiva, por ejemplo, a través del asesoramiento local sobre conflictos. Este enfoque implica ayudar a las personas que toman decisiones y que diseñan las políticas locales para que avancen en el desarrollo de una gestión de conflictos constructiva e inclusiva a través de la combinación de herramientas como el asesoramiento sistémico, así como instrumentos de gestión de conflictos y transformación de conflictos.

Buenas prácticas

En Irlanda del Norte, por ejemplo, los ex delincuentes han implementado proyectos de justicia restaurativa a través de informar y educar a su comunidad, así como mediante el trabajo en estrecha colaboración con la policía y la población. Para empezar, eran muy impopulares, ya que las fuerzas del orden siempre fueron vistas como «el enemigo». No obstante, cabe señalar que, para que la acción sea creíble, es imprescindible que sea llevada a cabo por las personas que estuvieron en el centro de los conflictos. 

Otro ejemplo de buenas prácticas es la acción orientada a la justicia restaurativa que se llevó a cabo en Ámsterdam entre 2002 y 2003, tras la muerte de un popular director de cine que fue asesinado a golpes. El programa permitió una recaudación de fondos y la implementación de acciones, pero, lamentablemente, no se ha sostenido en el tiempo.

En FEPSU hemos abordado en distintas ocasiones la necesidad de las ciudades europeas de apostar por la justicia restaurativa para la prevención del delito y la garantía de la seguridad urbana. Por ejemplo, compartimos una entrevista realizada por Efus al presidente del Foro Europeo de Justicia Restaurativa, Tim Chapman; en el cual abordaba la importancia que ha tenido la justicia restaurativa para resolver y tratar la polarización social en Irlanda del Norte. Además, también hemos explicado cuáles son las herramientas y prácticas clave para poder abordar la polarización en las ciudades, como el fomento de la participación de la ciudadanía y las medidas estructurales para hacer frente a la desigualdad.

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Rejuvenecer las políticas públicas de seguridad

¿Cómo pueden las autoridades locales fomentar la participación de los jóvenes en el diseño de las políticas públicas de seguridad urbana? Esta fue la pregunta que intentaron responder una serie de expertos y expertas en la materia durante la conferencia internacional de Efus, Seguridad, Democracia y Ciudades, que se celebró el 2021 en Niza. El debate partió de la premisa de que comprender la percepción de los jóvenes acerca de la seguridad en sus barrios y ciudades es esencial para cualquier enfoque holístico de prevención del delito. Te compartimos los puntos claves de este debate. 

La confianza, factor clave

En el marco de la conferencia internacional de Efus, tuvo lugar el 21 de octubre un taller dirigido a explorar la importancia de incluir a la población joven en la coproducción de políticas públicas relacionadas con seguridad urbana y prevención del delito. El evento fue moderado por el cofundador de la ONG alemana Ufuq.de, Götz Nordbruch.

También participaron los siguientes ponentes: la teniente de alcalde de Montreuil (Francia) para la tranquilidad pública, la limpieza, la prevención y la vida nocturna, Loline Bertin; la presidenta de la organización canadiense Passerelle-I.D.E, Léonie Tchatat; el representante de la asociación parisina Espoir 18, Charles Nagy; el responsable de prevención de la ciudad de Lovaina (Bélgica), Jan Willems; y el encargado del punto de contacto del proyecto CERV en el Centro de Educación Política de Luxemburgo, Philippe Ternes

Una de las principales conclusiones de los ponentes fue que las iniciativas que fomentan, de forma gradual, el crecimiento de la confianza a largo plazo entre los jóvenes y los funcionarios de seguridad son fundamentales para conseguir la participación de los jóvenes en las políticas públicas de seguridad urbana

Sin embargo, Ternes argumentó que la participación de los jóvenes no debería surgir de iniciativas centradas únicamente en la seguridad. Los derechos, la participación democrática continua y la mejora del espacio público deben estar en el centro de las iniciativas que involucren a la juventud, según los ponentes. 

Además, las iniciativas de seguridad deben asegurarse de tener en cuenta las diversas experiencias de los diferentes grupos de jóvenes y no solamente generar confianza en un grupo que se encuentre aislado de los demás. Hay que acabar con la idea que polariza las formas de participación juvenil en solo dos tipos: o no reconocidas o criminalizadas. 

En este sentido, Nordbruch hizo énfasis en que los jóvenes son agentes clave en la seguridad urbana y las sociedades democráticas en general. Aún así, hoy en día este colectivo se enfrenta todavía a barreras de acceso a la educación y al mercado laboral, así como también tienden a ser excluidos de la elaboración de políticas y de los datos oficiales sobre delincuencia.

Desigualdad y marginación

La segunda de las ideas clave que emergieron del debate fue que es fundamental tener en cuenta las desigualdades y la marginación que afectan a los diferentes grupos de jóvenes a la hora de fomentar su participación. Al mismo tiempo, también es importante invertir en el desarrollo del pensamiento crítico de los jóvenes.

Tchatat subrayó que la juventud no debe entenderse como un grupo homogéneo y señaló que el racismo en el ámbito de la seguridad es alarmante. Willems, por su parte, reiteró la importancia de la inclusión y puso como ejemplo el proyecto LOUD (Local Young Leaders for Inclusion), que reunió a jóvenes estudiantes de origen migrante y no migrante.

Continuando en esta misma línea, los ponentes ahondaron en la idea de que la delincuencia nace de la impotencia y destacaron que el hecho de involucrar a los jóvenes en iniciativas de seguridad urbana podría entenderse como un esfuerzo por compartir el poder y acabar con las sospechas mutuas entre grupos. 

Esto implica, por ejemplo, cambiar la relación entre la policía y las agencias de seguridad con los jóvenes, ya que a menudo la experimentan de forma discriminatoria. Por lo tanto, las instituciones públicas deben ser receptivas a las críticas y fomentar la confianza a través de estructuras institucionales que permitan la retroalimentación.

En este sentido, Nagy compartió la experiencia de Espoir 18 en París. La organización realiza encuentros individuales de jóvenes con personal policial en entornos de confianza, que no son ni comisarías ni dependencias policiales. Además, desde la asociación también les brindan herramientas para desarrollar pensamiento crítico. 

Nagy subrayó que la oportunidad de expresarse y diseccionar temas complejos y a veces polémicos es clave para disminuir su sentimiento de impotencia. En el marco del proyecto de la entidad Radicalizar la prevención y de sus múltiples acciones para ayudar a prevenir la radicalización, Espoir 18 organiza talleres de teatro-debate donde los jóvenes crean un espacio para tratar temas relacionados con la cohesión social y la seguridad.

En FEPSU hemos abordado en distintas ocasiones la necesidad de incluir a los jóvenes en el diseño y la implementación de políticas públicas eficaces en la prevención del delito y el mantenimiento de la seguridad urbana. Por ejemplo, nos hemos hecho eco de proyectos como el Why Violence?, el cual es desarrollado por el Ayuntamiento de Barcelona para incluir a adolescentes en la búsqueda de respuestas innovadoras a las microviolencias. También hemos compartido algunos de los resultados del proyecto LOUD en las ciudades participantes, como L’Hospitalet de Llobregat, donde los jóvenes participantes realizaron distintas campañas para sensibilizar sobre el racismo. 

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Fortalecer la confianza con la ciudadanía

La confianza de la ciudadanía hacia las instituciones se encuentra en declive desde hace algunos años. A pesar de que cada país tiene sus particularidades, esta situación es común en todo el mundo y condiciona la producción de políticas públicas relacionadas con la prevención del delito y la seguridad urbana. Sin embargo, este hecho no afecta a todos los organismos al mismo nivel. Las administraciones públicas de ámbito nacional o supranacional no son percibidas de la misma manera que aquellas regionales o municipales. ¿Cómo podemos, entonces, restaurar y fortalecer la confianza entre la ciudadanía y las instituciones? Para responder a esta pregunta, te compartimos algunas de las estrategias sugeridas por Efus

Potenciar las autoridades locales

En el marco de la conferencia internacional de Efus, Seguridad, Democracia y Ciudades, se celebró el 21 de octubre de 2021 un taller dedicado a analizar las mejores estrategias para restablecer la confianza entre instituciones y ciudadanía. En él participaron el director general adjunto de la administración municipal de Lieja (Bélgica), Serge Mantovani; el alcalde de Saint-Yon (Francia), Alexandre Touzet; la directora de Narrativas y Estrategia Cultural de la red de municipios por la paz +Peace, Mónica Curca; y el teniente de alcalde de Burdeos (Francia), Amine Smihi. 

Al inicio del taller, los ponentes destacaron que, en términos generales, los funcionarios y cargos electos a nivel local inspiran más confianza, ya que son los más cercanos a la población y representan las políticas de mayor proximidad. Un alcalde o alcaldesa tiene el poder de actuar sobre ciertos aspectos cotidianos de la vida de los ciudadanos, está para escuchar y debe mostrar empatía. Sin embargo, también es un cargo que exige grandes esfuerzos y responsabilidades: “Ser un funcionario electo es como aprender a esquiar en una avalancha. Después de más de un año en el cargo, ya puedo esquiar, pero sigo en la avalancha”, destacó Smihi. 

Entonces, si los cargos políticos a nivel local acostumbran a ser figuras de confianza para la población, ¿en qué momento empieza a generarse la brecha entre la ciudadanía y las instituciones? En este aspecto, los ponentes resaltaron que la confianza depende, en gran parte, de la credibilidad de los representantes electos. Esta credibilidad, sin embargo, puede verse cuestionada por factores como la desinformación y los escándalos en los que periódicamente se ven envueltos los representantes políticos. Por estos motivos, la ética y el respeto hacia las promesas son atributos que se deben potenciar entre los funcionarios públicos a todos los niveles, para conseguir retener la confianza de la ciudadanía. 

El problema del tiempo

Uno de los grandes obstáculos para el mantenimiento de la confianza entre ciudadanía e instituciones es la dificultad de conciliar la temporalidad de la acción pública y las exigencias del día a día de la población. Los funcionarios electos, en cuanto figuras de autoridad, tienen la obligación de mostrar resultados a sus votantes, pero constantemente las políticas públicas requieren de negociaciones y trámites que pueden retardar su puesta en marcha y entrar en conflicto con las expectativas de la población. 

“La temporalidad de la acción pública está totalmente desfasada respecto a la temporalidad de la necesidad de la ciudadanía de resolver sus necesidades”, apuntó el teniente de alcalde de Burdeos. Además, los problemas de la sociedad cambian constantemente a todos los niveles. Estos factores hacen que sea aún más difícil comunicar el progreso conseguido por la actividad de las instituciones

El papel de las redes sociales

Una buena comunicación entre administraciones públicas y ciudadanía es clave para generar lazos de confianza. En este sentido, las redes sociales no solo tienen un papel innegable en la aceleración de las demandas ciudadanas, sino también en facilitar la comunicación entre funcionarios y vecinos. 

Sin embargo, a pesar que son herramientas muy útiles para mostrar las actividades realizadas por las instituciones, éstas no pueden reemplazar los intercambios físicos con la ciudadanía, ya sea en forma de paseos guiados en las zonas o barrios intervenidos, reuniones públicas o visitas informales (en bibliotecas, estaciones de tren, cafés, etc.). Cada canal de comunicación debe dirigirse a un sector específico de la población.

Involucrar a la ciudadanía

Los ponentes también destacaron la necesidad de coproducir políticas públicas de seguridad junto a la ciudadanía. “Involucrar a la población en las políticas públicas debe permitir a las personas que se encuentran en los márgenes situarse en el centro de los asuntos públicos”, destacó Mantovani. Es por este motivo que los funcionarios electos deben poner de su parte para incluir a toda la ciudadanía en las políticas públicas. 

Como bien afirmó Curca, “existen muchas formas de democracia”, pero “todas tienen los mismos valores”, por lo que no importa cuál sea el tipo que se adopte (más directa, delegada, asamblearia, representativa, etc.), “siempre y cuando se base en la opinión de las personas”. En este sentido, es crucial involucrar a la ciudadanía en el complejo proceso a través del cual se toman decisiones, manteniéndola informada y tomando en cuenta sus puntos de vista para producir políticas que sean ampliamente aceptadas. 

En conclusión, la seguridad puede verse como un servicio público coproducido y evaluado como cualquier otro servicio público. “Hay que diseñar políticas para las personas que se encuentran en los márgenes de la sociedad. Si se diseñan para estas personas, el conjunto de la sociedad se ve beneficiada”, subrayó la directora de Narrativas y Estrategia Cultural de la red de municipios por la paz +Peace. 

En FEPSU hemos abordado en distintas ocasiones la necesidad de establecer vínculos directos entre la ciudadanía y las autoridades locales y regionales en la coproducción de políticas públicas sobre seguridad urbana y prevención del delito. Por ejemplo, hemos intentado responder a la pregunta: ​​¿Cómo colaborar de forma significativa en la coproducción de políticas públicas? Para ello, hemos analizado cuáles son las mejores vías para favorecer la colaboración entre la academia y las instituciones encargadas de producir y ejecutar las políticas públicas. Además, desde la red también hemos organizado encuentros destinados a analizar esta temática, como lo fue el evento La coproducción de políticas de seguridad y prevención: ¿Cómo implicar a la comunidad?, celebrado en 2018 en el marco del II Foro mundial sobre las violencias urbanas y educación para la convivencia y la paz

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La prevención de los delitos de odio por motivos de identidad sexual o de género: claves y retos

El aumento de denuncias por delitos de odio en los últimos años ha llevado a las administraciones a replantearse las políticas y acciones relacionadas con su prevención y abordaje. A pesar del confinamiento por la pandemia, durante el año 2020 se registraron un total de 282 delitos relacionados con la orientación sexual o la identidad de género. Con la recuperación de la normalidad, en el primer trimestre de 2021 estos delitos han aumentado un 43%, según los datos del Ministerio del Interior. Por estos motivos, desde FEPSU impulsamos el pasado 23 de noviembre un webinar destinado a analizar cómo prevenir y abordar este tipo de delitos. Aquí te resumimos algunos de los puntos clave que se discutieron en el debate. 

El papel clave de los municipios

El coloquio estuvo moderado por el regidor de Seguridad Ciudadana y Movilidad del Ayuntamiento de Dénia, Javier Scotto Di Tella Manresa; y contó con la participación de la subdirectora general de Soporte al Sistema de Seguridad en el Ámbito Local del Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya, Begoña Curto; la responsable de la Unidad de Apoyo y Protección de la Mujer, Menor y Mayor de la Policía Municipal de Madrid, Marta Fernández Ulloa; el Secretario de Gestión Policial de la Diversidad de UNIJEPOL, David Garfella; y la Fiscal de la Unidad de Criminalidad Informática de la Fiscalía General del Estado, Patricia Rodríguez Lastras. 

El primer tema que se trató fue el papel clave de los municipios en la batalla contra la discriminación. Scotto Di Tella ha señalado que para detener el crecimiento de los delitos de odio es necesario abordar la cuestión desde una perspectiva municipal, ya que “el municipalismo actúa allí donde hay un problema”. 

En este sentido, es vital la creación en cada municipio de un Protocolo de Seguridad y Atención a las Víctimas, que vaya acompañado de formación a los agentes de policía y de la insistencia en una elaboración perfecta y minuciosa de los atestados policiales. Estos protocolos deben servir para abordar y prevenir cualquier muestra de “diversifobia”, como la ha descrito el regidor, en referencia a la discriminación hacia cualquier tipo de diversidad. 

Scotto Di Tella ha subrayado que la crisis sanitaria provocada por la pandemia ha conllevado una involución en este tipo de abordajes, ya que, sobre todo durante el confinamiento, se ha aumentado la invisibilización del problema de estos delitos a la vez que no se han desarrollado planes municipales al respecto. Por estos motivos, el municipalismo debe servir para priorizar políticas en favor de la diversidad, analizar los resultados de estas actuaciones, movilizar actores y sensibilizar a la ciudadanía. 

Prevenir, detectar y gestionar

Por otro lado, Begoña Curto ha explicado que existen tres pilares para tratar los delitos de odio: prevenir, detectar y gestionar. En primer término, Curto ha explicado que es básico disponer de un interlocutor con la comunidad LGTBIQ+ para identificar los colectivos susceptibles de sufrir delitos de odio y discriminación, así como para demostrar que la policía rechaza estas conductas.

En lo que respecta a la detección, los agentes de policía deben tener en cuenta indicadores que definan y complementen el relato de los delitos de odio, como los comentarios y expresiones del presunto autor de la agresión, su estética para saber si tiene tatuajes contrarios al colectivo, la presencia de banderas o pancartas vejatorias, etc.

Finalmente, una vez ocurre el delito de odio, hay que abrir tres ámbitos de trabajo, según lo establecido en el protocolo para el abordaje de las infracciones de odio y discriminación para las policías locales, como el que funciona en Catalunya. El primero es el trabajo con la víctima, para lo cual los agentes cuentan con 21 pautas para tratarla, como no minimizar los hechos ocurridos. Otro pilar es el de las acciones con el presunto autor del delito de odio. La gestión también debe contar con un reportaje fotográfico que apoye la documentación policial y un informe detallando las lesiones físicas y el estado emocional de la víctima.

Poner a la víctima en el centro

El caso de la Unidad de Gestión de la Diversidad de Madrid ha servido para explorar un caso de éxito de abordaje y prevención local de este tipo de delitos. Marta Fernández Ulloa ha afirmado que la ​​clave de las actuaciones policiales es “poner a la víctima en el centro” y ello pasa, por ejemplo, por dejar por escrito todos los detalles en el atestado policial y reconvertir las comisarías en espacios de confianza y confidencialidad, con el objetivo de incentivar la denuncia y combatir la infradenuncia. 

Las funciones esenciales de la Unidad de la Gestión de la Diversidad son la lucha contra la discriminación e intolerancia y el facilitar que las personas discriminadas puedan ejercer sus derechos. Dentro de las funciones está la cooperación con las entidades de la comunidad LGTBIQ+, las cuales Marta Fernández considera como “vías de entrada” para que los agentes de policía puedan investigar casos de delito de odio. 

Precisamente esta comunicación es la que está dando mejores resultados, ya que sirve para que se denuncien delitos, poder crear un mapa de riesgos y estrategias (como desplegar patrullas de alta visibilidad) y compartir el trabajo policial con estas organizaciones.

¿Cómo convertir a la policía en aliada?

El éxito de muchas de estas medidas y estrategias depende, en buena medida, de un cambio de cultura dentro de las propias policías locales. David Garfella ha señalado que la organización interna de la policía debe cambiar para fomentar la formación en Derechos Humanos, con agentes más sensibilizados y predispuestos, así como mejorando protocolos y tomando denuncias con mayor fidelidad. 

Según Grafella, esto solo se puede lograr mediante la transversalidad y el acercamiento a los colectivos LGTBIQ+, para conocer qué necesitan. En este aspecto es destacable el papel del “agente enlace”, que actúa como una cara visible de la policía que mantiene una comunicación constante con los colectivos. Grafella ha solicitado, por otro lado, que se refuercen los instrumentos legales para combatir la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género, así como la creación de una Ley integral de igualdad de trato y contra la discriminación.

La prevención en línea

Por su parte, Patricia Rodríguez Lastras ha resaltado que un factor clave en la prevención de este tipo de delitos es la erradicación de los discursos de odio en Internet. En este sentido, el Estado español fue uno de los primeros en crear una red de especialistas en delitos de odio por Internet, persiguiendo aquellos que exceden por completo los límites de la libertad de expresión para humillar a colectivos como el LGTBIQ+ y fomentar la violencia contra las personas diversas. 

Rodríguez Lastras ha afirmado que, para proteger a las víctimas, es fundamental eliminar los contenidos rápidamente para evitar la revictimización y el aumento de popularidad de estas publicaciones vejatorias. En este aspecto, el punto de contacto creado en España permite contactar directamente y de forma ágil con compañías dedicadas a las redes sociales como Facebook, Twitter y Google sin recurrir a una comisión rogatoria hacia otros países como Estados Unidos, sede de la mayoría de estas compañías. 

Si quieres conocer más sobre las claves y los retos en la prevención y el abordaje de los delitos de odio por motivo de orientación sexual o identidad de género, no dudes en consultar el relato completo del webinar organizado por FEPSU. Te compartimos también algunos de los recursos que los y las ponentes compartieron durante la jornada, como el Protocolo para abordar las infracciones de odio y discriminación para las policías locales y el Protocolo de seguridad contra las violencias sexuales entornos de ocio, ambos de la Generalitat de Catalunya; así como la explicación sobre el trabajo de la Unidad de Gestión de la Diversidad de la Policía Municipal de Madrid

La importancia de prevenir la violencia de género en la adolescencia

La violencia de género es la expresión más visible de la discriminación que viven las mujeres en la sociedad. Sin embargo, muchas veces estas situaciones, que pueden expresarse a través de agresiones físicas, verbales o psicológicas, pasan desapercibidas incluso para el entorno más cercano de las personas que las sufren. Es especialmente preocupante la prevalencia de estas violencias en la adolescencia y la juventud, ya que su expresión en edades tempranas puede provocar una naturalización o normalización de estas prácticas discriminatorias. Por eso es clave que desde las administraciones y las entidades sociales se lleven a cabo estrategias innovadoras e integrales para favorecer su prevención. En FEPSU te compartimos algunos datos que ayudan a entender esta problemática, así como un ejemplo de buenas prácticas. 

Un fenómeno de difícil detección

Uno de los primeros retos para poder llevar a cabo estrategias eficientes de prevención de la violencia de género en la adolescencia y la juventud es su difícil detección. Según la asociación SIDA STUDI, que trabaja en favor de una sexualidad libre de violencias machistas, las adolescentes que han sido víctimas de agresiones por parte de hombres prefieren pedir ayuda a sus amigas, antes que a figuras adultas de autoridad, como pueden ser los y las docentes. 

Según los datos de la última Macroencuesta de violencia contra la mujer (Ministerio de Igualdad, 2019), solo el 7,3% de las chicas de entre 16 y 24 años acude al personal docente para explicar violencias de género vividas en los entornos escolares o académicos. Aún así, según esta misma encuesta, un 71,2% de las mujeres en el mismo grupo de edad mencionado anteriormente aseguró haber vivido situaciones de violencia machista

De forma muy similar, en el ámbito europeo la Encuesta de violencia de género contra las mujeres en Europa, realizada en 2012 por la Agencia Europea de los Derechos Fundamentales, reflejaba que el 35% de las mujeres europeas declararon haber sufrido violencia física, sexual o psicológica antes de los 15 años.

Desde SIDA STUDI, a pesar de estos datos, consideran que hacen falta encuestas con una perspectiva feminista que no reproduzcan “estudios basados indicadores de ‘riesgo’, sin un análisis contextual y estructural que ponga en evidencia las desigualdades que viven o que pueden llegar a vivir en el futuro”. 

En este sentido, desde la asociación señalan que la “naturalización del amor romántico”, según el cual los hombres tienen que asumir una “masculinidad fuerte y protectora” y las mujeres una feminidad “dócil y sumisa”, dificulta la detección de comportamientos que pueden derivar en situaciones de violencia machista en estas edades tempranas. 

‘Cut All Ties’, una experiencia innovadora

Ante esta situación de difícil detección de las violencias de género en la adolescencia y la juventud, no solo hace falta una apuesta directa y ambiciosa por parte de las administraciones públicas, sino también estrategias innovadoras para favorecer su prevención

Entre las distintas experiencias de buenas prácticas que existen en este sentido se encuentra el proyecto Cut All Ties. Innovation to foster critical thinking tackling gender-based violence on youth affective sexual relationships, financiado por el programa REC de la Comisión Europea y llevado a cabo en España por la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD). 

Esta iniciativa, que se puso en marcha en enero de 2021, se llevará a cabo hasta enero de 2023 y tiene por objetivo el abordaje de la violencia de género a través del diseño, implementación y validación de una metodología piloto eficaz e innovadora de gamificación de las TIC. Se trata de un enfoque de creación de procesos de aprendizaje interactivo que ayuden a difundir mensajes de sensibilización, prevención y reducción de la violencia de género entre jóvenes de 15 a 17 años en seis centros educativos de Barcelona, Madrid y Milán.

Entre las actividades que se encuentra desarrollando el proyecto Cut All Ties se encuentra la recogida de 200.000 datos mediante la creación de una “plataforma transnacional de análisis de texto de inteligencia artificial”, cuya meta es identificar problemas sociales urgentes y anónimos de jóvenes y ciudadanos de las tres localidades participantes, relacionados con problemas de violencia de género.

Además, la iniciativa prevé el diseño participativo de un programa de capacitación y formación para la prevención e identificación de la violencia de género en las primeras relaciones afectivo-sexuales de los jóvenes, con la participación de 120 familias de estudiantes de 6 institutos; así como alrededor de 240 acciones de sensibilización desarrolladas por jóvenes para prevenir la violencia de género en las relaciones sexuales-afectivas de los jóvenes mediante la metodología The Social Coin, una cadena de acciones voluntarias con impacto social.

Entre los impactos que se esperan obtener del proyecto Cut All Ties se encuentra la reducción de un 10% de las actitudes y comportamientos que debilitan la igualdad de género en las relaciones afectivo-sexuales de los jóvenes, el incremento de un 20% del conocimiento para identificar la escalada de la violencia de género contra las chicas, así como el aumento del conocimiento sobre recursos que apoyan a las víctimas de violencia de género.

En total, se beneficiarán unos 120 estudiantes de la formación para el desarrollo de capacidades y toma de conciencia en cuestiones relacionadas con la violencia machista, así como 120 docentes que aumentarán sus herramientas educativas para prevenir e identificar problemas de discriminaciones de género entre sus estudiantes. Finalmente, se espera obtener el compromiso de unas 30 entidades interesadas en capitalizar y ampliar los resultados del proyecto. 

En FEPSU hemos abordado en distintas ocasiones la importancia de aplicar estrategias innovadoras en la prevención de la violencia de género. Por ejemplo, nos hemos hecho eco de las investigaciones que señalan que es necesario ampliar la definición de acoso sexual para una mejor prevención. Asimismo, hemos compartido los análisis que se han hecho desde una perspectiva de género para intentar responder a la pregunta sobre si corren el mismo riesgo hombres y mujeres al moverse por la ciudad. Finalmente, también hemos tratado las distintas propuestas de la perspectiva de la prevención a través del diseño ambiental para poder crear calles más seguras para las mujeres

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