Formación interna: Actuación policial ante las víctimas y agresores de violencia de género

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La violencia de género es una de las principales lacras en la sociedad actual. Este tipo de violencia, ejercida del hombre a la mujer en el ámbito de la pareja y/o expareja (y sus múltiples formas análogas), tiene su origen en las estructuras machistas de la sociedad, lo que la convierte, por desgracia, en una violencia extendida. Concretamente, la Organización Mundial de la Salud define esta tipología de violencia como «un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos de las mujeres», y es la formación sobre violencia de género una de las claves para combatirla.

La violencia de género: una cuestión policial

Según datos del Ministerio de Igualdad, en el año 2022 hubo 87.508 denuncias por violencia de género y, por otro lado, 20.725 mujeres se encuentran bajo seguimiento del sistema VioGen hasta diciembre de 2022 acorde con datos del Ministerio del Interior. En el ámbito autonómico, concretamente en Catalunya, 11.952 mujeres víctimas de violencia de género fueron atendidas por cuerpos policiales hasta el tercer trimestre de 2022.

En este contexto, la atención policial a las partes implicadas resulta clave para poder prestar la ayuda necesaria a la víctima y hacer una buena entrevista para conocer los hechos relativos al caso tratado. Por ello, es necesario que los cuerpos policiales dispongan de una base solida sobre el fenómeno de la violencia de género en su conjunto mediante formación sobre violencia de género.

Formación a policías locales

En FEPSU atendemos a las necesidades formativas de nuestros socios, y por ello, organizamos los pasados días 13, 15, 20 y 22 de marzo una formación sobre la atención policial a la víctima y agresor de violencia de género. En ella, se exploraron las causas de este fenómeno, así como las técnicas adecuadas para llevar a cabo entrevistas con víctimas intimidadas para mejorar la respuesta policial ante este tipo de casos.

El objetivo de esta formación fue que los miembros de las policías locales que asistieron pudieran incorporar a su experiencia en la atención de casos de violencia de género un enfoque más técnico des de la psicología jurídica y forense.

Programa

A continuación, se detalla el programa de la formación:

CURSO 1: Atención a víctimas

  1. Las víctimas de violencia de género como testigos vulnerables e intimidados.
  2. Planificación y preparación de la entrevista.
    a. Importancia de la planificación de la entrevista.
    b. Información sobre los testigos.
    c. Información sobre la agresión alegada.
  3. Proceso general de la entrevista.
  4. Roles y funciones de las personas presentes en la entrevista
  5. Fase previa a la entrevista.
  6. Conducción de la entrevista.
    a. Introducción
    b. Establecimiento rapport.
    c. Narración libre.
    d. Cuestionamiento.
    e. Tipos de preguntas.
    f. Cierre.

CURSO 2: Intervención con agresores

  1. La dinámica violenta de la violencia de género.
    a. Contexto relacional. La fase de idilio y la instalación de los patrones necesarios para la violencia.
    b. El ciclo y la escalada de la violencia.
  2. Mitos y realidades sobre los agresores de violencia de género.
    a. ¿Existe un perfil de agresor?
    b. Psicopatología y problemática toxicológica.
  3. El funcionamiento psicológico del agresor.
    a. Factores cognitivos, emocionales y conductuales.
    b. La motivación.
  4. Estrategias de actuación policial con agresores.

Nuevo abordaje de las violencias machistas

Un 77% de las mujeres y un 63% de las personas transgénero o no binarias se sienten inseguras cuando salen solas de noche. De hecho, la mayoría de las agresiones sexuales y violaciones se producen durante la noche o la madrugada, especialmente en los espacios de ocio nocturno. Es por este motivo que la Generalitat de Catalunya ha apostado por la creación de un nuevo Plan de Prevención de las Violencias Sexuales en los Entornos de Ocio, el cual será desplegado por los Mossos d’Esquadra y que se ha elaborado gracias al trabajo colaborativo del Departamento de Interior y el Departamento de Igualdad y Feminismos. En FEPSU te explicamos las principales medidas que contempla este plan, cuyo objetivo es avanzar hacia un nuevo abordaje de las violencias machistas

Priorizar la prevención en el ocio nocturno

El consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, ha explicado que la principal motivación que les ha llevado a impulsar junto al Departamento de Igualdad y Feminismo este nuevo modelo de abordaje de las violencias machistas es la de mejorar las medidas de prevención en los entornos de ocio nocturno. En este sentido, desde los Mossos d’Esquadra se priorizará y reforzará el patrullaje para evitar que se produzcan situaciones de victimización y, al mismo tiempo, se buscará mejorar la percepción de seguridad de la ciudadanía. Además, se potenciarán también las oficinas móviles de atención ciudadana, para aproximarse a los espacios de intervención. 

Concretamente en el ámbito del ocio nocturno, los Mossos d’Esquadra desplegarán un conjunto de actuaciones encaminadas a impulsar la prevención para evitar la acción delincuencial y se reforzará el trabajo transversal e indispensable de los diferentes actores que pueden contribuir a frenar cualquier tipo de violencia sexual y a proteger a las personas que puedan llegar a ser vulnerables.

Una de estas actuaciones es la puesta en marcha de la campaña ‘Sin consentimiento es violencia’, que busca concienciar y promover la prevención de las violencias sexuales que se dan en los entornos de ocio nocturno. La campaña realiza un paralelismo entre el derecho de admisión y el consentimiento sexual, remarcando que cada persona establece su propio derecho de admisión siempre bajo una condición innegociable: la prestación del consentimiento sexual se debe hacer desde la libertad.

Otra de las acciones que se pondrán en marcha será el establecimiento de itinerarios seguros desde las zonas de ocio hacia el transporte público, con el doble objetivo de proteger a las personas que puedan estar en situación de vulnerabilidad e identificar personas potencialmente autoras de acciones ilícitas contra la libertad sexual. Así, se crearán más rutas seguras como las que ya se han puesto en marcha en distintos municipios, a través del estudio de los espacios y calles del entramado de ocio nocturno, con el objetivo de incorporar modificaciones y cambios urbanísticos que aumenten la seguridad de las personas y en especial de las mujeres.

Mejorar la atención y evitar la victimización

El consejero de Interior ha destacado que se mejorará también el atestado policial en los casos de violencias sexuales, con el objetivo de mejorar la operatividad policial y para homogeneizar la instrucción y la investigación policial en todo el territorio; así como la atención de las víctimas. “Una correcta atención de la víctima garantiza la reducción de la victimización, facilita la restitución de la víctima y mejora la eficacia policial”, ha asegurado Elena.

En esta misma línea, los Mossos d’Esquadra también extenderán a todo el resto del territorio el modelo de la Unidad Central de Agresiones Sexuales, para de esta manera crear personas de referencia y especializadas en la materia alrededor de Catalunya, así como para mejorar en el ámbito de la investigación policial. En lo que respecta a la prevención comunitaria, Elena ha informado que se potenciarán las relaciones con otros operadores para extender esta estrategia a otros sectores que son esenciales como radares para identificar posibles situaciones de violencia de género o como generadores de espacios seguros. Además, se reforzará la coordinación entre los cuerpos policiales y los servicios del Departamento de Igualdad y Feminismo para la atención y la recuperación en casos de violencias sexuales. Finalmente, se constituirá un gabinete de coordinación para hacer el seguimiento y la evaluación del plan de prevención.

 Actuación desde los municipios

Más allá del abordaje de carácter policial, la consejera de Igualdad y Feminismo, Tània Verge Mestre, ha señalado que entre las actuaciones que se activarán este verano como parte del establecimiento de este nuevo modelo de abordaje de las violencias machistas se encuentra el refuerzo del servicio de intervención en crisis delante de las violencias sexuales, el cual ofrece atención psicológica a las mujeres que hayan sufrido una agresión sexual reciente y que, después de la primera atención sanitaria, requieren de este acompañamiento, que se desplaza hasta donde sea necesario. 

En este sentido, también se reforzarán los puntos lila que los municipios ofrecen en los espacios de ocio y se ofrecerán diversas formaciones a los ayuntamientos y consejos comarcales para permitirles revisar el funcionamiento de sus puntos lilas y así garantizar una atención adecuada y coordinada, para crear nuevos, si hace falta. Verge ha subrayado además que se actualizarán todos los protocolos municipales en los espacios de ocio, a través de la aprobación de un protocolo marco de abordaje de las violencias machistas, que se presentará a mediados de julio y estandarizará la actuación para todos los poderes públicos. 

En FEPSU siempre hemos estado comprometidos con la prevención de las violencias machistas, como un aspecto indispensable para avanzar hacia una mayor igualdad de género en las ciudades. Por ejemplo, nos hemos hecho eco del inmenso reto que supone el abordaje de las violencias de género en la adolescencia para poder garantizar relaciones igualitarias entre hombres y mujeres desde edades tempranas. Así, también hemos destacado las iniciativas de distintos municipios a la hora de innovar en la atención de las violencias machistas, como es el caso del proyecto Artemis en Dénia.

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Adolescencia y violencia de género, un reto mayúsculo

¿Cuáles son las condiciones de riesgo que hacen que las adolescentes estén más expuestas a la violencia de género? ¿Cómo experimentan los y las menores de edad las situaciones de acoso y victimización sexual? ¿Y, sobre todo, cómo podemos hacer para prevenirlas eficazmente? Estas son algunas de las preguntas que se han intentado responder en el estudio ‘Menores y violencia de género’, promovido por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y realizado desde la Unidad de Psicología Preventiva de la Universidad Complutense de Madrid. En FEPSU te resumimos algunas de sus principales conclusiones. 

El uso de las redes, un factor de riesgo

Para realizar el estudio se realizaron entrevistas a una muestra representativa de 10.465 adolescentes, de 14 a 18 años, escolarizados en centros educativos no universitarios. Además, también se encuestaron 3.045 profesores y profesoras, así como 268 equipos directivos de 291 centros educativos de diversas partes de España. Uno de los primeros aspectos que se analizaron fueron las situaciones familiares y personales de cada adolescente, que podían reflejar factores de riesgo para sufrir o llevar a cabo acciones constitutivas de violencia de género

En este aspecto, uno de los factores de riesgo que se tomaron en cuenta fue el uso de internet y más concretamente de las redes sociales que realizan los adolescentes. Por ejemplo, se recogió que sólo el 0,8% de las chicas y el 2,1% de los chicos dicen no usar nada las redes sociales mientras que el 71,9% y el 52,8% respectivamente afirman usarlas dos o más horas al día. Esto es especialmente relevante, ya que tres de cada cuatro de los menores de edad encuestados aseguró haber brindado información personal (como nombres y apellidos) a desconocidos a través de internet, así como tres de cada cinco adolescentes ha aceptado a personas desconocidas como amigos en alguna red social. 

Este uso despreocupado de las redes, donde en buena parte de los casos los adolescentes no son ni tan solo conscientes de los peligros que supone, se convierte en un factor de especial riesgo. Sobre todo si se tiene en cuenta que el 31,5% de las adolescentes han quedado con personas que han conocido a través de internet, el 29,5% han colgado fotos que sus padres no autorizarían y el 23% ha hablado de sexo con gente que han conocido a través de alguna red social. En este sentido, las conductas que chicas y chicos adolescentes llevan a cabo a través de internet o del móvil ponen de manifiesto la necesidad de incrementar las medidas de prevención, para evitar situaciones de ciberacoso, sexting o grooming.

Victimización fuera de la pareja

Las situaciones de acoso sexual en línea y fuera de la relación de pareja son vividas por un porcentaje elevado de chicas adolescentes. Más del 40% señala que han vivido situaciones relacionadas con mostrar o pedir fotografías sexuales y el 22,7% ha recibido peticiones de cibersexo en línea. Sin embargo, solo el 16,6% de los chicos adolescentes admite haber pedido fotografías sexuales en línea. Como sucede con otras formas de violencia de género, el porcentaje de chicos que reconoce haber realizado conductas relacionadas con el acoso sexual online hacia una chica fuera de la relación de pareja es claramente inferior al del número de chicas que reconoce haberlas recibido. 

El estudio refleja también que las situaciones de acoso sexual fuera de la pareja pueden llegar a escalar a experiencias de victimización sexual. Por ejemplo, el 13,6% de las chicas reconoce haberse sentido presionadas sexualmente y el 6,2% afirma que la situación se produjo finalmente. En lo que respecta a la persona que ejercía la violencia de género, la mayoría de las adolescentes han señalado que se trataba del chico con el que salen, salían, querían salir o que quería salir con ellas (el 54,3% de los casos). Sin embargo, una de cada cinco chicas aseguró que quien ejercía la violencia era un hombre bastante mayor que ellas y en el 68% ellas tenían entre 13 y 15 años cuando fueron victimizadas. 

Estos resultados reflejan la necesidad de llevar a cabo esfuerzos de prevención en edades mucho más tempranas, incluso a partir de los seis años de edad, ya que en el estudio se constataron casos de niñas de esas edades que habían sido victimizadas. Debe enseñarse a las chicas a detectar desde muy jóvenes lo que es una situación de abuso, a quién y cómo pueden pedir ayuda. Estos programas deben, por otra parte, incrementar la sensibilidad y disponibilidad de las personas encargadas de la protección de los/as menores para proporcionar dicha ayuda. 

Hacia una prevención transversal

Los resultados del estudio ponen de manifiesto la necesidad de incrementar los esfuerzos para prevenir la violencia de género a múltiples niveles, incluyendo educación afectivosexual para la igualdad y prestando una especial atención a la utilización de las tecnologías de la información para ejercerla. En este sentido, es especialmente clave el trabajo escolar contra la violencia de género, ya que este reduce el riesgo de sufrir como víctimas dicho problema en el conjunto de chicas adolescentes, apoyando así su valor como prevención primaria, universal.

A pesar de que más de la mitad del alumnado (52,9%) afirma haber trabajado en la escuela la educación sexual, la mayor parte de ellos asegura que los temas tratados estaban relacionados sobre todo con la prevención del contagio de enfermedades (94,8%) y los embarazos no deseados (89,9%). En cambio, el 74,6% de los casos se trató el tema de cómo evitar situaciones de riesgo de abuso sexual y solo en cerca del 70% de los casos se abordó la forma en que el machismo puede influir la sexualidad, lo que se debe hacer para que se respete su derecho a la libertad sexual y la visibilidad de otros tipos de diversidad afectivo-sexual

Desde el punto de vista del profesorado los principales obstáculos para la eficacia de la educación en la igualdad y la erradicación de la violencia de género desde la escuela son: la falta de tiempo para dar todo el temario y tratar estos temas no incluidos en el programa de su asignatura (64,4%); la falta de implicación de las familias en este tema (60,9%); el sexismo existente en la educación familiar (57%) y la tendencia a tratarlos de forma puntual sin incorporarlos de forma sistemática al currículum (49,6%). 

Además, prácticamente la mitad de los docentes entrevistados aseguraron que no contaban con formación adecuada para tratar temas que hasta ahora han sido tabú. En este aspecto, cabe resaltar que son muy minoritarios los porcentajes de quienes reconocen tener formación sobre coeducación, igualdad y prevención del sexismo (18%) o prevención de la violencia de género (12.3%), lo cual refleja la necesidad de incrementar dicha formación para dar cumplimiento a lo propuesto por el Pacto de Estado contra la violencia de género

En FEPSU estamos comprometidos en la lucha contra todo tipo de violencia de género y por ello hemos visibilizado estrategias innovadoras para prevenir esta problemática que afecta de forma estructural a las mujeres, como es el caso del proyecto Artemis, desarrollado por el Ayuntamiento de Dénia. Además, también nos hemos hecho eco de las recomendaciones de la ONU para la prevención de la violencia de género en las ciudades, las cuales hemos recogido en este artículo

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Violencia y paz en las ciudades

Las ciudades juegan un rol central en el desarrollo de sociedades democráticas donde se favorezca la equidad, la justicia, la convivencia y el respeto hacia los derechos humanos. En este contexto, donde el mundo es cada vez más urbanizado, ¿cuáles son los tipos de violencia que se presentan en las ciudades y que ponen en peligro la paz social de los entornos urbanos? El informe La violencia y la paz en las ciudades, más allá de la seguridad hegemónica, elaborado por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau (Delàs) y el Institut de Drets Humans de Catalunya (IDHC), intenta responder a esta y otras preguntas a través de una visión sobre las políticas de seguridad donde se replantean las definiciones relacionadas con la violencia directa y la seguridad de las personas. En FEPSU te compartimos algunos de los enfoques más interesantes de esta investigación. 

Comprendiendo la violencia

El informe elaborado por la investigadora del Centre Delàs, Tica Font, y el investigador del IDHC, Karlos Castilla, parte de un marco conceptual que repiensa el concepto de la paz. Como señalan la autora y el autor del documento, “la paz no se contrapone a la guerra sino a la violencia, una violencia que se expresa por diversas vías o tipos”. 

Entre los distintos tipos de violencia que operan en el día a día de las ciudades no se encuentra solo la violencia directa, donde se incluyen el maltrato, la intimidación e incluso el asesinato; sino también las violencias estructurales, como la falta de acceso a derechos básicos como la educación, la sanidad y la vivienda; así como las violencias de tipo cultural, que se transmiten socialmente y son utilizadas para normalizar, legitimar y justificar tanto la violencia estructural como la directa. 

Por otro lado, la violencia debe ser entendida, en primer término, como una construcción social compleja conformada, la cual se estructura a partir de acciones, palabras, actitudes, sistemas o estructuras que causan daño físico, psicológico, social o medioambiental; que, en último término, impiden a una persona o colectivo alcanzar su potencial humano pleno. 

“La violencia es una respuesta que puede elegirse, lo que la diferencia radicalmente del conflicto”, apuntan en el informe. Esto es así porque los conflictos pueden ser gestionados de múltiples maneras y su existencia no implica necesariamente el uso de la violencia. Para abordarlos, las herramientas más adecuadas son siempre el diálogo y la negociación

Finalmente, para comprender la violencia hay que diferenciarla de la agresividad, ya que esta última es “una característica humana individual, que emerge como respuesta a una amenaza percibida o real”. En este sentido, puede igualmente ser educada por la socialización y no necesariamente ha de expresarse por medio de la violencia.

La violencia en todas sus caras

Además de hacer estos apuntes conceptuales, el informe analiza los tipos de violencia presentes en las ciudades y las organiza en distintas categorías, entre las cuales se encuentran: 

  • El desplazamiento intenso de personas de zonas rurales a la ciudad, ya que se considera una emigración forzada que viene determinada por el mercado laboral. Además, estos desplazamientos se ven afectados también por fenómenos de gentrificación y terciarización, los cuales limitan el goce de los derechos de estas personas. 
  • La segregación por motivos socioeconómicos y étnicos supone también una forma de desigualdad socioespacial, que se expresa no sólo en los indicadores de renta, sino también en el acceso a derechos sociales básicos, como la educación, la salud, las zonas verdes o la cultura, entre otros. 
  • Diversos tipos de violencias estructurales, como puede ser la violencia de género, por ejemplo, expresada no sólo en forma de agresiones directas; sino también como desigualdades en el ámbito laboral, espacial o psicológico. Además, también existen violencias estructurales como la xenofobia, el racismo o la LGTBIfobia, que vienen determinadas por el hecho de que las ciudades no son espacios homogéneos, sino lugares donde conviven múltiples comunidades étnicas, culturales, lingüísticas, religiosas o de identidades sexuales. En este sentido, el fomento de la convivencia y del respeto se vuelve una tarea crucial. 
  • La ciudad es también un espacio donde se producen violencias directas, desde las más obvias y evidentes, hasta otras que están relacionadas con eventos multitudinarios musicales o deportivos, espacios de ocio nocturno, la desatención de ancianos, el acoso infantil y juvenil en escuelas o redes sociales; entre otras. 

El derecho a la ciudad

Finalmente, el informe hace hincapié en cómo las distintas formas de violencia que están presentes en las ciudades inciden en los derechos humanos y la importancia de que existan garantías en el sistema jurídico para no solo sancionar los actos de violencia, sino también para su prevención y así garantizar los derechos de todos y todas. 

En este sentido, la autora y el autor del documento resaltan que en el caso de España la mayoría de normas e instituciones se dirigen a  atender las violencias directas, unas cuantas a las violencias estructurales y son casi nulas las que se dirigen a las violencias culturales

Por este motivo, se hace necesario entender el “derecho a la ciudad” como “un punto de encuentro de todas las garantías de los derechos humanos (normativas, no jurisdiccionales, jurisdiccionales y ciudadanos) frente a las violencias en los entornos locales o más cercanos a la vida cotidiana de las personas”.

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Prevenir el racismo desde lo local

El racismo es un fenómeno sistémico en la sociedad, el cual opera a todos los niveles, desde lo personal a lo político y económico, y genera situaciones de discriminación evidentes (un insulto, una agresión, la negación de un servicio), así como otras más sutiles y más difíciles de identificar y prevenir. Por este motivo el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido desplegar una nueva estrategia para abordar la prevención de este fenómeno a través de un servicio específico y de referencia en la ciudad: la Oficina por la No Discriminación (OND). En FEPSU te explicamos en qué consiste esta perspectiva novedosa para hacer frente al racismo a nivel local. 

Tres niveles de actuación

La nueva estrategia antirracista que se ha puesto en marcha en Barcelona contempla tres niveles distintos de actuación. En primer lugar, se centra en la prevención general del racismo, con acciones orientadas a deconstruir los prejuicios en los que se fundamentan las discriminaciones. En segundo lugar, se despliegan acciones más específicas, dirigidas a desactivar las actitudes y conductas racistas más manifiestas. Por último, pero no menos importante, la estrategia aborda también la protección frente a la vulneración de derechos.

Bajo el lema ‘Por una Barcelona antirracista’, esta medida del gobierno local de la capital catalana tiene en consideración la necesidad, la voluntad y el compromiso firme de implicar a las personas racializadas en el diseño y despliegue de las líneas de trabajo que se proponen, ya que, como señalan desde el mismo ayuntamiento, “no se puede trabajar de forma efectiva y honesta para deconstruir el privilegio blanco sin la participación protagonista de este colectivo”.

En este sentido, una de las acciones que prevé esta estrategia de abordaje del racismo es la creación de una bolsa de personas formadoras racializadas que participarán en las actividades de formación previstas, tanto para el personal interno de los servicios municipales que tienen contacto directo con la ciudadanía, como en sesiones de formación externas que la OND realiza de forma recurrente.

Una prevención transversal

Uno de los ámbitos donde el Ayuntamiento de Barcelona quiere implementar el nuevo modelo de prevención contra el racismo con personas racializadas es en las comunidades educativas y centros escolares. Por un lado, se busca potenciar la mirada antirracista en las escuelas e incrementar el número de centros adheridos al programa de ‘Escuelas por la igualdad y la diversidad’, así como mejorar la presencia y expresión de la diversidad de nuestra sociedad en los materiales pedagógicos utilizados en los centros educativos. Sin embargo, el alcance de la estrategia de prevención no termina en las aulas, sino que quiere llegar también al personal de espacios como los comedores escolares y las actividades extraescolares, así como a las asociaciones de familias y otros espacios de la comunidad educativa no formal, como los casales y las actividades de ocio extraescolar.

Otro sector destacado en el que el ayuntamiento quiere intervenir de forma prioritaria es el sector inmobiliario, ya que los agentes que trabajan son un actor clave e indispensable en la prevención de la discriminación en el acceso a la vivienda por su rol de intermediación en las relaciones comerciales en el mercado de alquiler. El reciente estudio encargado por el Ayuntamiento de Barcelona, ‘Discriminación a la carta’, muestra una alta aceptación de las prácticas discriminatorias entre los agentes inmobiliarios, si bien entre los colegiados existen más reticencias en aceptarlas y normalizarlas. 

Por este motivo, el consistorio ha acordado, en el marco de esta nueva estrategia de prevención del racismo, la celebración de un programa formativo con profesionales del sector para prevenir y detener actitudes discriminatorias, así como seguir tejiendo espacios de colaboración con representantes de las propiedades, agentes de la propiedad inmobiliaria y agencias inmobiliarias para mejorar la sensibilización de sus colegiados.

Mejorar los canales de denuncia

Desde el Ayuntamiento de Barcelona explican que la infradenuncia es una de las principales dificultades a la hora de detectar situaciones de discriminación en la ciudad. Un hecho que es especialmente preocupante, pues refleja la normalización de algunos comportamientos racistas, así como la desconfianza o la dificultad de acceso por parte de la población racializada a los servicios a través de los cuales se formaliza la denuncia. 

Por ello, la OND desplegará en los distritos de Sant Andreu i Sants-Montjuïc dos puntos de información y atención sobre discriminación y defensa de derechos. En paralelo, se desplegará el proyecto Antenes, a través del cual se capacitarán a entidades ciudadanas que trabajan a nivel local, como asociaciones de vecinos o de padres y madres de familia, para que incorporen o refuercen la mirada antirracista y se conviertan en asociaciones colaboradoras de los servicios municipales contra la discriminación.

Por otro lado, la OND aprovechará todas las herramientas jurídicas de las que se dispone, con el despliegue de la ‘Ley 19/2020, de igualdad de trato y no discriminación’, así como de los mecanismos de justicia restaurativa y defensa de los derechos de la víctima, que incluyen, entre otros aspectos, el acompañamiento y empoderamiento de las víctimas, un régimen amplio de infracciones, y herramientas de reparación y educación al sujeto infractor. El Ayuntamiento de Barcelona destinará recursos técnicos y humanos de la OND para desarrollar este régimen de garantía, y diseñará e implementará un plan de formación a servicios municipales clave en esta materia.

En FEPSU hemos estado siempre comprometidos con la prevención del racismo, ya que es una de las principales causas de discriminación que altera la convivencia en las ciudades. Por este motivo, desde nuestra red hemos compartido iniciativas como el proyecto CLARA, donde desde una óptica basada en el trabajo comunitario y local se intenta favorecer la cohesión social y hacer frente a los discursos de odio. Además, nos hemos hecho eco también de las reclamaciones de distintas entidades locales que abogan por facilitar la denuncia de las situaciones de discriminación racial, como medida necesaria para poder avanzar hacia una mejor prevención de la problemática. 

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Artemis: innovación para prevenir la violencia machista

El miedo a las represalias es uno de los principales motivos por los que muchas mujeres que son víctimas de violencia machista se niegan a denunciar a sus agresores. Por este motivo, el Ayuntamiento de Dénia decidió crear una falsa revista “femenina” donde se escondían números de teléfono de atención a víctimas, consejos para formalizar las denuncias y tips para poder identificar y prevenir estas agresiones; un proyecto piloto a nivel español que lleva en marcha desde hace casi cinco años. En FEPSU te explicamos cómo se ha desarrollado esta iniciativa y los resultados positivos que ha tenido. 

Una revista como herramienta de prevención

La falsa revista ‘Artemis’ fue uno de los proyectos presentados el pasado 2 de marzo en la asamblea general de FEPSU, que se celebró en Dénia y sirvió para que las ciudades que forman parte de la red pusieran en común las distintas iniciativas que llevan a cabo en sus municipios. El concejal de Protección Ciudadana, Javier Scotto di Tella Manresa, i la oficial responsable de la Unidad Artemis contra la violencia de género de la Policía Local de Dènia, Eva Gadea, fueron las personas encargadas de presentar esta iniciativa innovadora y que se puso en marcha por primera vez en el municipio alicantino. 

El proyecto Artemis se trabajó junto a la agencia de publicidad Sapristi, que se encargó de desarrollar el material de la campaña, centrada alrededor de una revista “femenina” donde se esconden en el interior de sus páginas diversos datos de interés, números de teléfono, testimonios y consejos que tienen como objetivo ayudar a las posibles víctimas de violencia de género a poder identificar su situación, protegerse y dar el paso para denunciar a sus agresores. 

De momento, la campaña ha tenido gran éxito, ya que en su primer tirada —que tuvo una duración de dos años, donde la iniciativa se mantuvo en secreto para proteger a las mujeres que pudieran verse beneficiadas por la misma— se repartieron unas setenta revistas en dieciocho establecimientos; gracias a las cuales un total de 24 mujeres acudieron a la Policía Local para pedir ayuda. Un paso que no podrían haber dado si no fuera por la información que contenían las revistas. 

Facilitar y promover la denuncia 

Desde el Ayuntamiento de Dénia explican que se decidió utilizar el formato de revista para poder hacer llegar esta información a posibles víctimas, ya que en la Unidad Artemis de la policía local se había identificado que muchas mujeres se negaban a llevarse a casa la información impresa, como folletos o panfletos, que se repartían en la unidad de atención a víctimas de violencia de género, ya que tenían miedo a que fueran descubiertas por sus parejas y que estas pudieran tomar represalias. 

Por este motivo, para proteger la seguridad de las víctimas, la Unidad Artemis decidió esconder la información de interés para la prevención y la denuncia de la violencia machista en un formato que pudiera pasar desapercibido; utilizando fotos, titulares, diseño y contenido para que parezca, a simple vista, una revista más. 

Otra de las razones que llevan a muchas mujeres a no denunciar a sus agresores es la dificultad que tienen de poder explicar las situaciones que han vivido a personas desconocidas, incluidas las agentes de la Unidad Artemis. Es por esto que el proyecto decidió formar a establecimientos locales —como peluquerías, gimnasios, centros cívicos, tiendas y más—, donde las posibles víctimas pueden sentirse en un entorno más seguro para poder dar información sobre las situaciones de violencia que sufren. A estos establecimientos se les informó sobre cómo detectar posibles síntomas de violencia machista, a cómo abordarlas, a darles información a través de la revista y a asesorarlas para pedir ayuda a la policía e interponer una denuncia.  

Una iniciativa replicable y ampliable

La iniciativa de la revista ‘Artemis’ busca, en primer lugar, combatir la infradenuncia de las víctimas de violencia machista, ya que se estima que cerca del 80% de las mujeres asesinadas por hombres no habían denunciado previamente las situaciones que vivían. A través de este proyecto, el Ayuntamiento de Dénia pretende hacer llegar por una vía más directa a las víctimas de violencia de género la información, los métodos de protección y el acceso a la atención policial que necesitan para garantizar su seguridad

Desde el municipio aseguran que el proyecto se mantendrá activo, con el objetivo de ampliar el número de ejemplares de la revista, así como el tipo de establecimientos que participan. Para ello, se modificará el diseño de la revista, de manera que se pueda garantizar que siga siendo seguro su uso para las víctimas, ahora que ya se ha hecho público el funcionamiento de la misma. Por el otro lado, la Unidad Artemis espera que esta iniciativa pueda replicarse en otras localidades, ya que hay municipios que ya han expresado su intención de implementarlo también. 

En FEPSU creemos firmemente que ante las situaciones de violencia machista hacen falta medidas innovadoras que rompan con los discursos y las estructuras que sostienen esta desigualdad de género. Por ello, hemos compartido en distintas ocasiones los proyectos que realizan las ciudades que forman parte de nuestra red para luchar en contra de esta problemática estructural que afecta a las mujeres; como, por ejemplo, el proyecto ‘Santa Coloma Red Violeta’, donde se han agrupado casi 300 establecimientos locales del municipio catalan, que funcionan como espacios seguros donde cualquier persona puede denunciar una agresión sexita o LGTBIfóbica. Además, también hemos compartido algunas de las estrategias clave para poder garantizar la seguridad de todas las mujeres y prevenir las situaciones de violencia machista

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Una ‘red violeta’ contra el machismo

Santa Coloma de Gramenet apuesta por la cooperación ciudadana y de los comercios locales para prevenir las violencias machistas y LGTBIfóbicas. A través del proyecto ‘Santa Coloma Red Violeta’, el municipio catalán ha conseguido agrupar a casi 300 establecimientos, desde locales de ocio nocturno hasta farmacias y servicios de taxi, que funcionan como espacios seguros donde cualquier persona puede acudir para denunciar una posible agresión sexista o LGTBIfóbica. En FEPSU te explicamos cómo funciona esta iniciativa pionera en toda España. 

Gestión comunitaria de la seguridad

El pasado 2 de marzo se celebró en Dénia la asamblea general de FEPSU, donde los distintos miembros de la red presentaron los proyectos que desarrollan en sus respectivos municipios. Uno de los proyectos presentados fue el de la ‘Red Violeta’ de Santa Coloma de Gramenet. La teniente de alcalde seguridad ciudadana y civismo de la localidad catalana, Lidia Montero, compartió esta iniciativa innovadora y única en todo el Estado, que busca resaltar el compromiso de la ciudad con la prevención y la erradicación de las violencias por razones de género u orientación sexual. 

En marcha desde 2019, el proyecto de la ‘Red Violeta’ funciona como una forma de garantizar el funcionamiento efectivo del ‘Protocolo para un Espacio Público, de Ocio y Festivo Libre de Violencias machistas y LGTBIfóbicas’ de la ciudad. Gracias al funcionamiento de esta iniciativa, el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet ha conseguido crear una red de espacios seguros y de referencia, espacios violetas, a los que las personas puedan dirigirse ante una posible agresión sexista o LGTBIfóbica y desde donde, siempre que sea necesario, se puede activar el protocolo de actuación y coordinación profesional.

El valor de este instrumento, sobre todo, es que permite a la ciudad poner en marcha un concepto diferente de acciones de seguridad dirigidas específicamente a las mujeres y al colectivo LGTBI; pues se trabaja desde una lógica comunitaria, en la que se involucra a todos los distintos actores que pueden ser agentes activos para garantizar la seguridad en el espacio público, así como conseguir una implementación eficiente del protocolo para hacer frente a este tipo de violencias. 

En tan solo tres años se ha triplicado el número de locales que forman parte del proyecto. Actualmente la ‘Red Violeta’ de Santa Coloma cuenta ya con alrededor de 300 establecimientos de la ciudad. Se trata, sobre todo, de locales de ocio nocturno, pero también de otros establecimientos o servicios que tienen una presencia nocturna, como gasolineras, farmacias, aparcamientos, espacios residenciales, servicios de taxi o de limpieza y la red de agentes cívicos nocturnos (serenos y serenas). Los locales participantes se identifican con un adhesivo en el que se puede leer ‘Santa Coloma Red Violeta’. Además, también cuentan con una infografía explicativa de cómo funciona el protocolo de actuación en los espacios de ocio.

Funcionamiento del protocolo

Uno de los puntos que garantizan el buen funcionamiento del proyecto es el hecho que cualquier persona puede comunicar una situación de violencia: la persona agredida, el personal responsable del local que forma parte de la red o incluso otros testigos. Una vez se ha comunicado, el personal del establecimiento centraliza la intervención. Si se trata de una agresión grave o muy grave, se activa el Dispositivo Especial de Atención, llamando a la Policía Local, quien se desplaza al lugar de los hechos y pone en marcha la presencia de los recursos y profesionales necesarios. En función de la gravedad de los hechos se requiere la atención de urgencia y el acompañamiento psicológico especializado.

Desde el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet resaltan que este instrumento no es sólo de una red o de un protocolo, sino que se ha creado toda una red de servicios y profesionales que están detrás de este proyecto, los 365 días del año, las 24 horas del día: servicios policiales, personal sanitario, el servicio de agentes cívicos nocturnos, el servicio especializado en la atención de las violencias machistas y un equipo de psicólogas de guardia, expertas en la materia, por si hay que acompañar a las víctimas de posibles agresiones.

Además, desde el consistorio también se realiza una formación específica para todos los establecimientos y locales que ya se han adherido a la ‘Red Violeta’. Además, durante los meses de cuarentena por la pandemia de la Covid-19, el municipio puso en marcha un equipo de rastreadoras locales, que buscaban nuevos establecimientos que pudieran adherirse al proyecto, ya que se trata de una iniciativa viva que tiene la meta de educar, prevenir y evitar cualquier situación de violencias machistas y LGTBIfóbicas en la ciudad.

En Santa Coloma de Gramenet, municipio miembro de FEPSU, llevan muchos años siendo un referente en iniciativas para avanzar hacia la igualdad de género y en la prevención de las discriminaciones hacia las mujeres y el colectivo LGTBI; por ejemplo a través de La CIBA, el espacio de recursos para mujeres, innovación y economía feminista, otro de los proyectos que se presentaron durante la asamblea general de FEPSU y desde donde la ciudad centraliza todas sus iniciativas de carácter feminista. 

En FEPSU estamos firmemente involucrados en avanzar hacia una completa igualdad de género en la sociedad y hacia contribuir para la prevención de cualquier tipo de discriminación por razón de género u orientación sexual. Por este motivo hemos analizado en distintas ocasiones las mejores estrategias para aplicar una seguridad urbana con perspectiva de género, como hicimos el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, donde compartimos algunas de las recomendaciones de ONU Mujeres para avanzar en este sentido; así como hemos resaltado también la importancia de prevenir la violencia de género desde la adolescencia.

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8M: seguridad y prevención en femenino

Cada 8 de marzo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer, una conmemoración que tuvo su origen en 1910 en Copenhague, durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas. Más tarde, en 1977 las Naciones Unidas adoptaron y reconocieron esta fecha, para invitar a todos los gobiernos y organizaciones de la sociedad civil a reconocer la igualdad de género y la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad. Desde FEPSU nos reafirmamos en nuestro compromiso de seguir trabajando por la prevención y la lucha contra la violencia machista. Por este motivo, compartimos algunas estrategias para garantizar la seguridad de todas las mujeres en las ciudades. 

Educar desde la infancia

La igualdad de género forma parte central y transversal de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por este motivo, organismos internacionales como ONU Mujeres intentan proporcionar distintas estrategias y enfoques para la prevención de la violencia de género, como una medida esencial para avanzar hacia una completa igualdad entre hombres y mujeres. 

Como señalan en el portal web de ONU Mujeres, “la violencia contra las mujeres y niñas tiene sus raíces en la discriminación basada en el género, en unas normas sociales que aceptan la violencia y en estereotipos de género que la perpetúan”. Comúnmente, las políticas para abordar este tipo de discriminaciones contra mujeres y niñas se han centrado en responder y apoyar a las supervivientes de violencia machista. No obstante, la prevención es una herramienta mucho más efectiva a la hora de conseguir su erradicación. 

En este sentido, en ONU Mujeres apuestan por un enfoque preventivo basado en la educación como pilar fundamental para romper los estereotipos de género y empoderar a las niñas desde edades tempranas. Para ello, el organismo resalta que debe existir un compromiso político para diseñar normativas que fomenten la igualdad e inviertan en dotar de recursos a las organizaciones de mujeres, que son las que trabajan en el terreno para prevenir toda expresión de discriminación y violencia

“Como parte de su estrategia de prevención, ONU Mujeres se centra en la educación de la primera infancia, en unas relaciones respetuosas y en trabajar con hombres y niños, especialmente a través y dentro de los medios de comunicación, las industrias del deporte y el mundo laboral”, destacan en el portal web del organismo. 

Ciudades unidas contra la violencia

Desde organizaciones como Efus y FEPSU apostamos claramente por prevenir la violencia contra las mujeres en el entorno local, como una estrategia clave para avanzar hacia una mayor igualdad de género. La violencia generalizada hacia las mujeres, que les afecta tanto en el ámbito público, como en el profesional y el privado, debe ser abordada de forma prioritaria por las políticas de seguridad locales. De la misma manera, se debe incluir la perspectiva de género como un enfoque transversal en todas las estrategias de seguridad urbana y prevención que se desarrollen. 

En su manifiesto de Seguridad, Democracia y Ciudades, Efus recomienda a las autoridades locales y regionales que se “involucren en las estrategias contra la violencia de género” y que su “papel en el campo de la prevención y el apoyo a las víctimas sea reconocido y fuertemente apoyado por los gobiernos nacionales y europeos. e instituciones internacionales”. Los miembros de Efus y de FEPSU se comprometen, en este sentido, a “intensificar sus esfuerzos como coordinadores y facilitadores de redes de prevención que incluyen múltiples actores” y a “aumentar la diversidad de perfiles, particularmente de género, en los equipos involucrados en la prevención de la violencia contra las mujeres”.

Cooperar para la prevención

Por este motivo, las ciudades socias de Efus y FEPSU cooperan en distintos proyectos europeos que buscan abordar la prevención de la violencia de género. Por ejemplo, la iniciativa SHINE  (Acoso Sexual en los Puntos de Entretenimiento Nocturno: Mitigación y Prevención, por sus siglas en inglés), busca crear una cultura común entre los actores del ocio nocturno y brindarles las herramientas adecuadas para prevenir el acoso sexual en los locales de ocio nocturno.

Fruto de este proyecto, se elaboró un informe donde se recogía la necesidad de ampliar las definiciones de acoso sexual contra las mujeres como una manera de mejorar su prevención. En este sentido, las autoras del informe subrayan la importancia de tomar en cuenta, por ejemplo, las definiciones culturales, sociales y sociológicas de lo que se considera acoso sexual, así como el uso que hacen del término las propias víctimas, respetando los límites y agravantes que ellas mismas marcan a la hora de narrar su experiencia. 

Por otro lado, desde ciudades socias de FEPSU, como Barcelona, se han realizado estudios sobre las desigualdades de género en el uso de los espacios públicos y sus consecuencias sobre la seguridad urbana. El 2021 el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB) y la Dirección de Prevención del Área de Seguridad y Prevención municipal del Ayuntamiento de Barcelona colaboraron para realizar el informe “Análisis de las conductas de riesgo en la movilidad en Barcelona desde una perspectiva de género”, en el que se estudió el riesgo vial real y percibido en los distintos medios de transportes utilizados de forma mayoritaria en el municipio, así como las conductas asociadas principalmente a este riesgo, tanto por hombres como por mujeres. 

A partir de ese estudio se pudo concluir que existen pautas de movilidad diferenciadas según el género, tanto en el tipo como en el volumen de los desplazamientos. Esto lleva a que las mujeres perciban una mayor sensación de inseguridad a la hora de moverse por la ciudad, un hecho que obliga a las autoridades locales a tomar en cuenta esta perspectiva de género a la hora de diseñar campañas de seguridad en el transporte público, por ejemplo. 

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La prevención de los delitos de odio por motivos de identidad sexual o de género: claves y retos

El aumento de denuncias por delitos de odio en los últimos años ha llevado a las administraciones a replantearse las políticas y acciones relacionadas con su prevención y abordaje. A pesar del confinamiento por la pandemia, durante el año 2020 se registraron un total de 282 delitos relacionados con la orientación sexual o la identidad de género. Con la recuperación de la normalidad, en el primer trimestre de 2021 estos delitos han aumentado un 43%, según los datos del Ministerio del Interior. Por estos motivos, desde FEPSU impulsamos el pasado 23 de noviembre un webinar destinado a analizar cómo prevenir y abordar este tipo de delitos. Aquí te resumimos algunos de los puntos clave que se discutieron en el debate. 

El papel clave de los municipios

El coloquio estuvo moderado por el regidor de Seguridad Ciudadana y Movilidad del Ayuntamiento de Dénia, Javier Scotto Di Tella Manresa; y contó con la participación de la subdirectora general de Soporte al Sistema de Seguridad en el Ámbito Local del Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya, Begoña Curto; la responsable de la Unidad de Apoyo y Protección de la Mujer, Menor y Mayor de la Policía Municipal de Madrid, Marta Fernández Ulloa; el Secretario de Gestión Policial de la Diversidad de UNIJEPOL, David Garfella; y la Fiscal de la Unidad de Criminalidad Informática de la Fiscalía General del Estado, Patricia Rodríguez Lastras. 

El primer tema que se trató fue el papel clave de los municipios en la batalla contra la discriminación. Scotto Di Tella ha señalado que para detener el crecimiento de los delitos de odio es necesario abordar la cuestión desde una perspectiva municipal, ya que “el municipalismo actúa allí donde hay un problema”. 

En este sentido, es vital la creación en cada municipio de un Protocolo de Seguridad y Atención a las Víctimas, que vaya acompañado de formación a los agentes de policía y de la insistencia en una elaboración perfecta y minuciosa de los atestados policiales. Estos protocolos deben servir para abordar y prevenir cualquier muestra de “diversifobia”, como la ha descrito el regidor, en referencia a la discriminación hacia cualquier tipo de diversidad. 

Scotto Di Tella ha subrayado que la crisis sanitaria provocada por la pandemia ha conllevado una involución en este tipo de abordajes, ya que, sobre todo durante el confinamiento, se ha aumentado la invisibilización del problema de estos delitos a la vez que no se han desarrollado planes municipales al respecto. Por estos motivos, el municipalismo debe servir para priorizar políticas en favor de la diversidad, analizar los resultados de estas actuaciones, movilizar actores y sensibilizar a la ciudadanía. 

Prevenir, detectar y gestionar

Por otro lado, Begoña Curto ha explicado que existen tres pilares para tratar los delitos de odio: prevenir, detectar y gestionar. En primer término, Curto ha explicado que es básico disponer de un interlocutor con la comunidad LGTBIQ+ para identificar los colectivos susceptibles de sufrir delitos de odio y discriminación, así como para demostrar que la policía rechaza estas conductas.

En lo que respecta a la detección, los agentes de policía deben tener en cuenta indicadores que definan y complementen el relato de los delitos de odio, como los comentarios y expresiones del presunto autor de la agresión, su estética para saber si tiene tatuajes contrarios al colectivo, la presencia de banderas o pancartas vejatorias, etc.

Finalmente, una vez ocurre el delito de odio, hay que abrir tres ámbitos de trabajo, según lo establecido en el protocolo para el abordaje de las infracciones de odio y discriminación para las policías locales, como el que funciona en Catalunya. El primero es el trabajo con la víctima, para lo cual los agentes cuentan con 21 pautas para tratarla, como no minimizar los hechos ocurridos. Otro pilar es el de las acciones con el presunto autor del delito de odio. La gestión también debe contar con un reportaje fotográfico que apoye la documentación policial y un informe detallando las lesiones físicas y el estado emocional de la víctima.

Poner a la víctima en el centro

El caso de la Unidad de Gestión de la Diversidad de Madrid ha servido para explorar un caso de éxito de abordaje y prevención local de este tipo de delitos. Marta Fernández Ulloa ha afirmado que la ​​clave de las actuaciones policiales es “poner a la víctima en el centro” y ello pasa, por ejemplo, por dejar por escrito todos los detalles en el atestado policial y reconvertir las comisarías en espacios de confianza y confidencialidad, con el objetivo de incentivar la denuncia y combatir la infradenuncia. 

Las funciones esenciales de la Unidad de la Gestión de la Diversidad son la lucha contra la discriminación e intolerancia y el facilitar que las personas discriminadas puedan ejercer sus derechos. Dentro de las funciones está la cooperación con las entidades de la comunidad LGTBIQ+, las cuales Marta Fernández considera como “vías de entrada” para que los agentes de policía puedan investigar casos de delito de odio. 

Precisamente esta comunicación es la que está dando mejores resultados, ya que sirve para que se denuncien delitos, poder crear un mapa de riesgos y estrategias (como desplegar patrullas de alta visibilidad) y compartir el trabajo policial con estas organizaciones.

¿Cómo convertir a la policía en aliada?

El éxito de muchas de estas medidas y estrategias depende, en buena medida, de un cambio de cultura dentro de las propias policías locales. David Garfella ha señalado que la organización interna de la policía debe cambiar para fomentar la formación en Derechos Humanos, con agentes más sensibilizados y predispuestos, así como mejorando protocolos y tomando denuncias con mayor fidelidad. 

Según Grafella, esto solo se puede lograr mediante la transversalidad y el acercamiento a los colectivos LGTBIQ+, para conocer qué necesitan. En este aspecto es destacable el papel del “agente enlace”, que actúa como una cara visible de la policía que mantiene una comunicación constante con los colectivos. Grafella ha solicitado, por otro lado, que se refuercen los instrumentos legales para combatir la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género, así como la creación de una Ley integral de igualdad de trato y contra la discriminación.

La prevención en línea

Por su parte, Patricia Rodríguez Lastras ha resaltado que un factor clave en la prevención de este tipo de delitos es la erradicación de los discursos de odio en Internet. En este sentido, el Estado español fue uno de los primeros en crear una red de especialistas en delitos de odio por Internet, persiguiendo aquellos que exceden por completo los límites de la libertad de expresión para humillar a colectivos como el LGTBIQ+ y fomentar la violencia contra las personas diversas. 

Rodríguez Lastras ha afirmado que, para proteger a las víctimas, es fundamental eliminar los contenidos rápidamente para evitar la revictimización y el aumento de popularidad de estas publicaciones vejatorias. En este aspecto, el punto de contacto creado en España permite contactar directamente y de forma ágil con compañías dedicadas a las redes sociales como Facebook, Twitter y Google sin recurrir a una comisión rogatoria hacia otros países como Estados Unidos, sede de la mayoría de estas compañías. 

Si quieres conocer más sobre las claves y los retos en la prevención y el abordaje de los delitos de odio por motivo de orientación sexual o identidad de género, no dudes en consultar el relato completo del webinar organizado por FEPSU. Te compartimos también algunos de los recursos que los y las ponentes compartieron durante la jornada, como el Protocolo para abordar las infracciones de odio y discriminación para las policías locales y el Protocolo de seguridad contra las violencias sexuales entornos de ocio, ambos de la Generalitat de Catalunya; así como la explicación sobre el trabajo de la Unidad de Gestión de la Diversidad de la Policía Municipal de Madrid