8M: seguridad y prevención en femenino

Cada 8 de marzo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer, una conmemoración que tuvo su origen en 1910 en Copenhague, durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas. Más tarde, en 1977 las Naciones Unidas adoptaron y reconocieron esta fecha, para invitar a todos los gobiernos y organizaciones de la sociedad civil a reconocer la igualdad de género y la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad. Desde FEPSU nos reafirmamos en nuestro compromiso de seguir trabajando por la prevención y la lucha contra la violencia machista. Por este motivo, compartimos algunas estrategias para garantizar la seguridad de todas las mujeres en las ciudades. 

Educar desde la infancia

La igualdad de género forma parte central y transversal de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por este motivo, organismos internacionales como ONU Mujeres intentan proporcionar distintas estrategias y enfoques para la prevención de la violencia de género, como una medida esencial para avanzar hacia una completa igualdad entre hombres y mujeres. 

Como señalan en el portal web de ONU Mujeres, “la violencia contra las mujeres y niñas tiene sus raíces en la discriminación basada en el género, en unas normas sociales que aceptan la violencia y en estereotipos de género que la perpetúan”. Comúnmente, las políticas para abordar este tipo de discriminaciones contra mujeres y niñas se han centrado en responder y apoyar a las supervivientes de violencia machista. No obstante, la prevención es una herramienta mucho más efectiva a la hora de conseguir su erradicación. 

En este sentido, en ONU Mujeres apuestan por un enfoque preventivo basado en la educación como pilar fundamental para romper los estereotipos de género y empoderar a las niñas desde edades tempranas. Para ello, el organismo resalta que debe existir un compromiso político para diseñar normativas que fomenten la igualdad e inviertan en dotar de recursos a las organizaciones de mujeres, que son las que trabajan en el terreno para prevenir toda expresión de discriminación y violencia

“Como parte de su estrategia de prevención, ONU Mujeres se centra en la educación de la primera infancia, en unas relaciones respetuosas y en trabajar con hombres y niños, especialmente a través y dentro de los medios de comunicación, las industrias del deporte y el mundo laboral”, destacan en el portal web del organismo. 

Ciudades unidas contra la violencia

Desde organizaciones como Efus y FEPSU apostamos claramente por prevenir la violencia contra las mujeres en el entorno local, como una estrategia clave para avanzar hacia una mayor igualdad de género. La violencia generalizada hacia las mujeres, que les afecta tanto en el ámbito público, como en el profesional y el privado, debe ser abordada de forma prioritaria por las políticas de seguridad locales. De la misma manera, se debe incluir la perspectiva de género como un enfoque transversal en todas las estrategias de seguridad urbana y prevención que se desarrollen. 

En su manifiesto de Seguridad, Democracia y Ciudades, Efus recomienda a las autoridades locales y regionales que se “involucren en las estrategias contra la violencia de género” y que su “papel en el campo de la prevención y el apoyo a las víctimas sea reconocido y fuertemente apoyado por los gobiernos nacionales y europeos. e instituciones internacionales”. Los miembros de Efus y de FEPSU se comprometen, en este sentido, a “intensificar sus esfuerzos como coordinadores y facilitadores de redes de prevención que incluyen múltiples actores” y a “aumentar la diversidad de perfiles, particularmente de género, en los equipos involucrados en la prevención de la violencia contra las mujeres”.

Cooperar para la prevención

Por este motivo, las ciudades socias de Efus y FEPSU cooperan en distintos proyectos europeos que buscan abordar la prevención de la violencia de género. Por ejemplo, la iniciativa SHINE  (Acoso Sexual en los Puntos de Entretenimiento Nocturno: Mitigación y Prevención, por sus siglas en inglés), busca crear una cultura común entre los actores del ocio nocturno y brindarles las herramientas adecuadas para prevenir el acoso sexual en los locales de ocio nocturno.

Fruto de este proyecto, se elaboró un informe donde se recogía la necesidad de ampliar las definiciones de acoso sexual contra las mujeres como una manera de mejorar su prevención. En este sentido, las autoras del informe subrayan la importancia de tomar en cuenta, por ejemplo, las definiciones culturales, sociales y sociológicas de lo que se considera acoso sexual, así como el uso que hacen del término las propias víctimas, respetando los límites y agravantes que ellas mismas marcan a la hora de narrar su experiencia. 

Por otro lado, desde ciudades socias de FEPSU, como Barcelona, se han realizado estudios sobre las desigualdades de género en el uso de los espacios públicos y sus consecuencias sobre la seguridad urbana. El 2021 el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB) y la Dirección de Prevención del Área de Seguridad y Prevención municipal del Ayuntamiento de Barcelona colaboraron para realizar el informe “Análisis de las conductas de riesgo en la movilidad en Barcelona desde una perspectiva de género”, en el que se estudió el riesgo vial real y percibido en los distintos medios de transportes utilizados de forma mayoritaria en el municipio, así como las conductas asociadas principalmente a este riesgo, tanto por hombres como por mujeres. 

A partir de ese estudio se pudo concluir que existen pautas de movilidad diferenciadas según el género, tanto en el tipo como en el volumen de los desplazamientos. Esto lleva a que las mujeres perciban una mayor sensación de inseguridad a la hora de moverse por la ciudad, un hecho que obliga a las autoridades locales a tomar en cuenta esta perspectiva de género a la hora de diseñar campañas de seguridad en el transporte público, por ejemplo. 

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La prevención de los delitos de odio por motivos de identidad sexual o de género: claves y retos

El aumento de denuncias por delitos de odio en los últimos años ha llevado a las administraciones a replantearse las políticas y acciones relacionadas con su prevención y abordaje. A pesar del confinamiento por la pandemia, durante el año 2020 se registraron un total de 282 delitos relacionados con la orientación sexual o la identidad de género. Con la recuperación de la normalidad, en el primer trimestre de 2021 estos delitos han aumentado un 43%, según los datos del Ministerio del Interior. Por estos motivos, desde FEPSU impulsamos el pasado 23 de noviembre un webinar destinado a analizar cómo prevenir y abordar este tipo de delitos. Aquí te resumimos algunos de los puntos clave que se discutieron en el debate. 

El papel clave de los municipios

El coloquio estuvo moderado por el regidor de Seguridad Ciudadana y Movilidad del Ayuntamiento de Dénia, Javier Scotto Di Tella Manresa; y contó con la participación de la subdirectora general de Soporte al Sistema de Seguridad en el Ámbito Local del Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya, Begoña Curto; la responsable de la Unidad de Apoyo y Protección de la Mujer, Menor y Mayor de la Policía Municipal de Madrid, Marta Fernández Ulloa; el Secretario de Gestión Policial de la Diversidad de UNIJEPOL, David Garfella; y la Fiscal de la Unidad de Criminalidad Informática de la Fiscalía General del Estado, Patricia Rodríguez Lastras. 

El primer tema que se trató fue el papel clave de los municipios en la batalla contra la discriminación. Scotto Di Tella ha señalado que para detener el crecimiento de los delitos de odio es necesario abordar la cuestión desde una perspectiva municipal, ya que “el municipalismo actúa allí donde hay un problema”. 

En este sentido, es vital la creación en cada municipio de un Protocolo de Seguridad y Atención a las Víctimas, que vaya acompañado de formación a los agentes de policía y de la insistencia en una elaboración perfecta y minuciosa de los atestados policiales. Estos protocolos deben servir para abordar y prevenir cualquier muestra de “diversifobia”, como la ha descrito el regidor, en referencia a la discriminación hacia cualquier tipo de diversidad. 

Scotto Di Tella ha subrayado que la crisis sanitaria provocada por la pandemia ha conllevado una involución en este tipo de abordajes, ya que, sobre todo durante el confinamiento, se ha aumentado la invisibilización del problema de estos delitos a la vez que no se han desarrollado planes municipales al respecto. Por estos motivos, el municipalismo debe servir para priorizar políticas en favor de la diversidad, analizar los resultados de estas actuaciones, movilizar actores y sensibilizar a la ciudadanía. 

Prevenir, detectar y gestionar

Por otro lado, Begoña Curto ha explicado que existen tres pilares para tratar los delitos de odio: prevenir, detectar y gestionar. En primer término, Curto ha explicado que es básico disponer de un interlocutor con la comunidad LGTBIQ+ para identificar los colectivos susceptibles de sufrir delitos de odio y discriminación, así como para demostrar que la policía rechaza estas conductas.

En lo que respecta a la detección, los agentes de policía deben tener en cuenta indicadores que definan y complementen el relato de los delitos de odio, como los comentarios y expresiones del presunto autor de la agresión, su estética para saber si tiene tatuajes contrarios al colectivo, la presencia de banderas o pancartas vejatorias, etc.

Finalmente, una vez ocurre el delito de odio, hay que abrir tres ámbitos de trabajo, según lo establecido en el protocolo para el abordaje de las infracciones de odio y discriminación para las policías locales, como el que funciona en Catalunya. El primero es el trabajo con la víctima, para lo cual los agentes cuentan con 21 pautas para tratarla, como no minimizar los hechos ocurridos. Otro pilar es el de las acciones con el presunto autor del delito de odio. La gestión también debe contar con un reportaje fotográfico que apoye la documentación policial y un informe detallando las lesiones físicas y el estado emocional de la víctima.

Poner a la víctima en el centro

El caso de la Unidad de Gestión de la Diversidad de Madrid ha servido para explorar un caso de éxito de abordaje y prevención local de este tipo de delitos. Marta Fernández Ulloa ha afirmado que la ​​clave de las actuaciones policiales es “poner a la víctima en el centro” y ello pasa, por ejemplo, por dejar por escrito todos los detalles en el atestado policial y reconvertir las comisarías en espacios de confianza y confidencialidad, con el objetivo de incentivar la denuncia y combatir la infradenuncia. 

Las funciones esenciales de la Unidad de la Gestión de la Diversidad son la lucha contra la discriminación e intolerancia y el facilitar que las personas discriminadas puedan ejercer sus derechos. Dentro de las funciones está la cooperación con las entidades de la comunidad LGTBIQ+, las cuales Marta Fernández considera como “vías de entrada” para que los agentes de policía puedan investigar casos de delito de odio. 

Precisamente esta comunicación es la que está dando mejores resultados, ya que sirve para que se denuncien delitos, poder crear un mapa de riesgos y estrategias (como desplegar patrullas de alta visibilidad) y compartir el trabajo policial con estas organizaciones.

¿Cómo convertir a la policía en aliada?

El éxito de muchas de estas medidas y estrategias depende, en buena medida, de un cambio de cultura dentro de las propias policías locales. David Garfella ha señalado que la organización interna de la policía debe cambiar para fomentar la formación en Derechos Humanos, con agentes más sensibilizados y predispuestos, así como mejorando protocolos y tomando denuncias con mayor fidelidad. 

Según Grafella, esto solo se puede lograr mediante la transversalidad y el acercamiento a los colectivos LGTBIQ+, para conocer qué necesitan. En este aspecto es destacable el papel del “agente enlace”, que actúa como una cara visible de la policía que mantiene una comunicación constante con los colectivos. Grafella ha solicitado, por otro lado, que se refuercen los instrumentos legales para combatir la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género, así como la creación de una Ley integral de igualdad de trato y contra la discriminación.

La prevención en línea

Por su parte, Patricia Rodríguez Lastras ha resaltado que un factor clave en la prevención de este tipo de delitos es la erradicación de los discursos de odio en Internet. En este sentido, el Estado español fue uno de los primeros en crear una red de especialistas en delitos de odio por Internet, persiguiendo aquellos que exceden por completo los límites de la libertad de expresión para humillar a colectivos como el LGTBIQ+ y fomentar la violencia contra las personas diversas. 

Rodríguez Lastras ha afirmado que, para proteger a las víctimas, es fundamental eliminar los contenidos rápidamente para evitar la revictimización y el aumento de popularidad de estas publicaciones vejatorias. En este aspecto, el punto de contacto creado en España permite contactar directamente y de forma ágil con compañías dedicadas a las redes sociales como Facebook, Twitter y Google sin recurrir a una comisión rogatoria hacia otros países como Estados Unidos, sede de la mayoría de estas compañías. 

Si quieres conocer más sobre las claves y los retos en la prevención y el abordaje de los delitos de odio por motivo de orientación sexual o identidad de género, no dudes en consultar el relato completo del webinar organizado por FEPSU. Te compartimos también algunos de los recursos que los y las ponentes compartieron durante la jornada, como el Protocolo para abordar las infracciones de odio y discriminación para las policías locales y el Protocolo de seguridad contra las violencias sexuales entornos de ocio, ambos de la Generalitat de Catalunya; así como la explicación sobre el trabajo de la Unidad de Gestión de la Diversidad de la Policía Municipal de Madrid

La importancia de prevenir la violencia de género en la adolescencia

La violencia de género es la expresión más visible de la discriminación que viven las mujeres en la sociedad. Sin embargo, muchas veces estas situaciones, que pueden expresarse a través de agresiones físicas, verbales o psicológicas, pasan desapercibidas incluso para el entorno más cercano de las personas que las sufren. Es especialmente preocupante la prevalencia de estas violencias en la adolescencia y la juventud, ya que su expresión en edades tempranas puede provocar una naturalización o normalización de estas prácticas discriminatorias. Por eso es clave que desde las administraciones y las entidades sociales se lleven a cabo estrategias innovadoras e integrales para favorecer su prevención. En FEPSU te compartimos algunos datos que ayudan a entender esta problemática, así como un ejemplo de buenas prácticas. 

Un fenómeno de difícil detección

Uno de los primeros retos para poder llevar a cabo estrategias eficientes de prevención de la violencia de género en la adolescencia y la juventud es su difícil detección. Según la asociación SIDA STUDI, que trabaja en favor de una sexualidad libre de violencias machistas, las adolescentes que han sido víctimas de agresiones por parte de hombres prefieren pedir ayuda a sus amigas, antes que a figuras adultas de autoridad, como pueden ser los y las docentes. 

Según los datos de la última Macroencuesta de violencia contra la mujer (Ministerio de Igualdad, 2019), solo el 7,3% de las chicas de entre 16 y 24 años acude al personal docente para explicar violencias de género vividas en los entornos escolares o académicos. Aún así, según esta misma encuesta, un 71,2% de las mujeres en el mismo grupo de edad mencionado anteriormente aseguró haber vivido situaciones de violencia machista

De forma muy similar, en el ámbito europeo la Encuesta de violencia de género contra las mujeres en Europa, realizada en 2012 por la Agencia Europea de los Derechos Fundamentales, reflejaba que el 35% de las mujeres europeas declararon haber sufrido violencia física, sexual o psicológica antes de los 15 años.

Desde SIDA STUDI, a pesar de estos datos, consideran que hacen falta encuestas con una perspectiva feminista que no reproduzcan “estudios basados indicadores de ‘riesgo’, sin un análisis contextual y estructural que ponga en evidencia las desigualdades que viven o que pueden llegar a vivir en el futuro”. 

En este sentido, desde la asociación señalan que la “naturalización del amor romántico”, según el cual los hombres tienen que asumir una “masculinidad fuerte y protectora” y las mujeres una feminidad “dócil y sumisa”, dificulta la detección de comportamientos que pueden derivar en situaciones de violencia machista en estas edades tempranas. 

‘Cut All Ties’, una experiencia innovadora

Ante esta situación de difícil detección de las violencias de género en la adolescencia y la juventud, no solo hace falta una apuesta directa y ambiciosa por parte de las administraciones públicas, sino también estrategias innovadoras para favorecer su prevención

Entre las distintas experiencias de buenas prácticas que existen en este sentido se encuentra el proyecto Cut All Ties. Innovation to foster critical thinking tackling gender-based violence on youth affective sexual relationships, financiado por el programa REC de la Comisión Europea y llevado a cabo en España por la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD). 

Esta iniciativa, que se puso en marcha en enero de 2021, se llevará a cabo hasta enero de 2023 y tiene por objetivo el abordaje de la violencia de género a través del diseño, implementación y validación de una metodología piloto eficaz e innovadora de gamificación de las TIC. Se trata de un enfoque de creación de procesos de aprendizaje interactivo que ayuden a difundir mensajes de sensibilización, prevención y reducción de la violencia de género entre jóvenes de 15 a 17 años en seis centros educativos de Barcelona, Madrid y Milán.

Entre las actividades que se encuentra desarrollando el proyecto Cut All Ties se encuentra la recogida de 200.000 datos mediante la creación de una “plataforma transnacional de análisis de texto de inteligencia artificial”, cuya meta es identificar problemas sociales urgentes y anónimos de jóvenes y ciudadanos de las tres localidades participantes, relacionados con problemas de violencia de género.

Además, la iniciativa prevé el diseño participativo de un programa de capacitación y formación para la prevención e identificación de la violencia de género en las primeras relaciones afectivo-sexuales de los jóvenes, con la participación de 120 familias de estudiantes de 6 institutos; así como alrededor de 240 acciones de sensibilización desarrolladas por jóvenes para prevenir la violencia de género en las relaciones sexuales-afectivas de los jóvenes mediante la metodología The Social Coin, una cadena de acciones voluntarias con impacto social.

Entre los impactos que se esperan obtener del proyecto Cut All Ties se encuentra la reducción de un 10% de las actitudes y comportamientos que debilitan la igualdad de género en las relaciones afectivo-sexuales de los jóvenes, el incremento de un 20% del conocimiento para identificar la escalada de la violencia de género contra las chicas, así como el aumento del conocimiento sobre recursos que apoyan a las víctimas de violencia de género.

En total, se beneficiarán unos 120 estudiantes de la formación para el desarrollo de capacidades y toma de conciencia en cuestiones relacionadas con la violencia machista, así como 120 docentes que aumentarán sus herramientas educativas para prevenir e identificar problemas de discriminaciones de género entre sus estudiantes. Finalmente, se espera obtener el compromiso de unas 30 entidades interesadas en capitalizar y ampliar los resultados del proyecto. 

En FEPSU hemos abordado en distintas ocasiones la importancia de aplicar estrategias innovadoras en la prevención de la violencia de género. Por ejemplo, nos hemos hecho eco de las investigaciones que señalan que es necesario ampliar la definición de acoso sexual para una mejor prevención. Asimismo, hemos compartido los análisis que se han hecho desde una perspectiva de género para intentar responder a la pregunta sobre si corren el mismo riesgo hombres y mujeres al moverse por la ciudad. Finalmente, también hemos tratado las distintas propuestas de la perspectiva de la prevención a través del diseño ambiental para poder crear calles más seguras para las mujeres

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Las redes, primer eslabón para una prevención de los delitos de odio

Los delitos de odio han en ido aumento en España en el último año. El primer trimestre de 2021 ha visto especialmente una tendencia al alza en este tipo de crímenes, sobre todo en lo que se refiere a aquellos motivados por la orientación sexual, los cuales se han incrementado en un 43% respecto al mismo período del año pasado. Ante esta realidad, las distintas administraciones —estatales, autonómicas y locales— están tomando medidas para prevenir este tipo de situaciones. En concreto, la Fiscalía General del Estado ha anunciado la implementación de un protocolo para combatir los discursos de odio en Internet, como una estrategia clara para atajar este tipo de delitos antes de que ocurran y garantizar así una mejor prevención. En FEPSU te explicamos las distintas acciones que se están desarrollando en el país y reflexionamos alrededor de los datos más recientes sobre este tipo de crímenes. 

Un protocolo interinstitucional

La Unidad Especializada de Criminalidad Informática de La Fiscalía General del Estado ha puesto en marcha a inicios de septiembre los diferentes procedimientos del protocolo para combatir el discurso de odio en línea. Dicho protocolo fue suscrito a inicios de 2021 por la Fiscalía, el Consejo General del Poder Judicial, distintas secretarías de Estado y el Centro de Estudios Jurídicos, así como por organizaciones de la sociedad civil y por empresas prestadoras de servicios de alojamiento de datos. 

El protocolo se enmarca en el acuerdo interinstitucional para colaborar en la lucha contra el racismo, la xenofobia, la LGTBIfobia y otras formas de intolerancia, el cual fue suscrito el 19 de septiembre de 2018. De esta manera, la Unidad Especializada de Criminalidad Informática se encargará de forma preferente de gestionar la retirada o el bloqueo en el entorno digital de aquellos contenidos ilegales, para garantizar así el ágil y efectivo cumplimiento de la ley y la debida protección de las víctimas y personas vulnerables.

La implementación de este protocolo tiene especial importancia si se tiene en cuenta que la propia Fiscalía constata en su Memoria 2020 que las redes sociales han sido el medio principal a través del cual se ha vehiculado la mayoría de delitos de odio por motivo ideológico, los cuáles han ido en aumento en el último año. La orientación sexual, el racismo y lo xenofobia, sin embargo, continúan siendo los motivos más numerosos de crímenes discriminatorios. Además, la Unidad de Criminalidad Informática ha alertado también de una progresión de las conductas en línea que atentan contra la libertad sexual, sobre todo de los menores de edad. 

Los delitos de odio, en aumento

Según los datos más recientes del Ministerio de Interior, en los últimos siete años los delitos de odio han aumentado un 9% en España. En 2020 se reportaron un total de 1.401 crímenes de este tipo, aunque hay que tener en cuenta que los datos del año anterior han estado condicionados por la pandemia y el confinamiento domiciliario. Si se toma en cuenta 2019, el último antes de la crisis sanitaria, el aumento respecto a 2014 es del 33%

Por otro lado, los delitos específicos por orientación sexual han tenido también una tendencia al alza. A pesar del confinamiento y de la reducción de los delitos en general durante el 2020, en ese año se registraron prácticamente los mismos delitos de odio por orientación sexual que en 2019: 282 frente a 283. Un dato que lleva a pensar que, de no haber existido las restricciones de movilidad e interacción social provocadas por la Covid-19, las cifras de delitos en 2020 habrían sido mayores que en 2019. 

En Catalunya, el conseller de Interior de la Generalitat, Joan Ignasi Elena, ha llegado a reconocer que existen “grupos de gente que quedan para salir a cazar” a personas homosexuales o con otra identidad sexual diversa. Un hecho especialmente preocupante si se tiene en cuenta que según el Ministerio del Interior los delitos de odio por orientación sexual han crecido un 43% en el primer trimestre de 2021 y que en ese mismo período han salido a la luz diversos casos de agresiones a personas del colectivo LGTBI que han levantado la indignación social debido a su crudeza, como puede ser el asesinato de Samuel Luiz en A Coruña a principios de julio.

Debido a estos casos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha convocado para el 10 de septiembre una reunión extraordinaria de la Comisión de seguimiento del Plan de lucha contra los delitos de odio que servirá para actualizar los criterios para que un delito sea reconocido como tal y adoptar los cambios pertinentes para mejorar su prevención.

Estrategias locales

Desde las administraciones locales se han ido desarrollando distintas estrategias para abordar los discursos de odio y garantizar así una mejor prevención de las muestras de intolerancia y discriminación. En 2017, el Ayuntamiento de Barcelona puso en marcha la campaña #BCNvsOdi, la cual, a través de una página web y de distintas acciones en el espacio público, busca ser una plataforma de divulgación y sensibilización en materia de lucha contra el discurso de odio, tanto en su manifestación en línea como fuera de Internet, con información, materiales y recursos pedagógicos, informativos y de análisis para la ciudadanía.

Recientemente y en el mismo sentido, el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet ha puesto en marcha la campaña de sensibilización La fuerza de las palabras, que busca divulgar experiencias, sentimientos y vivencias de los ciudadanos del municipio para generar narrativas interculturales que se enfrenten a los mensajes de odio y de crispación que se leen en las redes sociales

En FEPSU hemos reflexionado en distintas ocasiones sobre la importancia de la prevención a la hora de abordar los delitos de odio. Por ejemplo, hemos analizado cómo abordar la discriminación y promover la igualdad a través de los Derechos Humanos, así como la necesidad de ampliar la definición de acoso sexual para una mejor prevención o hemos desgranado también las cifras del racismo y la xenofobia, como principales causas de discriminación. ¡Únete a la conversación para conseguir una mejor seguridad urbana!

Racismo y xenofobia, principales causas de discriminación

En 2020 se reportaron más de 430 situaciones de discriminación en Barcelona, según recogen los datos del último informe del Observatorio de las Discriminaciones, publicado a mediados de junio por el Ayuntamiento de Barcelona. El racismo y la xenofobia han vuelto a ser un año más los principales motivos de discriminación en la ciudad, ya que representaron un 34% de casos registrados. Por otro lado, la LGTBI-fobia no solo fue la segunda razón de discriminación, sino también la principal causa de agresiones físicas en la localidad. En FEPSU te compartimos algunas de las conclusiones de este informe de una de las ciudades socias de nuestra red.

Diversidad de motivos discriminatorios

El Ayuntamiento de Barcelona registró un total de 163 casos de racismo y xenofobia en 2020. La mayoría de estas discriminaciones fueron perpetradas por personas particulares (un 44%) y se detectó también que un 84% de estas situaciones tuvieron un claro vínculo con los motivos religiosos, un hecho que es especialmente relevante en relación con los casos de islamofobia en la ciudad. 

A pesar que el racismo y la xenofobia fueron las principales causas de discriminación el año pasado, solo representaron un 33% de los casos en que se vulneró la integridad física de las personas. La LGTBI-fobia, en cambio, fue el motivo de más de la mitad de las agresiones físicas (47%), a pesar que el total de situaciones de agresión física se redujeron un 3% respecto al 2019. 

En menor medida, los otros motivos de discriminación que se han recogido en el Observatorio son la discapacidad (11%), la lengua (10%), la religión (7%), la salud (6%), el género, la ideología y la dedad. En conjunto, el año pasado se registró un incremento del 6% de las situaciones recogidas en 2019, pero eso puede explicarse también por el aumento del número de asociaciones y entidades que participaron en la recopilación de datos para el informe, que pasaron de 18 a 22. 

Las mujeres y jóvenes denuncian menos

La infradenuncia también sigue siendo un problema a la hora de contabilizar y visibilizar las situaciones de discriminación que ocurren en Barcelona. Según las entidades colaboradoras del Observatorio, la discriminación como vivencia cotidiana normalizada es de las principales razones de esta infradenuncia, ya que esta reiteración en la vida diaria de las discriminaciones hace que sea imposible reportar o denunciarlas constantemente, pues implicaría un desgaste emocional y de inversión de tiempo inasumible. 

Según los datos recogidos en 2020, los hombres y las personas adultas denuncian mucho más que las mujeres y la población entre los 15 y los 24 años. El 53% de las discriminaciones reportadas el año pasado fueron denunciadas por hombres, mientras que el 76% de las personas que denunciaron se encontraban en las franjas de edad de los 25 a los 39 años y de los 40 a los 64 años. 

La pandemia, un factor agravante

Así como en el resto de aspectos de la vida cotidiana, la pandemia de Covid-19 ha impactado en las discriminaciones y en el trabajo de las entidades que buscan hacer frente a las mismas. Desde el Observatorio señalan que, sobre todo, se han visto afectados los espacios donde se discrimina, ya que, la reclusión en casa durante el confinamiento y el encierro de muchos de los espacios de socialización de las personas, han incrementado los problemas de convivencia en las viviendas y en las comunidades de vecinos. 

Además, la virtualización de las tareas de atención a la población vulnerabilizada ha dificultado también la detección y atención de las situaciones de discriminación. En este aspecto, el colectivo LGTBIQ ha sido uno de los más afectados por el impacto de la pandemia, ya que debido a las restricciones sanitarias y al confinamiento se incrementaron también los casos de discriminación hacia estas personas en viviendas, pasando de solo 9 en 2019 a 23 en 2020. 

Necesidad de nuevos protocolos

Después de la puesta en marcha en Barcelona del protocolo de agresiones por LGTBIfobia hace un año, el Observatorio reclama la definición de nuevos protocolos contra la discriminación racial en las actuaciones policiales, así como el establecimiento por parte de las administraciones regionales y estatales de un nuevo protocolo para hacer frente a las barreras físicas para la movilidad de personas con problemas de salud mental y con discapacidad intelectual en la ciudad. 

Entre las recomendaciones que realizan las entidades colaboradoras del Observatorio se encuentra la necesidad de adaptar los procedimientos para acceder a los servicios sociales a las necesidades de los colectivos vulnerables, así como visibilizar más y mejor para la ciudadanía todas las herramientas de denuncia a su disposición. 

El Observatorio de las Discriminaciones reúne al Ayuntamiento de Barcelona con las entidades que trabajan en defensa de los derechos de las personas vulnerabilizadas. El informe de 2020 se ha elaborado con los datos cuantitativos y cualitativos recogidos por las asociaciones y plataformas que forman el Observatorio, que incluyen a la Oficina municipal para la No Discriminación (OND), las 22 organizaciones que conforman la Mesa de Entidades con Servicio de Atención a las Víctimas de Discriminación y el Centro de Recursos en Derechos Humanos del Ayuntamiento. 

Si quieres tener acceso al informe completo del Observatorio y conocer al detalle todos los datos recogidos en el mismo, puedes visitar la página web del Ayuntamiento de Barcelona. Para informarte sobre toda la actualidad relacionada con la seguridad urbana y la prevención en Europa y España, no dudes en visitar la página web de FEPSU, donde además encontrarás recursos y proyectos relacionados con estas temáticas.

Ampliar la definición de acoso sexual para una mejor prevención

Definiciones demasiado limitadas sobre qué es acoso sexual pueden tener consecuencias negativas para su prevención. Esta es una de las principales conclusiones de los informes que ha publicado recientemente el proyecto SHINE (Sexual Harassment in Nightlife Entertainment Spots: Control and Prevention), el cual cuenta con la participación del Foro Europeo de Seguridad Urbana (Efus). Los documentos se han elaborado a partir del trabajo de campo en locales nocturnos de Eslovenia y Lituania, con el objetivo de que sus recomendaciones puedan extenderse a otras ciudades europeas. En FEPSU te compartimos algunos de los principales hallazgos de este trabajo.

Escuchar a las víctimas y cooperar

El proyecto SHINE recomienda, siguiendo la experiencia del proyecto en el trabajo de campo, ir más allá de las definiciones legales estrictas de acoso sexual en cada país. Para ello, se deben considerar, por ejemplo, las definiciones culturales, sociales y sociológicas, así como el uso que hacen del término las propias víctimas, respetando los límites y agravantes que ellas mismas marcan a la hora de narrar su experiencia. 

Aferrarse a una definición demasiado estricta de lo que es acoso sexual puede dar lugar a diversos problemas a la hora de prevenirlo. Por ejemplo, el acoso en la vida nocturna parece estar en gran parte subestimado en los datos debido a estas definiciones limitadas, aunque también afectan en su contabilización el miedo de las víctimas a ser malinterpretadas o avergonzadas y la desconfianza en el sistema judicial y en la policía. Esto, a su vez, reduce la fiabilidad de los datos disponibles. 

A partir de entrevistas con los actores implicados en la gestión de la vida nocturna y con víctimas de acoso sexual, el proyecto SHINE destaca la necesidad de una mayor cooperación entre las autoridades municipales, la policía y los propietarios y el personal de los locales de ocio nocturno para prevenir y mitigar el acoso sexual en los espacios urbanos de vida nocturna y sus alrededores. 

Un proyecto de amplio alcance

Estos informes son una fase clave del proyecto SHINE, cuya duración es de dos años (2020-2022). Los resultados recogidos en estos documentos permiten a los socios del proyecto evaluar la percepción (por parte de las víctimas de acoso sexual, funcionarios municipales, representantes de las fuerzas del orden, propietarios y personal de locales nocturnos y ONG que trabajan en la prevención) y los casos de acoso sexual en los locales nocturnos de las dos ciudades estudiadas, Ljubljana (Eslovenia) y Vilna (Lituania).

Ahora que estos informes se han completado, los socios del proyecto desarrollarán un ‘Modelo para la prevención y mitigación del acoso sexual en espacios de vida nocturna‘ que las autoridades locales y regionales interesadas en Europa (y eventualmente más allá) pueden usar y adaptar a su contexto específico. 

En concreto, se contempla la creación de etiquetas de calidad para los lugares que tienen o están implementando sistemas para prevenir incidentes y proteger a las víctimas potenciales; desarrollar formación especializada para los profesionales de la vida nocturna; realizar campañas de sensibilización que incluyan material distribuido en lugares de vida nocturna; establecer protocolos para que las víctimas potenciales puedan encontrar refugio y ayuda, y nombrar ‘referentes’ en los establecimientos de ocio nocturno. 

Herramientas para la prevención

El proyecto SHINE tiene como meta tejer lazos y buscar el entendimiento entre las distintas partes implicadas en la vida nocturna, así como brindarles las herramientas adecuadas para prevenir el acoso sexual en los espacios de ocio nocturno. El objetivo general del proyecto es diseñar recomendaciones prácticas y un conjunto de herramientas para la prevención y el control del acoso sexual en los lugares de ocio nocturno. 

Uno de los principales logros previstos del proyecto será la creación de un modelo de trabajo replicable a través de distintas actividades. Principalmente, prevé la introducción de sistemas de gestión de la calidad en los lugares de ocio; la realización de programas de formación y jornadas de sensibilización para el personal de los locales, los cargos electos locales, los mediadores y los representantes de la policía municipal; la promoción del trabajo en red y de cooperación conjunta entre instituciones municipales, organismos encargados de hacer cumplir la ley, empresas locales y otras partes interesadas; y la sensibilización y educación de posibles víctimas y testigos de acoso sexual.

La iniciativa está siendo liderada por el Centro para la Prevención del Delito en Lituania, pero cuenta con el apoyo de la Universidad de Maribor, la Universidad de Vilnius, las municipalidades de Vilnius y Ljubljana, y la participación de Efus. El foro europeo no solo aporta su experiencia y conocimiento en materia de prevención y seguridad urbana, sino que también se encarga de identificar dentro de su red a cinco ciudades europeas que estén interesadas en implementar sesiones de sensibilización y capacitaciones para los actores relevantes de la vida nocturna local.

Si quieres leer el informe completo (en inglés) del proyecto SHINE, puedes visitar el siguiente enlace. Para conocer más sobre este y otros proyectos, no dudes en visitar la página web de FEPSU, donde además encontrarás artículos y recursos relacionados con la prevención y la seguridad urbana. 

¿Cómo diseñar calles más seguras para las mujeres?

El secuestro y asesinato de la joven londinense Sarah Everard ha reabierto el debate sobre la seguridad de las mujeres en las calles del Reino Unido. En respuesta, el Gobierno británico aprobó una inversión de 45 millones de libras esterlinas para mejorar la iluminación pública e instalar más cámaras de seguridad, así como un plan piloto para colocar a policías vestidos de paisano en pubs y clubes. Sin embargo, estas medidas han sido criticadas por expertos en seguridad y diseño urbano, ya que consideran que no aborda el problema estructural de inseguridad que viven las mujeres en las calles. La reportera especializada en diseño y arquitectura, Anne Quito, ha conversado sobre este tema en la revista Quartz con varios expertos en prevención y diseño urbano. En FEPSU te compartimos algunas de sus conclusiones. 

Más ojos, menos delitos

La urbanista norteamericana Jane Jacobs escribía en 1961 en su libro Muerte y vida de las grandes ciudades que la “paz pública” no la mantiene principalmente la policía, a pesar que su trabajo sea muy necesario. “Los horribles crímenes públicos pueden ocurrir, y ocurren, en estaciones de metro bien iluminadas cuando no hay ojos eficaces”, apuntaba Jacobs, que señalaba también que una calle concurrida es la mejor forma de seguridad

Bajo esta lógica, las expertas británicas en seguridad y diseño urbano han criticado que invertir en alumbrado público y colocar policía de paisano es solo una medida estética para hacer frente a las recientes críticas. La directora ejecutiva del Consejo de Diseño británico, Sue Morgan, ha asegurado que lo que habría que hacer es invertir en estructuras urbanas que sean inclusivas, que permitan crear espacios en los que la gente pueda pasar tiempo y quedarse, ya que “cuanta más gente haya en un lugar, más seguro se volverá”. 

El director de la junta de la asociación de Prevención Internacional del Crimen mediante el Diseño Ambiental, Paul Van Soomeren, ha subrayado que una forma de conseguir esto es cerrar algunas calles por la noche y redirigir a los peatones a una o dos arterias. De esta manera se podría conseguir que el alumbrado público sea efectivo, ya que no solo funcionaría para iluminar los caminos, sino que permitiría a los vecinos y a los comerciantes observar su entorno con claridad y actuar de forma rápida ante cualquier actividad delictiva que observen. 

Mejores calles y civismo

Además de promover la presencia constante de personas en la calle, otro de los aspectos que puede ayudar a generar una mayor sensación de seguridad para las mujeres es el buen mantenimiento y conservación de las calles. Van Soomeren ha destacado que un estudio publicado en 2008 en los Países Bajos demostró que en aquellas calles donde había grafitis, escombros y ventanas rotas, aumentaron los robos y los comportamientos antisociales.

Pero el mantenimiento de las calles va más allá mantener las calles limpias, arreglar las farolas rotas o podar los arbustos para que no oscurezcan las líneas de visión. Otro de los aspectos a tratar, por ejemplo, es la corrección de hábitos sociales problemáticos en la denuncia de delitos. Por ejemplo, en Estados Unidos, la psicóloga social de la Universidad de Stanford, Jennifer Eberhardt, demostró cómo cambiando el lema de seguridad «si ve algo, diga algo» por el eslogan «si ve algo sospechoso, diga algo específico», los incidentes de perfiles raciales se redujeron hata en un 75% en unos pocos meses.

Más allá de los cambios físicos en el diseño de las ciudades, un factor clave para mejorar la seguridad de los ciudadanos y las ciudadanas es convencer a las personas para que actúen como custodios de su entorno inmediato. “Uno de los grandes errores es pensar que la seguridad es algo exclusivo de la policía”, ha manifestado Van Soomeren. El objetivo debería ser concienciar a las personas que deben tener responsabilidad de sus vecinos y de la gente que pasa por las calles de su vecindario. 

Falta de diversidad

El problema de inseguridad de las mujeres en las calles tiene una raíz estructural. La falta de diversidad en el diseño es una parte fundamental de este problema, ya que, como ha destacado Morgan, en el Reino Unido el 78% de la fuerza laboral en el ámbito del diseño son hombres. En este sentido, se hace necesaria la inclusión de más mujeres en el diseño de las ciudades para permitir una planificación urbana con perspectiva de género

En décadas anteriores ha habido esfuerzos muy diversos por potenciar el rol de las mujeres en la planificación y el diseño de las ciudades. Más allá de Jane Jacobs, en la década de 1980 se desarrollaron algunas iniciativas interesantes en este sentido, como el Women’s Design Service en el Reino Unido. Se trataba de una coalición de planificadoras urbanas, arquitectas y diseñadoras feministas británicas que se unieron para investigar y exigir un entorno urbano más seguro e inclusivo para las mujeres. Entre sus reivindicaciones se encontraba la mejora de los baños públicos y la creación de parques y calles más seguras. Sin embargo, a pesar que desarrollaron publicaciones relevantes en el ámbito del diseño urbano, el Women’s Design Service abandonó sus actividades por falta de financiación. 

En otros países europeos se han desarrollado iniciativas similares, en las cuales han sido mujeres las que han liderado las investigaciones sobre cómo hacer calles más seguras, por ejemplo en el centro Vrouwen Bouwen Wonen de los Países Bajos o el Frauenbüro en Austria, así como el trabajo de las académicas canadienses Gerda Wekerle y Caroline Witzman, entre otras. La inclusión de las mujeres en el diseño de las ciudades es un paso necesario para crear calles más seguras. 

Si quieres conocer más estrategias de diseño urbano para mejorar la seguridad de las mujeres, puedes consultar el artículo completo publicado en la revista Quartz. Si deseas informarte sobre otros temas relacionados con la seguridad urbana y la prevención, no dudes en consultar la página web de FEPSU.